Burgos

El futuro nuclear en juego

El futuro nuclear en juego
El futuro nuclear en juegolarazon

madrid- El 5 de julio de 2009 se desvelará una de las grandes dudas de la política energética del Gobierno: el cerrojazo de las nucleares. La central de Santa María de Garoña, en Burgos, es la primera que debe enfrentarse a la promesa del presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, que anunció el final de estas plantas de forma gradual «al final de su vida útil». Es la primera en la lista por candar, pero, ahora, parece que puede haber una marcha atrás por parte de los socialistas. Así lo desveló esta semana IU, que hizo pública una respuesta por carta de Zapatero en la que decía que atendería «al informe previo del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN)». Si el 5 de julio se apagan los reactores, será la señal de que la energía nuclear se apaga en España. Si no lo hacen, será una señal de que algo ha cambiado. La cita de mayo El informe al que hacía referencia por carta Zapatero se hará público, explican desde la central de Garoña, en mayo. Entonces, el CSN entregará al Ministerio de Industria un estudio en el que dirá si la planta debe cerrarse por motivos de seguridad o puede seguir en activo. En caso de negativa, el informe es vinculante. En el segundo caso el abanico es amplio. «Puede poner condiciones para continuar la producción que sean inasumibles», contestan en la central. Incluso podría recomendarse un prórroga de actividad que no llegara a los 10 años. En todo caso, la última palabra la tendrá el Ministerio. ¿Qué pasará en la comarca en caso de cierre de la central? Hay varios estudios que cifran el impacto económico y social del cierre de Garoña para toda la comarca del Valle de la Tobalina. «El número de trabajadores que directa o indirectamente viven de la central es de 1.200», explican en Garoña. En dinero, la cifra es en torno a los 80 millones de euros al año, repercutiendo aquí toda la actividad económica alrededor del negocio nuclear. Este es uno de los puntos flacos del plan anunciado por el Gobierno: la pérdida de puestos de trabajo por el cierre de las instalaciones nucleares. Y más, en un periodo como el actual en el que están subiendo las cifras del paro. Sin embargo, algunos estudios publicados por «Greenpeace» tachan de falso este enunciado. «Las fuentes de energía renovable generan más puestos de empleo para generar la misma potencia eléctrica», denuncian. «Sólo hay una gran oferta de empleo en las centrales nucleares en su periodo de construcción», concluyen los ecologistas. En cifras globales del sector en España, desde el Foro Nuclear cifran en «30.000 los puestos de trabajo generados en España por esta industria y 3.000 millones de euros al año». Desde el Ministerio de Industria aclaran que no hay todavía un plan alternativo de empleo para la comarca, «ya que aún no está decidido su cierre». Buenas noticias para los que piden que siga abierto; hace dos años el cerrojazo se daba por seguro. UGT: «Hasta 2050» En el entroncado debate energético, los sindicatos han exigido que las centrales se mantengan abiertas hasta 2050. Así lo manifestó el secretario general de UGT, Cándido Méndez, que dijo el año pasado que «no hay ningún escenario energético razonable de aquí al 2050». La dependencia energética española es, sin duda, el principal argumento para que el Gobierno dé marcha atrás en sus propósitos de cierre. «Un país que tiene que exportar gas y petróleo no puede deshacerse de las nucleares», dicen los favorables a la energía atómica. Aunque fluctúa, en torno al 20 por ciento de la electricidad en España proviene de los reactores nucleares. Una cifra que merma o sube dependiendo de las lluvias y de la aportación de las energías renovables, que en los últimos años han mejorado mucho su producción. Con todos estos factores, la decisión de Garoña parece que demostrará si el cerrojazo nuclear es definitivo en toda España.