Bernie Sanders

Sanders empieza a asumir la derrota en las primarias demócratas

«Hemos ganado la batalla ideológica pero no la elegibilidad» admite el veterano senador de Vermont tras sus últimas derrotas

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El aspirante demócrata a la presidencia de EE UU en una acto de campañaCharles KrupaAgencia AP

Cuando Bernie Sanders, en la semana de su debacle en el estado de Michigan, salió este martes para encarar a Joe Biden y anunciar las cuestiones que espera preguntarle el domingo, tenía más aspecto de gallardo derrotado príncipe destronado que de soldado dispuesto a matar y morir.

Anunció que durante el debate piensa interrogar al ex vicepresidente con Obama por sus intenciones respecto al medio millón de personas que quiebra cada año por la voracidad de las aseguradoras médicas, y por supuesto por el problema acuciante de un sistema que mantiene a millones de ciudadanos al margen de la atención sanitaria. De alguna forma Sanders, que acababa de telegrafiar sus preguntas, parece abrir la mano a una coalición.

Sabe bien que aunque muchos quieren que siga en la lucha la historia será implacable si acaba por ser responsabilizado de una nueva victoria de Donald Trump. Aunque las noticias que llegaban de California, donde siguen contando votos, parecían benévolas, el autotitulado socialista democrático podría estar considerando el fin de su epopeya. Por dos veces ha estado a punto de derrotar al candidato favorito del partido, primero a Hillary Clinton en 2016. En 2020 arrolló durante semanas a los Biden, Pete Buttigieg, Michael Bloomberg y Elizabeth Warren. Pero la retirada de todos los aspirantes centristas, agrupados ya tras Biden, y la renuencia a prestarle un salvavidas por parte de su íntima enemiga, la senadora Warren, ha pulverizado sus magras opciones de victoria.

De nada le ha servido contar una campaña millonaria en microdonaciones, orgullosamente levantada al margen de las grandes corporaciones por más que los partidarios de Warren lo acusen de estar demasiado cerca de las industrias del carbón y desconfíen de sus opiniones acerca de las armas y su relación con el influyente lobby de las pistolas. En su comparecencia Sanders fue categórico. Está dispuesto a remar tras Sanders siempre que el partido recoja el guante de algunas de sus reivindicaciones: «Hoy le digo al establishment demócrata que para ganar en el futuro antes debe ganarse a los votantes que representan el futuro de nuestro país. Y debe hablar de los temas que les importan».

Si Biden escucha y Sanders entiende que la coalición es posible, la unidad demócrata está más cerca de lo que muchos creían hace apenas una semana. A fin de cuentas, sostiene, «si bien nuestra campaña ha ganado el debate ideológico, estamos perdiendo el debate sobre la elegibilidad». Esto es, «millones de demócratas e independientes creen» que Joe Biden es un candidato más fuerte. Toca armonizar objetivos y consensuar la partitura de la batalla. Todo para ganar la «guerra» contra su gran adversario republicano en las elecciones de principios de noviembre.