Sao Paulo

Rousseff se consolida como la continuadora del proyecto Lula

Tras la victoria oficialista los brasileros ya empiezan a preguntarse qué clase de gobierno verán con Dilma Rousseff. Parece claro que la dama de hierro seguirá la senda marcada por su mentor el popular presidente Lula da Silva sin embargo, también podría dejarse influir por el ala más dura del Partido de los Trabajadores y escorar su mandato a la izquierda.

Los votantes del PT se echaron a las calles de las principales ciudades brasileñas para seguir las elecciones del pasado domingo
Los votantes del PT se echaron a las calles de las principales ciudades brasileñas para seguir las elecciones del pasado domingolarazon

En sus primeras palabras como presidenta electa, Dilma dejo entrever cuáles son sus prioridades. "No podemos descansar mientras haya brasileños que tienen hambre, mientras haya familias viviendo en las calles, mientras los niños pobres son abandonados a su suerte", afirmó Rousseff, entre los aplausos de sus seguidores.

Rousseff, que jurará el cargo el 1 de enero, logró un 56 por ciento de los votos. Su rival, José Serra del partido centrista PSDB, obtuvo un 44 por ciento.
Pero además de estrechar la abismal brecha que separa a los ricos y a los pobres, la ex guerrillera quiso tranquilizar a los empresarios. Dulcificó su rostro, habló de pragmatismo económico, apretarse el cinturón y contener la inflación.
Para hacerlo deberá controlar los enormes gastos incurridos en pleno año electoral, que han puesto en duda las metas presupuestarias del país.

El real, presionado por el estímulo fiscal y por inversores extranjeros desesperados por activos de alto rendimiento en momentos en que las grandes economías mundiales están estancadas, también está afectando a los exportadores locales.

Antonio Palocci, un favorito de Wall Street que podría convertirse en el jefe de Gabinete de Rousseff, dijo que su equipo de transición abordaría cuidadosamente ambos problemas y sugerirá que el presupuesto sea ajustado para regular el aumento de los gastos.

Y es que pese a que todos aplaudan el milagro brasilero, sobre el gigante sudamericano también se ciernen nubarrones incluyendo un alto gasto presupuestario, una moneda sobrevaluada y una débil infraestructura.
En verdad que Rousseff heredará una economía que está entre las más importantes de los mercados emergentes, pero que podría verse en problemas para mantener su enorme ritmo de expansión mientras intenta echar abajo barreras como la sofocante burocracia.
El continuismo es la vía más fácil pero también hará falta valor para girar de rumbo cuando haga falta y realizar las reformas que el país necesita para mantener su robusto crecimiento.

Demasiado Lula para olvidar
Rousseff debe emerger ahora de las sombras de Lula y superar la percepción de algunos brasileños de que posee poca experiencia.
El titular del lunes del diario O Estado de S. Paulo era simplemente: "La victoria de Lula".
En una señal del cambio de guardia, Lula mantuvo la discreción tras el anuncio del triunfo de Rousseff el domingo, dejándola disfrutar del momento en el que se convirtió en la primera mujer en ganar elecciones presidenciales en Brasil.
Dilma ya le ha abierto las puertas de su gobierno, de hecho el presidente podría ocupar alguna cartera importante mientras prepara en la sombra su reelección, dentro de cuatro años.