Internacional

El buque venezolano hundido que está a punto de causar un desastre medioambiental histórico

Las autoridades de Trinidad y Tobago siguen de cerca el posible derrame. Hay 1,3 millones de barriles de crudo a bordo de la instalación petrolera “Nabarima”

Fotografía cedida hoy, por la organización no gubernamental "Fishermen and Friends of the Sea" (FFOS) que muestra al Nabarima, un buque venezolano de almacenamiento de crudo a medio hundirse, en la Península de Paria (Venezuela). Las autoridades de Trinidad y Tobago siguen de cerca el posible derrame desde un buque de almacenamiento de crudo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa varado en el golfo de Paria, frontera entre ese país y el estado venezolano de Sucre (noreste), lo que podría causar un desastre medioambiental histórico. EFE/ Ffos MÁXIMA CALIDAD DISPONIBLE SOLO USO EDITORIAL NO VENTAS
Fotografía cedida hoy, por la organización no gubernamental "Fishermen and Friends of the Sea" (FFOS) que muestra al Nabarima, un buque venezolano de almacenamiento de crudo a medio hundirse, en la Península de Paria (Venezuela). Las autoridades de Trinidad y Tobago siguen de cerca el posible derrame desde un buque de almacenamiento de crudo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa varado en el golfo de Paria, frontera entre ese país y el estado venezolano de Sucre (noreste), lo que podría causar un desastre medioambiental histórico. EFE/ Ffos MÁXIMA CALIDAD DISPONIBLE SOLO USO EDITORIAL NO VENTASFFOSEFE

Un barco operado por la polémica petrolera estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) se acercó el martes a una instalación petrolera flotante donde se espera que reciba crudo vía transferencia marítima en medio de preocupaciones medioambientales.

Fotografía cedida el 19, por la organización no gubernamental "Fishermen and Friends of the Sea" (FFOS) que muestra al Nabarima
Fotografía cedida el 19, por la organización no gubernamental "Fishermen and Friends of the Sea" (FFOS) que muestra al NabarimaFFOSEFE

En las últimas dos semanas, grupos ambientalistas han expresado su preocupación por un posible derrame de los 1,3 millones de barriles de crudo a bordo de la instalación petrolera de Nabarima, parte de la empresa conjunta Petrosucre entre PDVSA y la italiana Eni SpA, después de que las imágenes mostraran el barco de Venezuela inclinado hacia un lado.

PDVSA ahora planea descargar parte del crudo a bordo a través de una transferencia de barco a barco (STS) que involucra al “Icaro”, un barco Aframax, dijo a Reuters una persona familiarizada con el asunto. Los datos de Refinitiv Eikon mostraron que el Icaro se acercó al Nabarima a las 2:37 p.m. hora local (1837 GMT). También se esperaba que la barcaza de bandera venezolana “Inmaculada” participara en la operación STS, que conlleva su propio conjunto de riesgos, según una persona familiarizada con el asunto y un documento al que tuvo acceso por Reuters.

PDVSA no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.

El buque venezolano Nabarima
El buque venezolano NabarimaFishermen and Friends of the SeaREUTERS

Las autoridades de Trinidad y Tobago siguen de cerca el posible derrame desde un buque de almacenamiento de crudo de la petrolera estatal venezolana PDVSA varado en el golfo de Paria, frontera entre ese país y el estado venezolano de Sucre (noreste), lo que podría causar un desastre medioambiental histórico.

Las autoridades de la vecina Trinidad y Tobago han dicho que planean inspeccionar la embarcación, que se encuentra en el golfo de Paria que separa a los dos países. Petrosucre, que pertenece en un 74% a PDVSA y en un 26% a Eni, suspendió la producción poco después de que Washington sancionara a PDVSA en enero de 2019, ya que las sanciones privaron a la compañía de su antiguo comprador principal de crudo, la filial de refinación de PDVSA con sede en Estados Unidos, Citgo Petroleum Corp.

En diciembre de 2019, Estados Unidos impuso sanciones adicionales al propio buque “Icaro” por entregar productos petroleros venezolanos a Cuba, uno de los principales aliados de Nicolás Maduro en el extranjero. Se trata de uno de los últimos esfuerzos de la Administración Trump por asfixiar al régimen y dejar sin aliados internacionales a Maduro, a quien califica de dictador.