Conferencia Episcopal

OPINIÓN: Paso a paso

La Razón
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Un hombre, que amó mucho la montaña, nos aconsejaba a los montañeros con estas bellas palabras, muy oportunas al iniciar un año. «Ten la mirada fija en la vía de la cumbre, pero no olvides mirar a tus pies. El último paso depende del primero. No creas haber llegado porque veas la cima. Presta atención a tus pies, asegura tu próximo paso, pero que ello no te distraiga del ideal más alto. El primer paso depende del último».

Un año nuevo es el comienzo de otra etapa en nuestra vida. No debe ser una repetición rutinaria del anterior, porque esto nos quitaría alegría, y porque somos capaces de mejorar cuanto en el anterior hemos realizado. Y justamente esto es lo que Dios espera de nosotros. Ciertamente en la montaña, -y más cuanto más esforzada sea la ascensión- nadie da el primer paso sin estar convencido de que el último, que le permitirá «hacer cima» valdrá la pena; de lo contrario le faltaría ilusión para alcanzar la cumbre. Otro tanto sucede en nuestra vida. Sin una concreta intención de un fin no hay acciones humanas. Alerta a las motivaciones, porque son ellas las que ennoblecen una acción o la encanallan. Empezamos a caminar otro año. Hay muchas vías ante nosotros. Sería perder el tiempo –la vida- escoger una que no nos encamine a la cima. Claramente ella no es otra que seguir acercándonos a lo que la voluntad de Dios quiere de cada uno: crecer en la semejanza con Jesús. Ello nos permitirá un día «hacer cima», contemplar un horizonte infinito: ver el rostro de Dios. Como el montañero sabe que viene de su hogar y que retorna a él, nadie debe olvidar que viene de Dios y vuelve a Dios.


Cardenal Ricard Mª CARLES