Ejército norteamericano
Biden asegura que las tropas de combate de Estados Unidos dejarán Irak a final de año
Actualmente, hay 2.500 soldados estadounidenses en Irak, lejos de los 170.000 que había en 2007 después de la invasión
Primero fue Afganistán, ahora podría ser Irak. La misión militar estadounidense en el país afgano concluirá definitivamente el próximo 31 de agosto, tal y como anunció el presidente Joe Biden el pasado 8 de julio. Pero no será la única retirada de tropas progresiva de tropas que Estados Unidos se ha planteado anunciar este verano.
Otra decisión en la misma línea podría darse a conocer próximamente, según medios estadounidense, después del encuentro de este lunes entre el presidente de Estados Unidos y el primer ministro iraquí. Joe Biden recibía a Mustafa al Kazimi en la Casa Blanca para discutir “una nueva fase” de la presencia militar estadounidense en Irak, que supondría el anuncio formal del fin de las operaciones de combate contra el Estado Islámico.
Esta maniobra política no sería ni completa ni definitiva, ya que EEUU mantendría todavía una destacada presencia de soldados en Irak, estableciendo una transición entre la amplia presencia de sus militares y una misión de entrenamiento y asesoramiento para finales de este año, según fuentes de la Casa Blanca.
Cerca de 2.500 soldados estadounidenses continúan presentes en labores de entrenamiento en Irak, habiéndose desplegado la mayoría de la presencia militar de EEUU (enviada en 2014 como parte de la coalición internacional de ayuda a Bagdad para derrotar al E.I.) durante el anterior mandato de Donald Trump.
“Irak ha pedido, y nosotros estamos totalmente de acuerdo, que continúen las operaciones de entrenamiento, el apoyo logístico, el apoyo de inteligencia, el apoyo de asesoramiento… Todo eso continuará”, señaló un alto funcionario del Gobierno.
Dejar a Irak sin la presencia de tropas estadounidenses de manera progresiva no es una opción que contemplen ninguno de los dos países, puesto que Washington lidera la coalición internacional que combate al Estado Islámico en Siria. Además, las crecientes tensiones con Teherán tampoco permitirían a EEUU dejar a Irak a merced de la influencia iraní.
Pero faltan sólo tres meses para que tengan lugar las elecciones legislativas en Irak, lo que ha motivado al primer ministro a reexaminar la presencia de tropas estadounidenses en territorios que Mustafa al Kazimi espera recuperar de manos de las facciones pro-Irán (en contra de la presencia militar de EEUU) en la próxima cita con las urnas.
Con su visita a la residencia presidencial, el primer ministro iraquí pretende, según los expertos, concretar nuevos acuerdos con EEUU, reforzar su imagen y presionar a las crecientes facciones pro-Irán que están atentando en su país bajo la exigencia de la retirada completa de las tropas estadounidenses.
Aunque, de manera paralela, la actual situación que vive Afganistán tras la reciente retirada de los militares de EEUU, desplegados desde hace décadas en el país, no augura que la retirada completa de Irak pueda ser una realidad cercana.
Biden no se fía de los talibanes y cree que ni los repuntes de violencia ni el conflicto cambiarán como consecuencia de la retirada de sus tropas. El presidente de EEUU y su Gobierno no pretende “mandar a otra generación a la guerra en Afganistán sin expectativas razonables de lograr un resultado diferente”, dijo Biden desde la Casa Blanca.
“Ninguna nación ha unificado nunca Afganistán. Ninguna nación. Hay imperios que han ido allí y no lo han conseguido”, añadió Biden. Los talibanes se fortalecen a nivel militar desde que comenzó, en el mes de mayo, la salida progresiva de las tropas de EEUU y la OTAN.
La intervención militar estadounidense en Afganistán, motivada por el ataque del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, se ha convertido en la guerra más larga de la historia de EEUU.
Tras la retirada definitiva de las tropas a finales de agosto, cerca de 650 soldados permanecerán en el país de Oriente Medio para garantizar la seguridad de la Embajada de EEUU en Kabul y proteger el aeropuerto internacional de la capital afgana.
Ya con el 90% de las tropas retiradas, la meta de Biden es completar ese objetivo coincidiendo con el 20 aniversario de los mayores atentados sufridos por EEUU en su propio país el próximo 11 de septiembre.
Aunque esa salida definitiva ha provocado gran inquietud en Afganistán recientemente por el avance de los insurgentes talibanes registrados, que han capturado cerca de 150 de los 407 distritos del país a las fuerzas afganas. Los talibanes sostienen, por su parte, que el número de centros de distrito bajo su control asciende a 256 y han tomado a la fuerza, en las últimas semanas, importantes rutas comerciales, pasos fronterizos y múltiples distritos del país.
Según han alertado a Biden autoridades militares y los servicios de inteligencia, su orden de retirada provocará que el grupo insurgente Talibán tome también el control de Kabul, dejando incluso abierta la opción de expandirse en áreas limítrofes de otros cuatro países: Irán, Tayikistán, Turkmenistán y China.
También se han registrado fuertes enfrentamientos entre las milicias de los talibanes y las fuerzas del Gobierno de Afganistán en la provincia del norte de Balkh, situada en la frontera con Uzbekistán, y en Tayikistán.
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