Nace muerto

Se desinflan las aspiraciones de los demócratas para condenar a Trump

Esta propuesta parlamentaria tenía como finalidad conseguir la inhabilitación de Donald Trump para ejercer nuevos cargos públicos

Donald Trump abandonando La Casa Blanca la mañana del 20 de enero
Donald Trump abandonando La Casa Blanca la mañana del 20 de eneroLEAH MILLISREUTERS

El impeachment nace muerto. Al menos esto se deduce después de que la mayoría de los senadores republicanos votaran a favor de una moción introducida por el senador por Kentucky, Rand Paul. El ex candidato a las primarias republicanas para la Casa Blanca en 2016, uno de los líderes más reconocidos de la facción libertaria del partido, había pedido examinar la legalidad del impeachment. Es decir, votar sobre la constitucionalidad de someter al juicio político del Senado a un presidente cuando ya ha abandonado el cargo. Sólo cinco republicanos votaron a favor. Sus nombres, bien conocidos, son los de Lisa Murkowski, Ben Sasse, Mitt Romney, Pat Toomey y Susan Collins.

La moción no discutía si el expresidente pudo cometer ofensas que puedan castigarse con la condena del impeachment, y como derivada de la posibilidad de inhabilitar a Trump para ejercer en nuevos cargos públicos. A fin de cuentas el líder de la mayoría republicana, el senador Mitch McConnell, ya había dicho en público que responsabiliza, al menos en parte, de haber azuzado a la masa que invadió el Capitolio. «La mafia fue alimentada con mentiras», dijo hace una semana, «provocada por el presidente y otras personas poderosas».

Pero McConnell votó en contra de la constitucionalidad, enviando un mensaje inequívoco a los suyos. Mientras tanto Paul ya había avisado de las devastadoras consecuencias prácticas que votar a favor del impeachment podría tener para el partido republicano. También advirtió de que millones de votantes, que llegó a cuantificar en no menos de un tercio, podrían abandonarlos, e incluso seguir un nuevo partido, mucho más alineado con las tesis y la figura del anterior inquilino de la Casa Blanca. Al final, para condenar a Trump, serán necesarios dos tercios de la Cámara Alta.

Los 55 votos a favor de seguir con el impeachment vencieron a los 45 votos contrarios. Rand Paul está convencido de que los demócratas han usado las palabras de Donald Trump como material de cebo para iniciar la caza mayor. Pero estima que no hay base legal suficiente y que, además, resulta extremadamente dudoso que de las palabras del ex presidente puedan demostrarse consecuencias de tipo performativo. Sus llamamientos del 6 de enero, en consecuencia, fueron puramente simbólicos. Por más que las fuerzas del orden, incluido el FBI, hubieran manejado con antelación serios avisos sobre la naturaleza de la protesta y, también, sobre algunos de los convocantes y asistentes, relacionados con milicias supremacistas y otros grupúsculos ultras. Al terminar la votación, en el Senado, sobresalía la noción de que el tiempo de la autocrítica, no digamos ya la autocrítica sobre persona ajena, había terminado.

Toca rearmarse para ejercer la oposición en minoría y afrontar de la mejor manera los próximos comicios legislativos, en menos de dos años. Para algunos senadores condenar a Trump puntuaría como la peor noticia imaginable en términos electorales.