Sucesos

Localiza el cuerpo de su hija en el segundo aniversario de su desaparición gracias a una llamada anónima

Fernanda Sañudo, de 17 años, salió de su casa 2 de octubre de 2018 para ir a ver a una amiga y nunca llegó.

Fernanda tenía 17 años cuando salió de casa para ir a casa de una amiga. Nunca llegó
Fernanda tenía 17 años cuando salió de casa para ir a casa de una amiga. Nunca llegóFacebookLa Razón

Fernanda Sañudo, de 17 años, salió de su casa de la localidad mexicana de Ciudad Obregón el 2 de octubre de 2018. Había quedado en casa de una amiga, pero nunca llegó. Su madre, Nora Lima, como la mayoría de los padres que pasan por una situación similar, se comprometió a buscar sin desfallecer hasta dar con ella, para poder reunirse con ella, darle descanso y poder velar sus restos. Pero en la mayoría de las ocasiones, no es posible. Sólo fruto de la casualidad, o de un alma caritativa que se apiade de la familia, se logran resolver esto casos. Y hay muchos ejemplos dentro y fuera de España: Madeleine, Marta del Castillo, Yéremi Vargas...

Pero no en el caso de Fernanda. Desde el día de su desaparición, Nora Lima se propuso localizarla y se convirtió en la líder de las Rastreadoras de Ciudad Obregón, un grupo de mujeres que buscan a sus seres queridos y que ya ha logrado localizar a más de 10 personas en estos dos años.

Con el paso de los meses, Nora Lima aprendió a usar los palos, picos y varillas para desenterrar restos humanos y afinó su olfato para rastrear cadáveres. “Hace dos años mi vida cambió y formé un colectivo que se llama rastreadoras de Ciudad Obregón para poder encontrarla”, dijo Nora. También realizó diversas marchas para exigir que la investigación de la búsqueda de su hija no se detuviera.

El pasado 2 de octubre, excactamente dos años después de ver por última vez a su hija, recibió una llamada anónima que le indicaba que si quería recuperar a su hija debía ir a un sitio en las afueras de la ciudad y cavar. No era la primera vez que recibía una pista sobre el supuesto paradero de Fernanda pero esta vez estaba convencida de que se trataba de una pista verdadera: “Me dijeron que si quería encontrar a mi hija fuera a Sonora, cerca de Obregón donde yo vivo. A un rancho que está antes de entrar al pueblo, al lado de un estadio. Recorrí todos los ranchos de la zona hasta que lo localicé. Media hora después dimos con la fosa”, señaló.

Allí repitió lo que tantas veces había hecho. “Clavas una varilla con la esperanza de encontrar algo que señale o dé un indicio que ahí se encuentra alguien, después empiezas a usar pala para llegar a ese punto, que muchas veces sólo son falsas esperanzas. Esperar esa llamada anónima que te oriente hacía el lugar exacto donde puedas encontrar a quien tanto buscas es una agonía que sólo quien la vive la entiende”, indica.

Aún con calor, con sed, en medio de una pandemia, cerca de la nada entre ramas, arbustos, animales y tantas cosas, así trabajan sin rendirse las rastreadoras, porque “cuando las personas desaparecen de la faz de la tierra hay que buscar bajo ella”. Por suerte, Nora Lima dio con su hija. No necesitó la confirmación de la prueba de ADN, que llegaría dos semanas después.

“Nosotros metimos una varilla en el suelo y empezaron a salir restos, partes de sus huesos y su blusa, que me confirmó que se trataba de Fernanda. Al día siguiente fuimos a bendecir el lugar y como sorpresa nos encontramos su pulsera ahí. Como si ella me la hubiera puesto diciéndome mamá soy yo”, insistió. Al final, Nora Lima pudo decir: “Tú mamá llegó por ti, ya nos vamos”.

Después de las pruebas forenses, la familia pudo recuperar los restos de Fernanda, que han sido velados esa noche en una funeraria de Ciudad Obregón. Horas antes, los especialistas en genética de la Fiscalía habían confirmado lo que ya sabía su madre, que se trataba de Fernanda.

Ahora, Nora Lima pide a las autoridades que den con los responsables del feminicidio. “Pido justicia para Fernanda porque no puede ser qué tantos jóvenes las estemos encontrando así, asesinadas”, concluyó.