Conferencia Episcopal
La Navidad es cristiana
Por más que se empeñen en el fomento del relativismo y del anticatolicismo, todos, incluidos ellos, gozan y disfrutan de estas Fiestas porque se conmemoran acontecimientos cristianos, la mayoría históricos. El principal, el nacimiento de Jesús como inicio de una nueva historia, una cultura riquísima y fundamentada en el amor, en la bondad, en la vida y en unas cuantas virtudes más que enaltecen a las personas y que las diferencian de otros animales. Éste es el origen para los festivos y las vacaciones. Por más que quieran olvidarlo, una buena parte del mundo en que vivimos ha sido ensamblado desde el cristianismo. Y por más cruzadas que organicen, sólo un 7,8 por ciento de los españoles piensan que la religión no es importante en la educación de los hijos, según la encuesta que publicó LA RAZÓN, y la gran mayoría reconoce la extraordinaria labor de la Iglesia a nivel social. Y es lo lógico. Las grandes aportaciones y demostraciones de entrega a los demás se imponen con creces a cualquier desvío que pueda darse en el seno de la organización regida por el Vaticano, no en vano está compuesta por personas, con sus grandezas y debilidades. Pero ahí sobresalen, como ya expuse en otra «periferia» la dedicación a los más necesitados, a los mayores, a los abandonados, a los marginados, a los «apestados» por la sociedad. Los curas, las monjas y numerosos seglares católicos con ellos –también de otras religiones con el mismo mensaje– dan ejemplo en todos los continentes y se muestran dispuestos a hacer algo que la mayoría de nosotros no queremos ni plantearnos o para lo que estamos incapacitados. La Navidad queda y bienvenida sea porque provoca la hermandad y el fomento de la familia, institución básica que algunos se empeñan en difuminar. Padres, hijos, amigos, vecinos se acercan y olvidan. Si además nos mueve una pizca a la solidaridad, más bienvenida sea. Mientras tanto, a disfrutar unos de otros y, ¿por qué no?, de algún exceso. Habrá tiempo de pulir los gramos añadidos a nuestro cuerpo serrano. Feliz Navidad.
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