LONDRES- Con la lista de los candidatos a los Oscar de este año pisándonos ya los talones, las estrellas de Hollywood hacen campaña en Europa. Ayer, Leonardo DiCaprio y Kate Winslet en Londres, mientras que Brad Pitt visitaba Berlín para hablar de «El asombroso caso de Benjamin Button», donde precisamente hoy promocionará «Valkiria» Tom Cruise.
La clave vuelve a ser el amor, la búsqueda de la felicidad, pero nada tiene que ver con «Titanic». DiCaprio y Winslet reaparecen juntos en la gran pantalla después de doce años con«Revolutionary Road», que se estrena este viernes en España. El filme, dirigido por Sam Mendes, está basado en la novela del mismo nombre de Richard Yates. Ambientada en la América de los 50, el drama se centra en la frustración de un matrimonio al descubrir que su vida se ha convertido en lo que siempre detestaron: en una rutina, en aburrimiento, igual que la del resto de la sociedad que les rodea, aquella que marca unas reglas con las que nunca estuvieron de acuerdo. «Sabíamos que repetir cualquier elemento que pudiera recordar a "Titanic"habría sido un error. Estamos orgullosos de aquel trabajo, pero tenía que ser algo distinto», matiza DiCaprio a LA RAZÓN.
El protagonista de «El aviador» se reunió ayer en Londres con la prensa internacional para explicar cómo ha sido el rodaje de un proyecto «muy especial»: «Desde que rodamos la cinta de James Cameron a Kate y a mí nos une una gran amistad. Queríamos volver a trabajar juntos, pero no llegaba el guión adecuado. Hemos tardado once años en volver a rodar, aunque ha merecido la pena», señala. Sin embargo, el «fantasma» estaba ahí y alguna que otra «broma» gastaron al equipo cuando rememoraron la famosa escena de la proa del barco con la banda sonora de fondo.
El hecho de que el marido de su compañera de reparto fuera el que gritaba «acción» no ha supuesto para el actor ningún handicap, todo lo contrario: «Fue estupendo trabajar con Sam. Los dos me hicieron sentir muy cómodo en las escenas donde había más tensión sexual. Se rodaron muy rápido. Estábamos bastante relajados. Kate y yo tenemos una gran complicidad desde hace tiempo y eso se notaba», explica. Por primera vez en su carrera, DiCaprio da vida a un padre de familia ahogado en la rutina del día a día: «Mi personaje es totalmente opuesto a mí, pero logré entenderle desde el principio. Es más, en algunos momentos tuve compasión por él. Es un hombre real que en su día estuvo cargado de sueños y ahora no es capaz de llevarlos a cabo. A lo largo de la película pasa por muchas fases. Quiere hacer feliz a su mujer y a sus hijos, pero no lo consigue. Deja pasar la oportunidad de su vida para que todo lo que le rodea cambie y eso le frustra. Después de rodar la película he descubierto que tengo mucha suerte por llevar una vida y hacer un trabajo que realmente me llenan». Según la estrella, la historia es tan real como la vida misma: «Son personas que intentan ser lo siempre soñaron los dos, pero ya no pueden y esto los desmorona. Se conocen tan bien el uno al otro que cuando lo ven todo perdido se dan las peores sentencias, las que realmente te hunden».
«Hombre mayor»
Las quinielas colocan ya su nombre de forma casi matemática en la carrera por el Oscar, pero a DiCaprio no se le ilumina la cara cuando le mencionan tal posibilidad. Después de estar hasta tres veces nominado, considera que ganarlo está «fuera de mi control», igual que su «look» juvenil, el responsable de que muchos no acaben de creerse el papel de «hombre mayor»: «Mi aspecto es una cuestión que no puedo controlar. Pongo lo mejor de mi parte por adaptarme física y emocionalmente al personaje, pero el éxito de una película o saber cuál es la clave que la gente utiliza para darte un premio es algo que ya no está en mis manos», detalla DiCaprio, que tiene ya, aunque no los aparente, 34 años.