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“Evo Morales puede volver a Bolivia pero tendrá una mayoría radicalmente en contra”

El ex presidente y candidato de la opositora Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, es consciente que el futuro del país se juega en la credibilidad de unas elecciones libres que deberían celebrarse en marzo

Foto: Cipriano Pastrano.
Foto: Cipriano Pastrano.Cipriano Pastrano DelgadoLa Razón

LA RAZÓN ha podido entrevistar a Carlos Mesa en su hotel en Madrid, aprovechando que se ha desplazado hasta Madrid para asistir a la vigesimoquinta Cumbre por el Clima, y así de paso poder hablar con el candidato a la presidencia boliviana sobre algunos de los temas de la actualidad boliviana.

El Parlamento de Bolivia ha aprobado la ley para convocar nuevas elecciones. ¿Va a presentarse?

Sí. Tras haber obtenido en el peor de los casos el segundo lugar y en el mejor de los casos el primero, con una votación de más de 2.000.000 de votos, mi decisión es presentarme de nuevo como candidato de la alianza Comunidad Ciudadana.

Todavía no hay fecha. ¿Cuándo deberían convocarse las urnas?

El Tribunal Superior Electoral (TSE) es el encargado y todavía debe renovarse el organismo. Estimo que podrán celebrarse en el mes de marzo a más tardar a principios de abril. Es un tiempo razonable.

En esta campaña surge la candidatura del líder de los comités cívicos, el ultraconservador Luis Fernando Camacho. ¿Cree que puede tener el efecto que tuvo Bolsonaro en las elecciones de Brasil?

Me da la impresión de que van a aparecer otros candidatos además de Camacho. Sin duda Camacho es una figura relevante por la fuerte emocionalidad que ha envuelto la transición política. No tengo claro cuál es el planteamiento político-ideológico de Camacho. La coincidencia en la fuerte impronta religiosa es significativa pero desconocemos todo lo demás.

¿Considera que es una figura comparable al actual presidente brasileño?

La reivindicación religiosa es compartida pero como digo sería prejuzgar porque faltan los elementos centrales de su planteamiento político.

¿El evismo puede ganar las elecciones sin Evo Morales?

No, no lo creo. Indudablemente va a ser una fuerza importante pero va a tener un apoyo muy disminuido al que obtendría si Morales se presenta, que no lo puede hacer por razones constitucionales. Morales ha tenido un final dramático, negativo, de contradicción... Ha profundizado las grietas que él debería haber cerrado. La acusación que hace Morales de que hay una línea antiindígena en Bolivia es totalmente falsa. Nuestra candidatura siempre ha sido una candidatura de integración.

¿MAS quiere que Evo Morales sea su jefe de campaña. ¿Puede darse este escenario o si regresa se enfrentará a un posible proceso judicial como ha advertido la presidenta interina?

No hay una acusación específica contra Morales. Para ser procesado como presidente en funciones se necesita un juicio de responsabilidades [en el Congreso] y el MAS controla dos tercios [de la Cámara]. No se producirá. Pero las declaraciones violentas que hizo desde México sí podrían generarle un proceso penal. Más allá de eso, Morales no se da cuenta de que el 60% del país está radicalmente en contra de su presencia, de su llegada y, sobre todo, de su papel protagónico. Morales renunció porque la mayoría de un país, una mayoría muy clara, no lo quería más como presidente por haberse burlado dos veces del voto, por ser un presidente autoritario, y por haber hecho un fraude monumental. En este contexto, no creo que ayudaría a su partido que estuviera en el país.

Pese a eso, desde México ha dado continuas señales de que quiere regresar. ¿Podría ser jefe de campaña?

Desconozco si el Gobierno ha abierto un proceso penal ordinario por haber instigado la violencia y los bloqueos desde México. Morales ha dicho que hay unas órdenes de Interpol en contra suya. No me consta, no tengo evidencia. Pero si él no tuviera un proceso ¿podría volver? Sí, pero lo haría en un contexto muy contrario a él. La mayoría del país es contrario a la presencia de Morales porque considera que Morales, sobre todo en los dos últimos periodos presidenciales, ha sido muy negativo para el país.

¿Temen que establezca una delegación paralela de MAS en México?

En la medida en que Morales siga promoviendo la violencia más que temer, eso es inaceptable. Lo que hay que preguntarle a México es qué entiende por asilo político. Un asilado no puede hacer declaraciones de carácter político. La vergüenza es que el Gobierno de México le da un asilo político que le permite hablar libremente sin ningún tipo de cortapisas. Es un aspecto que hay que reformular. No puede aceptarse. Si Morales hace declaraciones políticas está vulnerando el asilo y si hace declaraciones de carácter violento está cometiendo un delito de enaltecimiento de la violencia.

¿Las próximas elecciones serán elecciones creíbles en las que todos los candidatos acepten los resultados?

El primer miembro del Tribunal Supremo Electoral nombrado por la presidenta Áñez, Salvador Romero, es una persona de total credibilidad. Es el especialista de asuntos electorales en Bolivia más respetado y prestigioso. Hay que completar la selección de los miembros del TSE. Una vez que conozcamos los nombres podré dar un juicio de valor. Está la mediación de la Unión Europea y de la iglesia católica para lograr que eso ocurra. El punto de partida es bueno.

La sociedad está divida en torno a Evo Morales -dice- en una proporción de 60% en contra y 40% a favor. ¿Hay riesgo de un enfrentamiento civil entre las dos Bolivias?

Yo no hablaría de las dos Bolivias. Ha sido el gran equívoco y la gran manipulación de Evo Morales. Hay una población indígena que ha votado por él pero también hay una población urbana. Y por nosotros ha votado una población indígena y una población urbana. Mayoritariamente indígena para Morales y minoritariamente indígena para nosotros, pero la construcción de las dos Bolivias es una idea falsamente trabajada por Evo Morales. Pueden producirse confrontaciones. En términos generales, Bolivia nunca ha tenido elecciones violentas. Esta es una circunstancia totalmente distinta en la que ha habido una polarización del país. Mi impresión es que Morales no va a lograr un respaldo equivalente con su sustituto. Por tanto, ese 40% también se va a achicar.

¿No hay entonces riesgo de un enfrentamiento civil en Bolivia?

No, no creo que haya un enfrentamiento en los términos catastróficos que usted infiere en la pregunta. Pueden haber roces, conflictos o dificultades mayores que en elecciones anteriores pero no a un nivel de confrontación en el seno del país.

¿Cree que la presidenta Jeanine Áñez está actuando en la buena dirección para reconciliar al país?

Creo que la tarea de la presidenta Áñez es una tarea difícil y que la está llevando adelante de una manera adecuada después de superar los primeros días de enfrentamientos. Quizás habría que plantearse alguna pregunta sobre la gestión de Gobierno cuando es un equipo que solamente tiene un objetivo que es la convocatoria de elecciones generales. Pero eso son detalles.

Fue muy polémico su decreto para dar carta blanca a las Fuerzas Armadas en la restitución del orden público. ¿A esos detalles se refiere?

Yo no compartí ese decreto que en la parte más sensible liberaba a los militares de las responsabilidades. Entiendo que ya no está vigente, porque fue criticado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Pero hay que entender algo muy importante. La generación de violencia se produjo por los manifestantes de MAS. En caso de una planta de combustibles en la ciudad del Alto usaron dinamita para derribar un muro perimetral, si se hubiera logrado, habría generado una catástrofe enorme. Morales instó a sus militantes a desarrollar actos de violencia que no se pueden aceptar.

¿Cree que hubo excesos de las Fuerzas Armadas en sus actuaciones contra los seguidores de Evo Morales?

Debe abrirse una investigación sobre dos episodios concretos: la entrada de Cochabamba y la planta de combustible en el Alto. Ahora, el respeto a la vida y a los derechos humanos es fundamental. Lo he defendido siempre como presidente. Hay que esclarecer los hechos, si hubo respuesta proporcional o no de las Fuerzas Armadas y establecer con claridad cuál fue la circunstancia de muerte de las personas que perdieron la vida en los incidentes.

¿La presidenta Áñez es una presidenta autoproclamada o una presidenta conforme el ordenamiento jurídico?

No, por favor, es una presidenta constitucional como confirmó la declaración del Tribunal Constitucional de Bolivia. Está fuera de discusión.

¿Si no hubiera hablado el Ejército, Morales hubiera dimitido?

Mi impresión es que sí. El Ejército tuvo dos momentos el domingo 10 de noviembre. El primero fue crucial cuando le dijo que no iba a salir a reprimir al pueblo. Bolivia tiene un antecedente de la crisis de 2003 con un saldo de muertos muy alto que llevó a la cárcel a varios jefes militares. El Ejército no estaba dispuesto a asumir una responsabilidad del poder político cargada sobre las FFAA. El segundo fue el pronunciamiento del comandante el jefe para que Morales diera un paso al costado y renunciase. La declaración no es constitucional pues vulnera la no liberación de las FFAA pero no hay ninguna acción militar, ni ningún movimiento, ni ningún tanque, ni toma del Palacio de Gobierno. De hecho se produce un vacío de poder de 48 horas. ¿Dónde se ha visto un golpe de Estado sin asumir el poder y que se produzca un vacío porque hay una resolución de carácter civil? El presidente no estaba en condiciones de gobernar. Tenía una resistencia pacífica de 21 días, en las nueve capitales de departamento. Es evidente que desde el momento del fraude hasta la renuncia de Morales hay una presión democrática, popular y pacífica que hace de Bolivia un país ingobernable para él.

¿Por qué en Bolivia la movilización pacífica logró derrocar a Evo Morales y, sin embargo, en Venezuela sigue al frente Nicolás Maduro?

La palabra derrocar no es correcta. Morales tomó la decisión de renunciar y pidió un asilo político. En el caso de Bolivia las FFAA no están incorporadas en el escenario del poder, eran un mecanismo de administración del poder armado conforme a la Constitución. En el caso de Venezuela el centro del poder y quien verdaderamente gobierna, con Maduro a la cabeza, son las FFAA que tienen una estructura incorporada a este esquema. La otra explicación es que las movilizaciones sociales en Bolivia son distintas a las de Venezuela. Nosotros tenemos una fuerte red organizativa, con grupos corporativos muy compactos, que no son equivalentes a los de Venezuela.

¿Está Latinoamérica viviendo un fenómeno de primaveras democráticas?

En las últimas semanas hemos vivido problemas en Ecuador, Chile, Colombia y en Bolivia. Bolivia es un caso particular porque no se produjo una revuelta vinculada a cuestiones económicas y sociales. Se produjo una resistencia pacífica a un fraude monumental hecho por el gobierno que tuvo un carácter estrictamente político y que obligó a la renuncia de Evo Morales por una serie de irregularidades y deriva autoritaria. En el caso de Ecuador, Chile y Colombia son movilizaciones que tienen que ver con medidas económicas y con protestas sociales específicas. Dicho lo cual. Creo que Latinoamérica atraviesa un momento de crisis democrática en el que probablemente haya que analizar la legitimidad de los partidos políticos que están cuestionados por la base de la sociedad. El ascenso de la clase media y de los pobres que han entrado en la clase media han desatado una serie de demandas que no son equivalentes a lo que el continente vivió hace 30 o 40 años en términos económicos. El salto cualitativo de estas reivindicaciones son distintas a las de los países que estábamos en el pasado vinculados a la extrema pobreza.