Francia
La derecha francesa pierde Marsella, bastión conservador durante los últimos 25 años
La segunda ciudad de Francia también se suma a la ola verde. Michèle Rubirola, ecologista y de izquierdas, se alza como alcaldesa
Marsella, la segunda ciudad de Francia, lleva 25 años gobernada por hombres de derechas. Hasta ayer, un día que pasará a la historia en la ciudad mediterránea por romper todo un ciclo histórico. Una mujer ecologista de izquierdas ha puesto fin a uno de los feudos por antonomasia del partido conservador en Francia, inexpugnable hasta ahora.
Ella se llama Michèle Rubirola, médico de familia de 63 años, candidata de la Unión de izquierdas y de los ecologistas en una alianza bautizada como la «Primavera marsellesa», que pretendía sacar del poder a la derecha tras un cuarto de siglo. Rubirola sigue así los pasos de otra mujer de izquierdas, la socialista Anne Hidalgo en París, y ambas liderarán las dos principales ciudades del país los próximos años.
Dado el complejo sistema de votación de Marsella, donde los ciudadanos eligen a consejeros por distritos y estos consejeros designan después al alcalde, no ha sido hasta hoy sábado por la tarde cuando se ha confirmado definitivamente la victoria de Rubirola, después de que la líder socialista local Samia Ghali, también tentada por la derecha para impedir el paso de la alianza ecologista de izquierdas, aceptara respaldarla con sus nueve concejales, cuando se ha confirmado la victoria de Rubirola.
La nueva alcaldesa ganó en la segunda votación contra Guy Teissier, candidato de la derecha de Los Republicanos que sustituía a Jean-Claude Gaudin, el histórico alcalde conservador de Marsella que no se había presentado a la reelección. La expectación ha sido máxima durante la votación del sábado en el consistorio de la ciudad mediterránea y cientos de personas han acudido a las puertas del edificio, situado a escasos metros del viejo puerto marsellés, para seguir de cerca lo que en la ciudad se ha considerado como un día histórico.
«Me alivia que la voluntad del pueblo de Marsella haya sido respetada», declaró una muy emocionada Rubirola, después de su elección. La nueva alcaldesa prometió «reducir la fractura territorial» en una ciudad portuaria, dividida entre barrios muy pobres y ricos. «Este proyecto es el de una ciudad más verde, más justa y más democrática», aseguró.
Durante la campaña electoral, marcada por la crisis sanitaria del coronavirus, Rubirola ha hecho hincapié en los tres pilares que dice marcarán su paso por el consistorio de Marsella: «Justicia social, medioambiente y democracia». La nueva alcaldesa se marca como objetivo terminar con el «clientelismo» que deja a su paso el cuarto de siglo de gobierno de la derecha, algo por lo que ha sido muy criticada la gestión y la herencia que deja el anterior alcalde, Jean-Claude Gaudin. Especialmente, durante los últimos años, han sido duras las críticas hacia el anterior equipo por la situación de insalubridad de varios edificios del casco antiguo que llegaron a caerse, provocando un aluvión de reproches que han desembocado en el fin de la era conservadora.
El triunfo de Rubirola se enmarca en la ola verde que contagió a Francia el pasado fin de semana. En las elecciones municipales, los ecologistas se impusieron como principal fuerza de izquierda en Francia con la conquista histórica de varias ciudades, como Lyon, gobernada por el Partido Socialista desde 2001, y Burdeos, bastión de la derecha desde hace 73 años. Además, los ecologistas se aliaron en París con el PS, permitiendo la reelección de la actual alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo.
Macron acelera la formación del nuevo Gobierno
Precisamente ayer, se estrenaba en su cargo el nuevo primer ministro de Emmanuel Macron, el hasta ahora desconocido alcalde conservador Jean Castex. Ambos quieren finalizar la composición del Gobierno con el que atravesarán los dos últimos años del mandato, con la reelección de 2022 como telón de fondo. Se podrían hacer anuncios antes del lunes. En el nuevo equipo se espera que conserve a miembros del actual Gobierno e incorpore a nuevas figuras de la política y la sociedad, que saquen al país de la debacle tras el coronavirus.
Castex, conocido como «Monsieur Desconfinamiento» hizo ayer declaraciones con su particular estilo breve y conciso. Remarcó que contará con los equipos locales para recuperar el tejido industrial y tratar de salvar el mayor número de empleos.
De 55 años, secretario general adjunto del Elíseo bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy y alcalde de una localidad del sur de 6.000 habitantes desde 2008, fue convocado en París hace dos meses para gestionar la salida del confinamiento.
El salto a primer ministro llega como una sorpresa, pero a la que el conservador parece hacer frente con un profundo sentido de Estado.
La prensa gala recogía este sábado con escepticismo el nombramiento de este hombre de derechas, procedente del mundo rural y desconocido por el gran público, que no parece el rostro idóneo para encarnar el cambio ecologista y social que Macron prometió tras ver el giro verde que tomaron las elecciones municipales.
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