El Cairo

Israel divide Gaza en dos

Carros de combate israelíes cierran todos los accesos a la capital, aislando a 500.000 palestinos.

Israel divide Gaza en dos
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La furia se ha desatado en la franja de Gaza. El Ejército israelí ataca este territorio de 367 kilómetros cuadrados por tierra, mar y aire. Miles de tropas de Infantería, ingenieros, artillería y tanques siguen avanzando hacia la ciudad de Gaza. Desde que comenzó hace diez días la operación «Plomo Fundido» contra los terroristas del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), el número de victimas mortales asciende a casi medio millar, la mayoría miembros de Hamas, y hay más de 2.500 heridos.
Ayer, las fuerzas israelíes cortaron virtualmente la franja en dos, tras ocupar la carretera Salaheldin, la principal vía que cruza la franja de norte a sur. Carros de combate cerraron, además, todos los accesos a la capital, dejando aislados a unos 500.000 residentes. Para ello, unos ochenta tanques, vehículos blindados y excavadoras tomaron posiciones en el antiguo asentamiento judío de Mitzarin, a unos tres kilómetros al sur de la capital.
Combates en el sur
En el sur, las incursiones fueron menores para controlar los túneles que conectan con Egipto por donde entran las armas para los milicianos. Mientras avanzaban las tropas, los uniformados mantuvieron intensos combates con los integristas, que dispararon proyectiles de mortero para impedirles el paso.
En el intercambio de fuego cruzado, murieron decenas de terroristas . Por parte del Ejército israelí se confirmó la baja de un soldado, tres heridos de gravedad y otra veintena de carácter leve.
La aviación continuó bombardeando, en el marco de la operación contra objetivos de Hamas. En total, quince ataques aéreos se registraron ayer en varios puntos de la franja, principalmente en el norte, desde donde los terroristas del Movimiento de Resistencia Islámica disparan sus cohetes contra el sur del territorio israelí. En uno de los bombardeos israelíes murió una madre y sus cuatro hijos. La situación del hospital de Shifa, el mayor de Gaza, era dramática, pues llevaba más de 48 horas sin suministro eléctrico y faltaban medicinas, porque Israel no permitió el paso a los cargamentos de ayuda humanitaria.
A pesar de la invasión, los integristas palestinos siguieron lanzando un gran número de cohetes y proyectiles de mortero contra el oeste del Negev y otras poblaciones del sur, dejando un civil herido en Sderot, y otros dos en la región de Eshkol.
«Una operación inevitable»
En el terreno político, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, aseguró ayer que la invasión de Gaza era «una operación inevitable», al tiempo que matizó que Israel no tiene ninguna intención de ocupar la franja. «El único fin es alcanzar los objetivos fijados por el Gobierno», reiteró.
Con palabras emotivas, Olmert se dirigió a las familias de los soldados para decirles que el Ejecutivo ha enviado al campo de batalla a los «chicos para proteger a los padres, los hermanos, las hermanas y los vecinos que se han quedado en casa».
Hasta el momento, no hay visos de un posible alto el fuego, como aclaró ayer el presidente israelí, Simon Peres, al diario «Haaretz». Israel no aceptará un acuerdo que no contemple el cese total del lanzamiento de cohetes y el fin del rearme de Hamas.
Mientras, el dirigente de Al Fatah Marwan Barghuti hizo ayer público un comunicado elaborado desde la prisión israelí en la que se encuentra encarcelado en el que hizo un llamamiento a los palestinos, árabes y musulmanes a comprometerse en una «campaña de solidaridad» para detener la guerra. Barghuti condenó la ofensiva israelí y elogió la «firmeza» de los palestinos.