Donald Tusk

Bruselas vería con buenos ojos el regreso de una Escocia independizada en la UE

Polémicas declaraciones de Donald Tusk 48 horas después del divorcio de Reino Unido de la Unión Europea

Imagen de Donald Tusk en el Consejo Europeo.
Imagen de Donald Tusk en el Consejo Europeo.Olivier MatthysAP

El ex presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, admitió ayer que en Bruselas hay una cierta “empatía” hacia la hipotética posibilidad de que una Escocia independiente se adhiriera en un futuro a la UE. "Si me preguntan por emociones, verán que creo que siempre hay empatía (..) No tengo ninguna duda de que todo el mundo estaría entusiasmado en Bruselas y, de manera más general, en Europa”, recalcó en una entrevista con la “BBC”. Advirtió, eso sí, que cualquier futura posible entrada por parte de una Escocia independizada del Reino Unido no sería automáticamente aceptada por los Veintisiete y que Escocia no recibiría ningún trato especial por parte del bloque, sino que debería seguir los trámites oficiales.

El Brexit ha incrementado, por primera vez desde 2015, el sentimiento independentista entre los escoceses. Según la última encuesta publicada por YouGov, de celebrarse ahora la consulta, el 51% de los escoceses abogarían por romper sus lazos con Londres.

A pesar de que Downing Street ha denegado oficialmente la petición realizada por la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, para celebrar un nuevo plebiscito secesionista, la líder soberanista no está dispuesta a tirar la toalla. El pasado 31 de enero, justo cuando se ejecutaba la salida de Reino Unido de la UE, la líder del SNP ofreció un esperado discurso donde marcó su hoja de ruta para sacar de nuevo las urnas. Eso sí, tiene muy claro que actuará siempre en el marco de la legalidad, descartando así seguir los pasos de Cataluña.

“Para lograr la independencia, un referéndum, da igual cuando ocurra, sea este año como quiero o después de las próximas elecciones (al Parlamento de Edimburgo), debe ser legal y legítimo. Es un hecho”, sentenció en su intervención donde también reclamó que dicha consulta debe demostrar “claramente" que hay un “apoyo mayoritario”. “Esta legalidad debe estar más allá de toda duda. De otra manera, el resultado, aunque sea favorable, no sería reconocido por otros países”, añadió.

Como gestos prácticos, Sturgeon anunció su intención de convocar una reunión de diputados regionales, nacionales y antiguos eurodiputados para debatir los futuros planes y confirmó que pedirá a la Comisión Electoral que comience a estudiar la pregunta del hipotético segundo referéndum.

Asimismo, el Gobierno escocés también prevé actualizar el documento sobre sus argumentos a favor de la secesión y no descarta que si el Ejecutivo central sigue mostrando su negativa, lleve esta cuestión hasta los tribunales.

El pasado miércoles, Sturgeon consiguió el apoyo de la mayoría del Parlamento de Edimburgo para celebrar una nueva consulta en una votación más simbólica que otra cosa. Los soberanistas asumieron que la celebrada en 2014 -donde 55 % votó en contra de la independencia- era única en una generación. Sin embargo, ahora Sturgeon considera que el Brexit ha cambiado por completo las reglas de juego.