Escalada bélica

Biden presiona a Netanyahu para un alto el fuego en Gaza

El presidente de EE UU pide al premier israelí una «significativa desescalada» tras diez días de ofensiva militar con casi 250 muertos. A Israel se le abre un nuevo frente en el norte desde la frontera con Líbano

A pesar de la petición expresa de Joe Biden, que en una nueva llamada al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu le exigió “una significativa desescalada que facilite un alto el fuego”, este miércoles se repitieron las escenas de guerra en la frontera de Gaza e Israel. “Cada día estamos golpeando más sus capacidades”, expresó el premier hebreo mientras los cazas seguían bombardeando el enclave palestino. Tras “apreciar el apoyo a nuestro derecho a la autodefensa”, “Bibi” reiteró que nadie impondrá los tiempos: “continuaremos la operación hasta lograr el objetivo de devolver la calma a los ciudadanos de Israel”.

En la guerra en Gaza de 2014, Barack Obama–cuyas relaciones con Netanyahu eran pésimas-, dio 51 días de margen para la operación “Margen Protector”. Pero hoy la Casa Blanca cambió el tono hacia su aliado: la ofensiva militar debe detenerse inmediatamente a partir de este jueves. Además, crecen las voces en el Partido Demócrata estadounidense que rehúyen dar carta blanca. Alegando que “tenemos la responsabilidad de proteger los derechos humanos”, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez prepara una resolución para bloquear la venta de 735 millones de dólares de armamento al estado judío. El embajador israelí en la ONU, Gilad Erdan, alegó que se intenta alentar una crisis inexistente, ya que “contamos con el pleno apoyo del aparato de seguridad de EE UU.”

Ante el cambio de tono de la nueva administración, la ex delegada estadounidense en la ONU, Nikki Haley (republicana) criticó la postura de Biden: “Sería inaceptable que un aliado nuestro llamara a la desescalada mientras Washington es blanco de los misiles”. Tras visitar la fronteriza Sderot, el ministro de inteligencia hebreo Eli Cohen apuntó que “tenemos una buena relación con EE UU, pero no aceptaremos que en dos meses los residentes de las comunidades fronterizas vuelvan a los refugios”.

En la décima jornada de la operación “Guardián de los Muros”, se reprodujeron los bombardeos israelíes masivos sobre Gaza. Desde la franja, se reiteraron los lanzamientos de salvas de misiles sobre las comunidades fronterizas y ciudades como Ashdod, Ashkelon o Beer Sheva. En total, desde el lunes de la semana pasada ya se dispararon más de 4.000. Hoy, algunos golpearon directamente sobre viviendas, sin causar víctimas.Según informó el ministerio de salud palestino, se cuentan ya 227 palestinos -64 niños- muertos por la ofensiva hebrea en Gaza, y unos 1.500 heridos. En Israel, 12 fallecidos y más de 500 heridos por misiles palestinos. En Cisjordania y Jerusalén Este, se suman 24 víctimas por fuego israelí.

Ante la incertidumbre sobre si este jueves amanecería con un alto el fuego, se preveía hoy que ambos bandos apretarían el acelerador para cosechar “logros estratégicos”. Desde el establishment de seguridad israelí, seguían sospechando que Hamás guarda todavía proyectiles de medio y largo alcance para golpear Tel Aviv. Ante la cuenta atrás, el Tzahal apostó por seguir destruyendo la red subterránea en la zona sur de la franja –ya se han fulminado 150 kilómetros de túneles-, así como lanzaderas de proyectiles.

También hicieron blanco sobre una unidad cibernética, que mató a tres islamistas. Fuentes militares comentaron que desbarataron al menos tres intentos de infiltración de comandos de Hamás. La estimación es que habrían logrado devolver las capacidades militares islamistas por lo menos a cinco años atrás. Ante este panorama, Netanyahu insistió en que solo existen dos alternativas: “la invasión terrestre, o lograr el nivel de intimidación suficiente. Por ahora, seguimos sin descartar nada”.

La campaña militar continuó apuntando sobre altas torres residenciales. Hoy fue el turno del edificio “Al-Andalus”, que tras recibir un disparo de aviso previo para ser desalojado, fue derruido por las bombas. Nuevamente, decenas de familias gazatíes perdieron su hogar, y se estima que ya hay unos 50.000 desplazados internos. En un comunicado de UNICEF, informaron que han sido dañadas cuatro instalaciones sanitarias y cuarenta escuelas.

Ante los daños a los sistemas de distribución de agua, electricidad y alcantarillados, así como la falta de suministros médicos, el ente humanitario pidió “el inmediato cese de hostilidades para permitir la entrada de personal y suministros esenciales”. Pero como ya ocurrió el martes, hoy se volvió a postergar la entrada de camiones con ayuda humanitaria mediante el cruce de Kerem Shalom. Hamás lanzó tres morteros sobre la terminal mientras pasaban los vehículos.

Según reportó hoy el periodista israelí Ronen Bergman, oficiales hebreos estarían arrepentidos de ordenar la destrucción de la torre que albergaba oficinas de prensa en Gaza. El informe confirma que Hamás si tenía oficinas en la instalación, pero que no sufrieron daños, ya que los islamistas lograron retirar sus computadores. “Lo que lograron destruir es la relación de Israel con los medios, así como varias oficinas que ya estaban vacías”, destacó Bergman.

Durante la tarde, volvieron a sonar las alarmas en el norte de Israel. Esta vez, incluso en ciudades como Haifa o Acre, tras el lanzamiento de cuatro misiles desde el Líbano. Ninguno hizo impacto directo, pero envió a los refugios a decenas de miles de israelíes. Las FDI golpearon los puntos desde donde fueron disparados en suelo libanés, al parecer por facciones palestinas.

A la entrada del asentamiento judío de Kiriat Arba (Cisjordania), una joven palestina armada con un M-16 abrió fuego hacia un grupo de soldados y colonos, y fue abatida en el lugar. También volvían a dispararse las alertas de “código rojo” al sur de Israel. Oficiales israelíes citados por el canal 12 insistieron en que la presión de la Casa Blanca solo logrará alejar la tregua.