Venezuela

Juan Guaidó: «Venezuela es hoy un país en guerra»

«Henrique Capriles y yo estamos ahora más cerca al rechazar ambos el fraude del 6 de diciembre y pedir elecciones libres», asegura el presidente interino en una entrevista con LA RAZÓN

El frente común contra el régimen chavista liderado por Juan Guaidó se agrietó con la inciativa de Hernique Capriles, dos veces candidato presidencial, de abrir una negociación con el madurismo. Durante una entrevista telemática con LA RAZÓN, Guaidó prefiere evitar la confrontación con su antiguo aliado y resaltar lo que les une. Casi dos años después de su proclamación como presidente interino, su gran activo sigue siendo el reconocimiento de más de 50 países entre los que está Estados Unidos y España. Y lo sabe.

-¿Es cierto lo que afirmó Borrell de que fue el G4 el que solicitó que su oficina buscara negociar con Maduro posponer elecciones?

-Nuestra exigencia está muy clara: elecciones presidenciales y parlamentarias libres, con las condiciones que hemos descrito y que saben Borrell, la Unión Europea, la OEA, el Grupo de Lima, Estados Unidos, y los países aliados. Las condiciones son árbitro independiente, derecho a elegir y ser elegido, los partidos en manos de sus dirigentes, observación internacional y cronograma de elecciones. Eso fue lo que hablamos con el Alto Comisionado de la UE y hemos hablado con todos para lograr esas condiciones. Eso es distinto a un proceso de mediación, que lo tuvimos con Noruega. Borrell dijo que no había negociación o mediación con el régimen de Maduro. Creo que es un tema de semántica, o de contextualización, pero eso fue lo que hemos hablado con las distintas instancias, incluida la Unión Europea, a lo que agrego que de esa visita de los enviados europeos nos enteramos 24 horas antes.

-Borrell sí hablo de diálogo y lo dio por cerrado, aunque admitió que volvería a intentarlo. ¿Hay que mantener el canal de negociación abierto con el régimen?

-El régimen ha demostrado aversión, soberbia, incluso odio hacia mecanismos de resolución de conflictos. La dictadura cerró la puerta en Noruega al levantarse corriendo de ese proceso, y no es distinto a lo que hizo ahora: le cerró la puerta en la cara a la posibilidad de un proceso justo, creíble y verificable, que brindara garantías no solo a la oposición sino a todos los sectores. Ahora la dictadura persigue también al Partido Comunista y a las diferentes formaciones que se desprenden de la coalición del régimen.

-¿Temen que a partir de enero con el final del período del actual Parlamento, el reconocimiento internacional a la Asamblea Nacional y a su Gobierno interino se pierda?

-El Grupo de Lima, la Unión Europea, Estados Unidos, Israel, Marruecos, Corea del Sur o Japón, etc, ya se han pronunciado a favor de mantener el reconocimiento al gobierno encargado y el Parlamento hasta renovar los poderes de manera legítima mediante una elección presidencial y parlamentaria.

-¿Quién será el presidente de la Asamblea Nacional que reconozca Maduro el año que viene?

-La farsa que pretende la dictadura es más parecido a unas primarias del partido oficialista PSUV, veremos allí una pugna interna del poder, que parece más de mafias que democrática.

-¿El 5 de enero habrá sesión para renovar la directiva del parlamento o para renovarlo a usted en la presidencia de esa Asamblea Nacional extendida? ¿Cómo harán con los diputados que han manifestado no acompañar esa continuidad del mandato de la Asamblea?

-Eso es un debate en curso. En los próximos días fijaremos posición formalmente de cómo va a ser el mecanismo de defensa institucional. No se trata de defender un espacio sino a la República, y a los ciudadanos que nos dieron un mandato de cambio político, de transición, de proteger los activos en el exterior y tener una interlocución válida con organismos multilaterales y los países en la región. No va haber vacío de poder, ni vamos a dejar desvalida ni desprotegida a la República.

-¿Venezuela está a punto de entrar en una completa desinstitucionalización, como alertó Borrell?

-Venezuela hoy es un país en guerra. A lo mejor no se ven las bombas, pero se destruyó el Estado de derecho, dejaron que entraran grupos irregulares para saquear nuestro oro, hay 75% de contracción del PIB, 5,1 millones de refugiados, 7,1 millones de personas en emergencia humanitaria compleja, no hay acceso a bienes ni servicios. No estoy narrando Siria, sino a Venezuela. Somos un país que sufre las consecuencias de una guerra de la dictadura contra los ciudadanos. La defensa institucional de lo que queda de República recae en el Parlamento y así seguirá siendo, con reconocimiento del mundo.

-¿Teme que Venezuela se convierta en un régimen largo como el castrista? o ¿se transforme en conflicto congelado?

-Eso va a depender de qué tan audaces seamos, los venezolanos y el mundo. Hoy hay delitos de lesa humanidad en curso en Venezuela, y aquí inician las reflexiones: ¿de qué sirve la Carta Interamericana de los Derechos Humanos? ¿De qué sirve el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca? ¿De qué sirve la Responsabilidad de Proteger? La única forma de que la dictadura prevalezca es que el entorno nacional e internacional se acostumbre a eso. Y lo hemos visto en el pasado en Cuba. Los venezolanos no nos hemos acostumbrados. Estamos viendo gran cantidad de protestas en las últimas semanas. Venezuela no es solo una crisis para los venezolanos, sino para el mundo. Esto pone a prueba todas las herramientas del mundo civilizado para atender una emergencia como la que estamos atravesando los venezolanos.

-Sobre eso, usted hizo un llamado a las delegaciones de varios países en las Naciones Unidas entorno a la Responsabilidad de Proteger. ¿Qué respuestas ha obtenido?

-Todo esto tiene sus tiempos, mucho más lentos de lo que quisiéramos los venezolanos. Ya hay un régimen actuante señalado por delitos de lesa humanidad. ¿Cuál es el siguiente paso? Ese es nuestro gran llamamiento a las delegaciones en la ONU. H

-¿La decisión de la Justicia británica de anular el fallo de entregarle el oro, podría ser una señal de que su reconocimiento comienza a debilitarse?

-Nos habría encantado una decisión en firme, pero el oro está protegido pues no está en manos de la dictadura. Lo que hay es una consulta al Gobierno británico de a quién reconoce de jure y de facto.

-El Tribunal británico ha pedido estudiar a los dos gobiernos venezolanos para dirimir quien se quedará el oro. ¿Cuáles son sus argumentos ante la justicia británica?

-Simplemente lo que ya ha dicho Reino Unido, el primer ministro Boris Johnson y el canciller Dominic Raab, que es el reconocimiento al proceso político. Ellos han sido muy enfáticos y les agradezco todo el respaldo diplomático y político, incluso en la protección de estos activos que son los venezolanos. No tenemos dudas que nos reconocen.

-¿Cómo será la consulta popular que preparan en Venezuela? ¿Cómo organizarla en plena pandemia?

-Vamos a hacerla de manera presencial. Estamos evaluando un mecanismo mixto. Nos preocupa por supuesto la pandemia, porque tiene el sistema de salud más precario en el continente, con 33% de tasa de mortalidad de personal de salud por coronavirus.

-¿Por qué los políticos no acompaña las protestas populares en los pueblos pequeños del país?

-Con los maestros hubo una muy buena articulación con los parlamentarios. Pero tiene que ver con la capacidad de convocatoria, básicamente, y el respeto por la seguridad y la salud de nuestra gente. Los maestros nos dieron una gran enseñanza de que es posible protestar en pandemia. Hay un dilema: protegerse del covid y al mismo tiempo salir de la dictadura. La protesta es elemento central.

-¿Es posible hoy articular esa protesta social para impulsar un cambio político?

-Toda expresión popular de rechazo, protesta, movilización y ejercicio democrático suma a la posibilidad de una transición. Lo contrario es sumisión, opresión, costumbre y muerte. Cada vez que se exprese en rechazo a un régimen totalitario, por sus derechos y necesidades, es un grano de arena en la dirección correcta. La transición se logra al articular todos los factores.

-¿Ha hablado con Henrique Capriles desde que el excandidato calificó su interinato como “gobierno de internet”?

-No he conversado recientemente, desde hace unas dos o tres semanas, con Henrique, lo haré en cualquier momento como lo hago con María Corina (Machado), con los líderes de los partidos. A mí me llama la atención de cómo se resaltan las diferencias pero no tanto los acuerdos. Cuando Henrique hizo su comentario, aunque ahora ya no va a participar en el fraude, había 47 partidos rechazando ese fraude. Haremos los esfuerzos para conversar con todos. Pero es momento de resaltar los acuerdos en medio de una dictadura.

-¿Le avisó previamente Henrique Capriles de que iba a iniciar una negociación con Maduro para la liberación de un centenar de presos políticos?

-No tenía ninguna información de ningún esfuerzo individual de conversación con la dictadura.

-¿Se puede pensar en una reunificación de fuerzas opositoras después de calificativos tan duros entre unos y otros?

-En Venezuela hay una sólida coalición política. Yo no ando con adjetivaciones ni generalizaciones que hacen mucho daño a la causa democrática. Desde la Presidencia Encargada no hubo ningún tipo de señalamiento.

-Capriles con sus palabras él mismo dio por rotas sus relaciones con el gobierno interino. ¿Esa actuación contribuye a fortalecer al régimen?

-Los trapitos sucios se lavan en casa, y el debate se dio en las instancias donde deben darse, como en las direcciones de los partidos políticos, y se tomó una decisión en conjunto de no participar en un fraude, y hubo un dirigente que no estuvo de acuerdo; no le pongamos nombre.

-Pero el nombre es importante. Capriles no es un dirigente más...

-Yo creo en las instituciones, los partidos políticos, la Asamblea Nacional. Todos tenemos un peso político y de representación. Lo importante es que esa posición se acerca hoy a rechazar el fraude. Creo que la mejor forma de expresar las diferencias es en los espacios que corresponden.

-¿Se puede atraer a Henrique Capriles a su órbita?

-Por la vía de los hechos está mucho más cerca, rechazando el fraude, exigiendo elecciones libres. Ahora, políticamente hay espacio para todos, siempre y cuando compartamos objetivos, haya respeto a las instancias de tomas de decisiones y se participe para avanzar en conjunto.

-¿Llegaremos a 2021 sin Guaidó en Miraflores?

-Eso va a depender de lo que podamos hacer los próximos días. Maduro vende como un éxito que él está un día más en Miraflores, cuando no puede poner agua ni luz, no controla el territorio, no ejerce soberanía. Nuestra insistencia es lograr la transición.

-¿Hay interlocución con el sector militar? ¿Los llamados han tenido algún tipo de efecto?

-Hay interlocución con todos los sectores y vamos a insistir. No hay transición en Venezuela en contra de la Fuerza Armada. Puede haber sin ella, pero no en contra.

-¿Y con ella es posible?

-Yo no descarto ninguna opción en Venezuela, desde una transición ordenada que genere gobernabilidad y nos lleve a una elección presidencial y parlamentaria, hasta la máxima presión internacional.

-¿Con Cuba, Pakistán, China y Rusia en el Consejo de DDHH de Naciones Unidas disminuye el impacto de los informes de Bachelet y de la Misión de Determinación de Hechos sobre Venezuela?

-Los mecanismos de selección de los países que conforman el Consejo de DDHH de la ONU son distintos a los informes que de allí emanan. Cuba ingresó al Consejo y en algún momento habrá que revisar el acceso de países a ciertos comités. Llama a la reflexión de los venezolanos y de los defensores de derechos humanos que Cuba acceda a una silla en ese espacio, y mucho más Venezuela donde el gobierno está señalado directamente de violar derechos humanos.

-En el último informe de la Misión de Determinación de Hechos de la ONU se insta a abrir un proceso contra Maduro en la Corte Penal Internacional. ¿Debe avanzarse en esta vía?

-Es lo lógico, lo conducente. Existen delitos de lesa humanidad e Venezuela y hay que hacer justicia. ¿Cuánto tiempo tarda? Sabemos que es muy lento, mucho más de lo que requerimos.

-Estados Unidos es un país determinante por su política hacia Venezuela. En estos momentos estamos en la recta de la campaña electoral ¿si gana Joe Biden les preocupa que se reduzca la presión hacia el régimen chavista?

-Venezuela ha sido un tema de política interna en varios países, por lo grave y delicado de la situación y por la cantidad de migrantes. Pero la política exterior de Estados Unidos ha sido muy clara con el respaldo de la Administración Trump a la causa de la democracia y la libertad venezolana, pero también ha sido bipartidista. Hay un tema adicional: Maduro no tiene un problema solo con la Casa Blanca, sino con la Justicia americana porque tiene un proceso abierto por narcotráfico, y en Estados Unidos hay independencia de poderes. No nos preocupa en absoluto un cambio de política exterior en los Estados Unidos. Debo agradecer el determinado apoyo de la Administración Trump. Respetamos el proceso interno de Estados Unidos.

-Y respecto a Cuba, ¿qué les parecería que Biden retomase el proceso de normalización con el régimen castrista? ¿Cómo afectaría a Venezuela?

-Va a ser una decisión de la política exterior de quien resulte electo. Pero la política hacia Venezuela tenemos absoluta confianza del respeto al proceso que se ha venido llevando, el agradecimiento a la Administración Trump y el respaldo bipartidista. Con respecto a Cuba, no sabría decirte.

-¿Le preocupa que en España haya partido como Podemos que apoyen al régimen chavista?

-Nos preocupa que en cualquier parte del mundo alguien apoye al régimen chavista, porque esto no es un tema de ideologías sino de asesinatos y de torturas. Cualquiera que relativice el dolor humano y la violación de derechos humanos, o apoya una ideología sino a delincuentes. No alzar la voz contra la comisión de delitos de lesa humanidad, es ser cómplice.

-Con la salida del embajador español, ¿peligra la situación de Leopoldo López?

-De ninguna manera.

-Será sustituido por el embajador español en Cuba, ¿cree que es un gesto hacia el régimen por parte del Gobierno español?

-No sabría decirlo. España ha estado, en general, consciente de la crisis, rechaza y desconoce el proceso de diciembre. No creo que haya ningún tipo de gesto a la dictadura.

-Ha dicho que agradece la política de la Administración Trump hacia Venezuela. ¿Tiene la misma opinión sobre la política española respecto a Venezuela o echa algo en falta?

-No han cambiado su postura desde el 23 de enero de 2019. Han sido muy claros y enfáticos. Esperamos y estamos seguros que así se va a mantener en pro de la lucha por la democracia en Venezuela.