El pop «indie» se hace mayor

Resulta difícil pensar en una época de la música independiente nacional en que se hayan concentrado tantos y tan buenos primeros discos, con el valor añadido de que para el futuro inmediato se anuncian nuevos lanzamientos que están llamados a confirmar que asistimos a un cambio de ciclo. Sobreviven algunos de los nombres sagrados de aquella primera etapa del «indie» y el «noise», con Los Planetas a la cabeza, pero también La Buena Vida (ahora sin Irantzu Valencia) o Sr. Chinarro; otros se han reconvertido, caso de Teresa Iturrioz (antes en Le Mans, ahora en Single), Nacho Vegas (procedente de Manta Ray) o Sergio Vinadé (Tachenko, tras militar en El Niño Gusano). Pero sobre todo hay una gran añada de bandas primerizas que marcan la pauta de la que debería ser una segunda edad de oro.«Mientras no se dé una renovación de público no se va a poder hablar de nueva escena. Si nos fijamos en la media de edad que deambula por nuestros conciertos, difícilmente podremos hablar de savia nueva». La teoría corre a cargo de Daniel Granados, responsable de Producciones Doradas, sello que, junto a La Colazione, capitanea en Barcelona este intento por hacer que el soplo de aire fresco no se quede sólo en algo pasajero. «Consolidar lo que hay podría resultar una opción básicamente conservadora; o se aspira a más, a difundir con medios y recursos la producción cultural y musical independiente, o esto tiene un techo claro y lo estamos viviendo», continúa Granados, que además es batería en Centella y guitarrista en Tarántula, moviéndose entre el punk y lo directamente inclasificable. «Para ello es necesaria la implicación de varios agentes privados y públicos que, en muchos casos, desde luego no están por la labor. Por poner un ejemplo, podríamos hablar de la situación en la que se encuentra Madrid hoy en día, con un aumento considerable de trabas y problemas impuestos desde la administración pública cuya única finalidad es mermar y acabar precisamente con ese panorama independiente».En Cataluña, la lista de nuevos nombres se podría completar con Tu Madre, Mujeres, Espaldamaceta o Albaialeix, y sobre todo con los sobresalientes Cuchillo –folk rock de categoría, autores de uno de los grandes discos de 2008–, Manel –una vuelta de tuerca a la canción mediterránea–, Extraperlo –recién publicado su sobresaliente primer disco– y Joe Crepúsculo, pop brillante a la vez que descuidado, herencia directa de la Movida. Falta de mediosDaniel Granados vuelve a poner los puntos sobre las íes cuando se trata de plantear un posible salto a un público más amplio: «Por supuesto que nos interesa llegar a más gente. Nunca he creído que la marginalidad de cierta cultura le aporte un valor añadido. El problema es que en ese ámbito entras en conflicto con el “mainstream”, que dispone de una maquinaria apisonadora que trata de copar el mercado dejando poco espacio para otro tipo de propuestas».Junto a Barcelona, sobre Madrid cae el segundo gran foco de la escena. De aquí salió el año pasado Russian Red, que de proyecto embrionario dio el salto a los anuncios y la televisión casi sin pestañear. Un camino parecido podría seguir en los próximos meses Anni B Sweet, cuyo debut acaba de salir al mercado vía Subterfuge/Arindelle, con un registro parecido al de Lourdes Hernández, aunque con orientación más pop. Ella misma afirma que el panorama presente «es una continuación de lo que empezó en los 90, pero hecho por una nueva generación que tiene una mentalidad más acorde con los tiempos actuales. Me gustaría pensar que esto se consolidará, pero es un poco difícil, ya que siempre hay épocas para todo, y hay que tener en cuenta que tanto las discográficas independientes como los grupos apenas tenemos apoyos de ningún tipo». En todo caso, el gran momento de esta malagueña –madrileña de adopción– está a la vuelta de la esquina, como también el de Hola A Todo El Mundo (HATEM), banda que factura un folk-rock que no es difícil emparentar con el sonido de los canadienses Arcade Fire. Otra promesa que ya se ha convertido en realidad es la de La Bien Querida, con su deslumbrante «Romancero».Y a la vez que hay futuro, también presente: el country alucinado de Lidia Damunt (su segundo álbum, «En el cementerio peligroso», acaba de salir), el pop fatalista (también con ecos de la Movida) de Los Punsetes, las melodías de Vetusta Morla, el punk de Juanita y los Feos o la delicadeza de Le Mot (con la ex Nosotrash Malela Durán), aunque el debut más reciente lleva la firma de Templeton, que con «Exposición universal» vienen a convertirse en el nexo de unión entre el «indie» de los 90 y la nueva escena. Ideas con ilusión«Lo que sí debería destacarse es el altísimo nivel actual. Se ha producido un cierto relevo, con bandas como Los Punsetes, Triángulo de Amor Bizarro, Klaus & Kinski o Cuchillo, que están reformando el mapa independiente», señalan desde este grupo nacido en Cantabria y ahora asentado en Madrid, para añadir a renglón seguido: «Parece que esta misma escena estuviera siempre en una especie de perpetua consolidación. Es otra liga y hay menos medios, pero más ilusión e ideas». Sólo el tiempo dirá si esta generación dará el gran salto o está condenada, otra vez, a ver la vida pasar