Argentina

Argentina reclama las Malvinas en plena escalada de contagios

Alberto Fernández anuncia tres nuevas leyes respecto a la soberanía de las Islas con multas más altas por pesca ilegal

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Alberto Fernández, durante una rueda de prensa este jueves, en Buenos Aires.EFE

Mientras que el Gobierno argentino se encuentra inmerso en una grave crisis económica, negocia la deuda impagable y enfrenta un nuevo pico del coronavirus, aprovecha para izar la bandera albiceleste y sacar a relucir el orgullo patrio.

Y que mejor fecha que el Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas. Ayer el Gobierno de Argentina anunció el envío de tres proyectos de ley que muestran un cambio drástico respecto a lo hecho por el Gobierno de Mauricio Macri, que durante cuatro años mantuvo el reclamo en el congelador. Uno de los tres proyectos de ley endurece las sanciones de pesca; el otro crea el Consejo Nacional de Malvinas con integrantes de distintas áreas; mientras que el tercero fija los nuevos límites del territorio nacional con la extensión de la plataforma continental argentina aceptada por la ONU, entre 2016 y 2017, y después de una presentación efectuada en 2009.

Ratificamos nuestro reclamo pacífico por el fin del colonialismo y el ejercicio pleno de soberanía”, escribió el presidente Alberto Fernández.

En su discurso de apertura de las sesiones ordinarias del 1 de marzo pasado, Fernández había anticipado la preparación de estas tres iniciativas que vuelven a instalar la cuestión Malvinas en la agenda de la política exterior. El macrismo, si bien había mantenido el reclamo de manera burocrática, se esmeró en no darle ningún impulso y, en lo posible, realizó gestos de cercanía con Reino Unido.

Una nueva Argentina

Los límites de la nueva plataforma son el resultado de un trabajo de largo plazo, iniciado en 1998 por una comisión especial que finalmente en 2009 presentó su propuesta en Naciones Unidas. Cinco años después, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la ONU resolvió aceptarla. El ministro de Exteriores, Felipe Solá, calificó como “una nueva Argentina” la superficie de 1.300.000 kilómetros cuadrados de la nueva demarcación, que obviamente también abarca las Malvinas y sus espacios circundantes.

Esta ley oficializa las coordenadas de la plataforma y servirá para darle una mayor seguridad jurídica a los recursos dentro de ese enorme espacio marítimo. Eso se relaciona con la otra iniciativa, que actualiza los montos de las penas por pesca ilegal y las ata al precio del combustible. A partir de ahora, la pena mínima para un buque que sea capturado en aguas argentinas equivaldrá a 500 mil litros de gasoil y la máxima el equivalente a 3 millones de litros.

El ministro destacó que en los cuatro años de gestión de Cambiemos habían sido capturados sólo dos buques pescando de manera ilegal y que en los meses que lleva esta Administración ya apresaron tres. Si los hubieran sancionado con los nuevos montos, el Estado podría haber recaudado 430 millones de pesos -cuatro millones de euros-.

Significa por tanto que el Gobierno argentino podría interceptar pesqueros que faenen en esa zona sin su permiso, aunque si tuvieran bandera británica sería otra cosa… Por otro lado es difícil imaginar un futuro en el que los argentinos se atrevan a explorar las profundidades en dichas delimitaciones, para encontrar crudo o gas –de hecho nunca se ha podido demostrar que haya riquezas en el fondo-. Por un lado no tienen los recursos necesarios y por el otro, es más que posible que los ingleses interfirieran.

Y la tercera, la creación de una comisión nacional permanente que asesore en los temas relativos a Malvinas es la iniciativa de mayor peso político porque contempla la participación de la oposición para intensificar las demandas en el exterior.

En el Gobierno imaginaban que las tres iniciativas serían aprobadas por unanimidad, aunque el funcionamiento del Parlamento argentino siempre es complicado.

LA RAZÓN ha consultado con uno de los miembros chileno del comité de Colonias de la ONU que prefiere no dar su nombre y que afirma: “En cualquier caso es difícil que Inglaterra “dé su brazo a torcer”, a lo sumo dejará que los buques argentinos detengan algunos barcos pesqueros ilegales -casi todos chinos-. Ellos mientras, seguirán controlando el territorio y realizando pruebas militares en la que consideran su Isla. Aunque la voz argentina se escuchará más alta en los ruedos internacionales”.