Foto del día: En el «G-20» del glamour

Decidió tomarse un día sabático. Dejar de lado sus obligaciones de primera dama de Francia por unas horas, abrazarse a la guitarra y volver por donde solía: a ser esa modelo reciclada en cantautora que desgrana temas sobre el amor, el desamor y todos los desvaríos emocionales, que de ellos sabe un rato. Carla Bruni reapareció en todos los sentidos en el Radio City Music Hall de Nueva York para darle su particular homenaje a Mandela por su cumpleaños. Por ese esbozo de sonrisa, se puede intuir que Bruni intentaba reencontrarse consigo misma y no se encontraba tras meses yendo de recepción oficial a recepción oficial y tiro porque me toca. Ahí estaba ella solita en el escenario y con sus circunstancias en el patio de butacas, ya que el presidente francés quiso estar pero en la sombra, que eso ya es mucho pedirle, pero, por «su» Carla, lo que sea. Logró todo el protagonismo. Actuar junto a Stevie Wonder, Aretha Franklin o Cindy Lauper la colocaba en el «G-20» del glamour, donde los trajes y las corbatas se dejan en el ropero para, cual francesita existencialista de los cincuenta, marcar la diferencia. No es la primera dama de la canción, pero sí de Francia. Pena, porque lo segundo tiene fecha de caducidad y lo primero es eterno.