«Merecen la pena las dificultades por un lendakari como López»

MADRID- Era la primera reunión que mantenían en La Moncloa el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el lendakari Patxi López. «El lendakari del cambio y la esperanza», tal y como le definió Zapatero. Un cambio que incluso se percibió en el trato que el jefe del Ejecutivo dispensó a López en un encuentro que tachó de «especial». Zapatero sólo tuvo buenas palabras para el sustituto de Juan José Ibarretxe en Ajuria Enea, llegando incluso a asegurar que «merecen tanto la pena las dificultades por tener un lendakari como Patxi López», en relación a las trabas que el PNV está poniendo en el Congreso de los Diputados al Gobierno central. Dos horas y media duró el encuentro, en la que trataron principalmente tres asuntos: política antiterrorista, crisis y transferencias pendientes. Uno de los que más tiempo les ocupó fue la lucha contra ETA, donde Zapatero dejó claro que ambos comparten la idea de «dos gobiernos y una misma política antiterrorista». En la rueda de prensa que ambos ofrecieron en los jardines de La Moncloa, Zapatero destacó la necesidad de «perseguir y erradicar la violencia de ETA y apoyar a las víctimas». En este punto, López quiso resaltar «la complicidad» que existe entre ambos Ejecutivos para «combatir a ETA» y «deslegitimar a la banda y a su entramado». Para ello, el lendakari habló de la necesaria coordinación «hasta convertirse en complicidad» entre las diferentes Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Lucha contra ETA Y se refirió a la posibilidad de crear una mesa de partidos contra ETA, tal y como le propuso el martes el líder del PP vasco, Antonio Basagoiti. López dijo que tras la ronda de reuniones que está haciendo con los partidos, extraerá la conclusión de si es posible o no, porque «sólo se convocará si sirve para afianzar la unidad de los demócratas y no para certificar conflictos o diferencias». «Si podemos ir más allá, iremos», señaló. Sobre el último atentado de la banda terrorista, ambos quisieron destacar la movilización de toda la sociedad en contra de la violencia. Zapatero destacó que el comportamiento de la familia de Eduardo Puelles fue «extraordinariamente ejemplar» y confesó que, con el discurso del lendakari, «sentí emoción y que se redoblaban mis fuerzas en favor de la libertad». Tras el terrorismo entraron de lleno en el segundo bloque: la crisis. Eso sí, previamente López le transmitió a Zapatero la intención del Gobierno vasco de «participar en todos los foros multilaterales que convoquen a las comunidades. Nunca más habrá una silla vacía de Euskadi porque ahí se decide el futuro de España, que es un proyecto que compartimos», apuntó. En lo que a la situación económica se refiere, hablaron de inversiones, infraestructuras y proyectos, prestando especial atención al AVE vasco. López destacó su «intención de acelerarlo», pese a dificultades como el tramo guipuzcoano, y de la importancia de la conexión con Francia, después de que el primer ministro galo marcara como «prioridad» esta infraestructura. El último asunto que trataron, aunque no el menos importante, fue el de las transferencias pendientes de determinadas competencias. Zapatero se comprometió «a darles el máximo impulso y la máxima celeridad», principalmente a las políticas activas de empleo, que «reforzarán el autogobierno de Euskadi y marcarán que se puede desarrollar el Estatuto de Guernica». El lendakari, que reiteró la importancia de traspasar esas políticas de empleo y de generación de puestos de trabajo, confió en que se cumpla el compromiso adoptado con Chaves de que el 1 de enero pasen al Gobierno vasco todas las competencias y los instrumentos derivados, «fundamentales» ante la crisis. Sin embargo, y pese a darle más importancia a estas transferencias, descartó renunciar a completar el desarrollo estatutario, pero sí recalcó que hay «un calendario de prioridades». «Vamos a ir conquistando cuotas de autogobierno», sentenció.