Tensión

Operación Dunhammer: Así espió EE UU a Merkel con ayuda de Dinamarca

El ex analista de la NSA, Edward Snowden, asegura que Biden estuvo implicado en las escuchas a los aliados europeos de 2013

La entonces primera ministra danesa Helle Thorning Schmidt junto al ex presidente de EE UU, Barack Obama, y el ex "premier", David Cameron, durante el funeral de Estado por Nelson Mandela en 2013.
La entonces primera ministra danesa Helle Thorning Schmidt junto al ex presidente de EE UU, Barack Obama, y el ex "premier", David Cameron, durante el funeral de Estado por Nelson Mandela en 2013.larazon

Dinamarca acaba de ingresar en la lista no oficial de Estados que presuntamente han tratado a países supuestamente amigos como si fueran enemigos. Según informaciones coincidentes del diario alemán Süddeutsche Zeitung y las televisiones públicas NDR y WDR, el espionaje danés ayudó a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense a espiar las comunicaciones electrónicas de Angela Merkel y de su entonces ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, actual presidente alemán.

La historia se remonta a 2013 cuando el ex empleado de la NSA Edward Snowden publicó miles de documentos ultrasecretos que sacaron a la luz estas actividades delictivas. Algo que no causó mucha sorpresa. Según remarcó la prensa alemana en los últimos días, ya no es un secreto que Estados Unidos escuche a los principales políticos de los países aliados y siempre fue obvio que las agencias de servicios secretos, incluso las de los Estados democráticos, no trabajan como meras asociaciones inofensivas. De hecho, Dinamarca -un aliado cercano de los Estados Unidos-, alberga varias estaciones de aterrizaje clave para cables de Internet submarinos y a través de recuperaciones específicas y el uso de software de análisis desarrollado por la NSA conocido como Xkeyscore, la NSA interceptó tanto llamadas, textos y mensajes de chat hacia y desde teléfonos de funcionarios en los países vecinos. Pero la falta de escrúpulos y que la mismísima Merkel fuera víctima de las escuchas de la NSA causó enorme indignación en el Gobierno de Berlín. “Escuchar las conversaciones de los amigos nunca es aceptable”, dijo la canciller en ese momento. Pero el hecho de que su vecino del norte haya ayudado a Estados Unidos marca un punto de inflexión en las ahora tensas relaciones entre Berlín y Copenhague. De poco ha servido que la primera ministra danesa Mette Frederiksen asegurase que Dinamarca tiene sólidas relaciones con sus aliados, incluidos Francia y Alemania, y que estas no necesitan ser restauradas. Lo que ahora también está claro -asegura un informe de la televisión alemana Deutsche Welle-, es que “la NSA, el Servicio Federal de Inteligencia de Alemania (BND) y su homólogos escriben efectivamente sus propias reglas” y, principalmente, la confirmación de todo lo que el Gobierno de Estados Unidos bajo Barack Obama pudo conseguir gracias a la ayuda danesa. La NSA no solo espió todos los SMS, llamadas y páginas de Internet que visitó la canciller, sino todas las concernientes a otros reputados políticos alemanes. En Alemania, la situación fue tal que un comité de investigación parlamentario pasó años investigando el escándalo y el resultado condujo a la legalización de la práctica ilegal de las escuchas telefónicas.

Snowden, exiliado en Rusia

Algunos analistas miran a Snowden para entender el funcionamiento de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Alemania o la Europa democrática. Desde que hizo sus revelaciones sin precedentes, Snowden vive en el exilio en Rusiay esta misma semana aseguró, a través de su cuenta de Twitter, que el presidente estadounidense Joe Biden estaba “profundamente involucrado” en el escándalo de espiar a Merkel y otros políticos europeos cuando era la mano derecha de Obama.

Según señalan algunas informaciones de prensa, la dinámica del espionaje se vincula con la misma mentalidad: Estados Unidos ve a la Unión Europea más como un competidor económico que como un amigo. Así, y según dijo Snowden en 2014 a una cadena de televisión alemana, la NSA está involucrada en actividades de espionaje industrial y aprovechará cualquier información que llegue a sus manos sin tener en cuenta su valor para la seguridad nacional. Para probar su teoría citó a la firma alemana de ingeniería Siemens como uno de los objetivos. “Si hay información de Siemens que beneficia a los intereses nacionales de Estados Unidos -incluso si no tiene nada que ver con la seguridad nacional-, tomarán esa información a pesar de todo”, dijo Snowden. Las revelaciones conmocionaron a Alemania. Un país especialmente sensible tras los abusos de la Gestapo durante la época nazi y de la Stasi en la Alemania del Este durante la Guerra Fría.

En esta línea, Angela Merkel, como líder europea con un enfoque inconformista de la política exterior, ha sido siempre un objetivo frecuente de las actividades de inteligencia estadounidenses. Washington se pregunta constantemente qué está pensando, intentando y haciendo, sobre todo con respecto a China y Rusia. Ella es quizás una “amiga enemiga” de Estados Unidos, una aliada de facto y una enemiga al mismo tiempo. Pero la gran pregunta es, ¿qué hace Europa al respecto? Poco, aseguran los analistas. La respuesta de la Unión Europea a controversias tan interminables siempre es la misma: protestar al calor del momento, para después olvidarlo y no hacer nada, tolerando pasivamente la infiltración estadounidense diseñada para socavar los intereses europeos y la competitividad en todos sus ámbitos.