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Un paria

El dinero también le da la espalda al presidente

Desde grandes corporaciones hasta la ciudad de Nueva York rescinde los contratos con las empresas de la familia Trump tras el asalto al Capitolio

El presidente saliente, Donald Trump CHERISS MAYREUTERS

El impeachment no es el único problema al que se enfrenta Donald Trump. El asalto al Capitolio por parte de sus seguidores, además de perjudicar seriamente su carrera política, está suponiendo pérdidas millonarias para los negocios del magnate.

La ofensiva contra Donald Trump y, de paso, contra todos y cada uno de los legisladores republicanos que votaron a favor de no reconocer los resultados electorales, va más allá de la batalla partidista.

La naturaleza de los hechos acaecidos el pasado 6 de enero ha convulsionado a la sociedad estadounidense. Y las empresas también sienten la presión de una clientela más dispuesta que nunca a romper lazos comerciales por motivos políticos. Para Thomas J. Donohue, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, «la conducta del presidente la semana pasada fue absolutamente inaceptable y completamente inexcusable».

Los primeros en romper amarras fueron los gigantes tecnológicos, Facebook y Twitter, que bloquearon las cuentas personales del presidente. La desbandada digital incluye plataformas Snapchat, YouTube, Twitch y Reddit. Sin olvidar que la red social Parler, a la que estaban emigrando muchos partidarios del presidente, fue liquidada el pasado lunes por la acción combinada de Apple, Amazon y Google bajo acusaciones de no modular y editar los contenidos y debates respecto a la responsabilidad de las empresas y las supuestas, o no tan supuestas, incitaciones de Trump a la violencia. Otra compañía, Shopify, relacionada con el comercio electrónico, decisiva para cientos de miles de empresas, cerró dos tiendas de Trump, según el “New York Times”.

Les ha seguido el Ayuntamiento de Nueva York, que anunció que romperá todos sus contratos con las empresas del magnate. Lo avisó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, gran némesis de Trump durante estos cuatro años. De Blasio está convencido de que la conducta del presidente es motivo suficiente para acabar con la relación contractual de la ciudad con Trump. Una alianza que viene de antiguo y que incluye las pistas de hielo y el carrusel de Central Park, y que según informaba el Financial Times reportan a las arcas de las empresas de Trump no menos de 17 millones de dólares anuales. El periódico económico subraya la importancia simbólica de esos contratos: Trump saltó a la fama, entre otras cosas, porque a principios de los años ochenta, con las finanzas de la ciudad al borde la bancarrota, fue capaz de renovar las icónicas pistas en un tiempo récord y por menos dinero del inicialmente presupuestado. Pero de la simpatía que aquello pudiera generar en su ciudad natal no queda nada. Trump está maldito y, de hecho, lo más probable es que ni él ni sus hijos vuelvan a residir nunca en Manhattan.

Por su lado el “Financial Times” anuncia del peligro de posibles litigios, que podrían entablar todos los inquilinos de la Organización Trump que no puedan alquilar unas propiedades o alquileres que amenazan con ser veneno comercial. Las empresas de Trump anuncian que recurrirán ante los tribunales todos y cada uno de los contratos rotos de forma unilateral. Sus abogados exigirán compensaciones multimillonarias.

Nada de esto parece haber influido a la PGA, la Asociación de Golf Profesional de EE UU, cuando anunció que rompía sus contratos para celebrar campeonatos de golf en los clubs de Trump, incluido el PGA, uno de los cuatro majors, a celebrar en 2022, y en el que los Trump habrían invertido millones de dólares.

En cuanto a senadores como Ted Cruz, Josh Hawley y Roher Marsahll, tendrán que estar atentos a los anuncios de corporaciones tan poderosas como la hotelera Marriott, Airbnb y American Express, que ya han anunciado sus intenciones de coagular cualquier donación. Igual que JP Morgan, que anunciaba una moratoria de seis meses de sus donaciones políticas. Igual que el Deutsche Bank, que fue siempre uno de los principales prestamistas de las empresas de Trump, Goldman Sachs, BlackRock, Bank of America y Signature Bank. Citigroup ha anunciado que también suspende sus donaciones. Comcast, Best Buy, Blue Cross Blue Shield Association, Walmart, Amazon, Walt Disney Co, AT&T, Ford y Dow tampoco volverán a enjuagar con donaciones las campañas de los legisladores que recurrieron los resultados del colegio electoral. El golpe puede ser tremendo, por cuanto resulta casi imposible competir en el dispatísimo tablero electoral sin unas fuentes bien engrasadas. La alternativa, claro está, la marcó en su día Bernie Sanders, esto es, apostar todo a las donaciones de los particulares.

En un memorando interno, al que tuvo acceso el “New York Times”, uno de los ejecutivos de Citigroup explica que la entidad desea tener «la seguridad de que no apoyaremos a candidatos que no respeten el estado de derecho».

El “Wall Street Journal” ha informado que la plataforma de pago por internet, Stripe, ya no trabajará con la campaña de Trump. Y la lista de empresas que, como mínimo, dejarán de hacer donaciones políticas no deja de crecer, con nombres tan sustanciales como American Airlines, UPS y General Motors.

Wollman Rink en Central ParkMark LennihanAP
Se avecinan litigios en Nueva York
La empresa de Trump esgrime que no se pueden rescindir los contratos. Y ha advertido a la ciudad, mediante un comunicado, que, de hacerlo, le deberá a la empresa más de 30 millones de dólares (unos 25 millones de euros)”. “Esto no es más que discriminación política, un intento de infringir la Primera Enmienda y tenemos intención de luchar enérgicamente “, reza el comunicado.
La rescisión del contrato para gestionar las pistas de patinaje de Wollman Rink y Lasker Rink en Central Park tendrá validez 30 días después de que se entregue la notificación por escrito, según informó de Blasio. La del carrusel, que ahora está cerrado debido a la pandemia, entrará en vigor 25 días después de la notificación por escrito. La ciudad ya está buscando nuevos proveedores para todas las atracciones.
De momento, al magnate le quedan en Nueva York la Torre Trump en la Quinta Avenida de Manhattan y el Trump International Hotel en Central Park. Si las acusaciones por fraude fiscal que tiene pendientes no le arrebatan eso también.
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