Ciencias humanas

Por qué la especie humana huye del multiculturalismo

Un nuevo estudio antropológico de la Universidad de Utah revela que nuestra especie ha acelerado su evolución en los últimos 40.000 años y que las distintas etnias avanzan en líneas divergentes. El hombre no avanza hacia una especie única.

La Razón
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DEMOGRAFÍA

El mundo ha pasado de tener millones a billones de habitantes.

El problema de la superpoblación mundial es algo de lo que no le gusta hablar al «lobby» del ecocomunismo reunido esta semana en Bali, pero el estudio de la Universidad de Utah deja claro que el principal efecto sobre la especie humana y su entorno ha sido «el incremento de la población humana de millones a billones en los últimos 10.000 años». Este dato revela que la evolución del hombre se ha acelerado exponencialmente en la última quinta parte de la existencia de la especie y deja claro que tanto los problemas asociados a su presión sobre el planeta, como la capacidad que tiene el hombre para ponerle remedio, se han multiplicado. Ningún experto de la ONU habla de esto.

SIN «MELTING POT»

Las distintas subespecies viajan por carreteras divergentes.

La aceleración del desarrollo de la especie también ha hecho que se acentúen las diferencias entre las distintas culturas que pueblan los continentes, concluye el informe de los antropólogos norteamericanos. Algunos escritores de ciencia ficción tendrán ahora que repensarse sus guiones. El hombre no va hacia el modelo tantas veces descrito del hombre-robot, sino que más bien buscamos en nuestras diferencias la más poderosa razón de nuestra existencia. Según los expertos, la información de ADN procesada en los últimos años concuerda con los datos y estudios antropológicos y deja claro que el incremento de población ha hecho «que aparezcan numerosos cambios en la cultura y la ecología y nuevas oportunidades de mutación».

ADAPTACIÓN

Si la evolución se acelera, también cobra velocidad la adaptación humana.

Richard Potts, director del programa sobre los orígenes humanos del Smithsonian Museum de Washington, apunta que la teoría de la continua adaptación del hombre a su entorno es científicamente plausible. Es un concepto claro. Si el hombre ha acelerado su evolución al mismo ritmo que se ha reproducido en la última etapa de su existencia, también será capaz de crear las medidas correctivas necesarias al impacto en su entorno a un ritmo similar. La teoría de la desaparición de la especie por culpa del cambio climático y los factores relacionados puede tener en este concepto a su principal enemigo, pero la ONU no se ha molestando en financiar un estudio que incluya a esta variante en la paradoja climática, sólo se buscan aquellos datos que revelen que el fin del mundo se aproxima.

EJEMPLO LÁCTEO

El hombre adapta genes si es necesario para su actividad económica.

El estudio revela que la evolución humana no ha ocurrido sino que está ocurriendo. Sin embargo, los expertos de hoy tienden a dar por buena la noción de que lo que hagamos ahora será en reacción a la evolución cometida hasta ahora. Nadie se atreve a proponer que el cambio climático sea en sí mismo una muestra más de la continuidad en la evolución, con lo que encajaría en la visión de que el hombre sabrá afrontar esta variante con presteza. Con más mentes será más fácil encontrar una solución viable y adaptada a las necesidades de la especie en su momento actual. El estudio de Utah prueba este punto con un estudio sobre la tolerancia a la leche. La mayoría de los adultos de África y Asia no toleran en su madurez la lactosa, mientras que el 99% de los suecos y daneses sí, con lo que se demuestra que si el hombre necesita un gen porque su actividad principal son los lácteos, entonces lo incorporará.

ENCONTRONAZO

Ciencia y política no evolucionan en la misma sintonía.

La ciencia y la política también continúan su propia evolución divergente. En la cumbre de Bali se vendió ayer un acuerdo de mínimos para salvar la cara de la ONU -que se ha gastado una barbaridad en la reunión- como si fuera el principio del fin de todos los problemas de la especie humana. Nada más lejos de la realidad. El encuentro de Bali fue un muestrario del reverso tenebroso de la conclusión del estudio de Utah. Miles de científicos y analistas de todo el mundo y de culturas muy distintas se juntaron para buscar una solución al supuesto único y gran problema del hombre. El informe de Utah apunta que la especie, por sí misma y en un proceso continuamente en funcionamiento, será capaz de buscar una salida con la aportación diferenciada de millones de mentes distintas. ¿Quién tendrá razón?

msanchez@larazon.es