Ataque
DarkSide, los “hackers” que han paralizado un oleoducto en Texas y amenazan con dejar al país sin combustible
Han robado más de 100 gigas de datos de una infraestructura vital que transporta un tercio del combustible que consume EE UU
Estados Unidos teme las consecuencias económicas del cierre de Colonial Pipeline, el gran oleoducto que bombea combustible rumbo a la Costa Este. Hubo que cerrarlo el pasado viernes, después de un sofisticado ciberataque. Hablamos de cerca del 50% de toda la gasolina y el gasóleo, el queroseno y el diésel y hasta el aceite de las calefacciones que reciben diariamente ciudades como Nueva York.
Cuatro días después de la actuación de los piratas informáticos, crece el temor a que la carestía encarezca los precios. La preocupación principal proviene de los Estados que no tienen la posibilidad de aprovisionarse desde Canadá y otros países, como Georgia o Virginia, mucho más dependientes del suministro del oleoducto texano y, por tanto, mucho más expuestos.
Entretanto, continúa la investigación para determinar quién está detrás del ataque. El FBI ha responsabilizado a una organización criminal llamada DarkSide. Según el periódico “Wall Street Journal”, la banda estaría radicada en Europa del Este, posiblemente Rusia, se especializa en delitos de piratería informática y habría creado el virus que infectó los servidores de Colonial Pipeline.
El diario económico neoyorquino también explica que DarkSide publicó un comunicado en la red oscura, donde explicó que el ataque tenía una motivación puramente crematística. Ganar dinero, bien sea a través de la extorsión o del saqueo de información valiosa, chantajear a sus víctimas y actuar como un parásito, explicaría entonces el ataque que puso amenaza con el gran apagón energético de buena parte del país.
Los delincuentes, en cambio, negaron que tengan algún tipo de relación con Gobiernos extranjeros. Pero las autoridades estadounidenses no descartan ningún escenario, máxime después de la experiencia acumulada durante el último lustro, cuando fueron frecuentes los ataques informáticos coordinados y dirigidos por los servicios secretos de otros países, con especial atención a las acusaciones realizadas por la inteligencia de Estados Unidos respecto a las responsabilidades de sus colegas rusos.
Sea como sea, la acción de DarkSide mantiene bloqueado el mayor oleoducto nacional, casi 9.000 kilómetros de infraestructura que conecta los grandes pozos petrolíferos y las refinerías de Texas con las principales urbes de la Costa Este. «Somos apolíticos», dicen los mafiosos que tumbaron Colonial Pipeline, «No nos mezclamos con la geopolítica».
Por supuesto, nadie sabe si tomárselo en serio. Kaitlan Collins, corresponsal de la CNN ante la Casa Blanca, explicó que el presidente Joe Biden ha mantenido varias reuniones en las últimas horas para tratar la seguridad de las infraestructuras.
Collins también citó a Anne Neuberger, asesora adjunta de Seguridad Nacional y Cibernética, que no respondió a la pregunta de si Colonial ha pagado algún tipo de rescate. También añadió que la empresa no ha demandado al Gobierno ningún tipo de asesoramiento y que los investigadores todavía trabajan para confirmar o descartar si detrás de la acción se esconde algún tipo de actor gubernamental.
Por su parte, la asesora de seguridad nacional, Elizabeth Sherwood-Randall, dio por buena la versión de Colonial, en el sentido de que no ha sufrido daños capitales y que podrá restablecer el servicio con «relativa rapidez». Sherwood-Randall también ha asegurado que la Casa Blanca y el Departamento de Transportes trabajan «con otras agencias para considerar cómo, si es necesario, podemos trasladar los suministros a un lugar donde podría ser necesario si resulta que hay un déficit». De momento, el Gobierno de Estados Unidos ha eliminado las limitaciones de horas que pueden realizar los camioneros que transportan combustibles.
La compañía, por su parte, restablecerá el servicio de forma gradual, por fases, a lo largo de la semana. Asegura que la demora ha tenido más que ver con preocupaciones por la seguridad que por haber sufrido daños de tipo estructural. «Este plan tiene que ver con una serie de factores relacionados con la seguridad y el cumplimiento que impulsan nuestras decisiones operativas», señala en un comunicado, «y el objetivo pasa por restaurar sustancialmente el servicio operativo para el final de la semana».
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