Granada

«Nos sentimos engañados»

«Nos sentimos engañados»
«Nos sentimos engañados»larazon

Acordaron no volver a hablar sobre el futuro del polémico legado de José Guerrero hasta no llegar a un acuerdo con la Diputación de Granada, pero han decidido romperlo. Los hijos del pintor confesaron ayer sentirse «engañados» por la Diputación y reivindicaron una fundación propia para los fondos del Centro José Guerrero y criticaron, además, la que ha sido aprobada por la institución provincial en el mes de abril. En un comunicado, acusaron al gobierno provincial de una «nueva deslealtad» al incluir en los estatutos de la Fundación Granadina de Arte Contemporáneo la integración de la gestión del centro de calle Oficios, lo que supone un «incumplimiento de lo pactado» en las reuniones celebradas el 23 y 24 de abril en Granada, según pusieron de manifiesto Lisa y Tony Guerrero. «Nos sentimos manipulados, habida cuenta de las declaraciones de sus responsables políticos, que han hecho pública información incorrecta en un momento en que ambas partes habíamos acordado mantener silencio hasta llegar a un acuerdo. (...)Y si todo esto ha ocurrido durante la gran tensión mediática que se ha vivido, con los medios de comunicación y la sociedad civil pendientes de las conversaciones, no podemos confiar en que no se produzcan en el futuro otras arbitrariedades», señalan. Donar con garantíasLos hijos reconocen su interés en donar de forma altruista a Granada la colección Guerrero, compuesta por la biblioteca, el archivo y sesenta de las mejores obras del pintor, «pero la donación requería de ciertas garantías para salvaguardar la integridad y dignidad de este legado, de máximo valor e importancia para nosotros. Muy a nuestro pesar, no nos es posible hacer realidad esta donación, dada la decisión tomada por la Diputación de Granada», indican. Llegados a este punto, los hijos apuntan a dos únicas posibilidades: marcharse con la colección, o insistir en la creación de una Fundación José Guerrero «que vele por el buen uso de este legado y por su proyección pública, regida por el código de buenas prácticas, como se está aplicando otras muchas administraciones».