Unión Europea
Bruselas alerta contra la discriminación en la reapertura de las fronteras internas de la UE
Las cuarentenas deben basarse en criterios científicos, recuerda la Comisión Europea, que anuncia hoy sus recomendaciones para reanudar la actividad turística en verano
El territorio comunitario parece haberse convertido en un complicado laberinto en donde la libertad de movimientos supone una carrera de obstáculos. A pesar de esto, Bruselas intenta mantener unos criterios comunes entre las cancillerías para que los movimientos unilaterales no vuelvan a sembrar el caos. El Ejecutivo comunitario desvela este miércoles sus recomendaciones para que los países europeos puedan reabrir paulatinamente sus fronteras interiores de cara a las vacaciones de verano y dar algo de aire a un sector que supone el 10% del PIB europeo. Según un borrador del documento publicado ayer por el portal Euractiv, Bruselas permitirá esta vuelta a la normalidad entre aquellos países con “perfiles generales de riesgo similares”, aunque la facultad de abrir las fronteras o no sigue siendo una competencia nacional.
Un principio que intenta evitar la discriminación entre los ciudadanos de los Estados miembros, justo cuando se han anunciado diferentes acuerdos recíprocos entre países y parece imponerse la fragmentación de las respuestas. Austria anunció la semana pasada sus intenciones de abrir sus fronteras a los países considerados seguros como República Checa y Alemania con el objetivo de preservar el turismo de la región de los Alpes. También las tres Repúblicas Bálticas (Estonia, Lituania y Letonia) han acordado la reapertura de sus fronteras desde el 15 de mayo con objetivo de crear una burbuja libre de riesgo.
Francia y Reino Unido también han anunciado a bombo y platillo un acuerdo similar que resulta especialmente curioso ya que París se reserva la posibilidad de obligar a una cuarentena de 14 días días de aislamiento a los viajeros provenientes del espacio sin frontera Schengen si alguno de estos países sufre un rebrote derivado de las medidas de desconfinamiento. Reino Unido, por el momento, tan solo contempla liberar de la reclusión a los ciudadanos provenientes de Francia y de la vecina Irlanda, aunque durante el periodo transitorio después del Brexit sigue estando obligado a cumplir con la legislación comunitaria.
También Roma anunciaba esta semana sus intenciones de llegar a este tipo de acuerdos con España, Francia y Alemania con el objetivo de eximir del aislamiento a los viajeros de estos países. “Si abrimos el turismo, no podemos exigir que se pongan en cuarentena. Es decir, si viene un turista español diez días, no le podemos decir que se ponga en cuarentena”, explicaba este pasado lunes la ministra de Transportes italiana, Paola de Micheli, evitando dar más detalles. Grecia también está promoviendo corredores turísticos de países fiables que han luchado con éxito contra el virus.
Bruselas no puede impedir este tipo de acuerdos entre un grupo de países pero avisa de que estos pactos deben realizarse de acuerdo a la situación epidemiológica y no guiados por criterios económicos o de tinte político.
“Las medidas sobre cuarentenas son una competencia nacional. Esperamos que estas medidas tengan en cuenta criterios epidemiológicos y científicos y que sigan, por ejemplo, las recomendaciones del ECDC [Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades}", explicó ayer el portavoz de Salud del Ejecutivo comunitario, Stefan de Keersmaecker, en respuesta a estos movimientos.
“Esperamos también que los Estados miembros con medidas de cuarentena apliquen las mismas reglas en caso de situaciones epidemiológicas similares”, siguió explicando el portavoz europeo para después subrayar la importancia de tomar estas decisiones en coordinación con los países vecinos, el resto del club y la Comisión Europea.
Nueve países europeos del Sur –entre ellos España, Italia y Francia- pidieron hace semanas “reglas homogéneas”, en el conjunto del club comunitario de cara a la temporada veraniega, pero parece que el sálvese quién pueda vuelve a imponerse.
Por el momento, España anunció ayer una cuarentena de dos semanas para todos los viajeros provenientes del extranjero, incluyendo a los del espacio sin fronteras Schengen. Estas restricciones comienzan el próximo día 15 de mayo y de momento se mantendrán durante el Estado de Alarma. Aunque España no ha discriminado a unos nacionales europeos sobre otros en estas medidas de aislamiento, Bruselas tampoco ve con buenos ojos las cuarentenas generalizadas, si los viajeros a los que se impone el confinamiento proceden de países en los que se respetan las medidas de reclusión e incluso sufren un menor número de contagios que en el país de llegada.
La Comisión Europea espera que las directrices de hoy supongan un marco claro para el levantamiento progresivo de las fronteras interiores en Shenghen, aunque Bruselas también advierte del peligro de rebrotes y la necesidad de estar preparados. De momento, el Ejecutivo comunitario ha recomendado a los Estados que las fronteras exteriores europeas permanezcan blindadas a cal y canto hasta el 15 de junio.
Ante el impacto del turismo en el PIB de algunos países -en el caso de Grecia supera el 20%- Bruselas se plantea que hasta una cuarta parte del dinero del Plan de Reconstrucción pueda utilizarse a esta partida.
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