Defensa

Los talibanes tendrán acceso a la “tecnología secreta” de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos

La gran entrega de armamento a las tropas de Afganistán de los últimos años ha creado una situación “preocupante”

Un combatiente talibán sosteniend un rifle de asalto M16 frente al Ministerio del Interior en Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021. REUTERS/Stringer/File Photo
Un combatiente talibán sosteniend un rifle de asalto M16 frente al Ministerio del Interior en Kabul, Afganistán, el 16 de agosto de 2021. REUTERS/Stringer/File PhotoSTRINGERREUTERS

Las imágenes de combatientes talibanes con rifles de fabricación estadounidense y montando en Humvees y otros vehículos militares abandonados generan preocupación en los funcionarios de seguridad de Estados Unidos. Y es que el nuevo arsenal del que disponen los insurgentes no se limita a pequeñas armas, puesto que se trata de armamento moderno y vehículos de última generación.

Según estimaciones, los talibanes ahora pueden disponer de varios helicópteros Black Hawk y otros aviones militares financiados por Estados Unidos. Aproximadamente 20 aviones de ataque A-29 Tucano están en poder talibán. Y no hay que olvidarse de los rifles M16 que se han quedado, así como las gafas de visión nocturna o fusiles. “También nos preocupa que algunos puedan terminar en manos de otros que apoyan la causa de los talibanes”, dijo una fuente del Congreso estadounidense a CNN.

En resumen, los errores de cálculo en la retirada estadounidense de Afganistán han provocado que miles de millones de dólares en equipamiento militar hayan caído en manos de los talibanes, que tendrán ahora acceso a “tecnología secreta” de las Fuerzas Armadas de EE.UU. Expertos en la materia no se pueden explicar cómo es posible que EE.UU. no anticipara el desgobierno que se vive estos días en Afganistán, dadas las circunstancias.

En una entrevista con EFE, el profesor de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia, Robert Jervis, reconoció que la victoria de los talibanes, que tomaron Kabul el domingo día 15, “fue mucho más rápida de lo que Estados Unidos había anticipado”.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su gabinete, se ha enfrentado a una ola de críticas por no ser previsores en la toma de Afganistán. Funcionarios del Pentágono y el Departamento de Estado están comenzando a hacer un balance de las armas estadounidenses que han caído en manos de los talibanes. “Cuando se trata de equipos proporcionados por Estados Unidos que todavía se encuentran en Afganistán y pueden no estar en manos de la ANSF [Fuerza de Seguridad Nacional Afgana], hay varias opciones que tenemos a nuestra disposición para tratar de resolver ese conjunto de problemas”, agregó el portavoz del Pentágono, John Kirby.

Entrega de armamento

Entre 2017 y 2019, 7.035 ametralladoras, 4.702 vehículos Humvee, 20.040 granadas de mano, 2.520 bombas y 1.394 lanzagranadas, fueron entregadas por los Estados Unidos a las fuerzas afganas.

Esto es aún “más preocupante” si se tiene en cuenta que entre 2003 y 2016, EE.UU. transfirió 75.898 vehículos, 599.690 armas, 162.643 equipos de comunicaciones, 208 aviones y 16.191 piezas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento a las fuerzas afganas, de acuerdo a un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de 2017.

Y en las últimas semanas, varios de los ataques que Estados Unidos llevó acabó contra las tropas talibanes en Afganistán fueron diseñados para destruir equipos estadounidenses, a sabiendas que los insurgentes, quienes se estaban expandiendo y tomando el control de varias provincias, aprovecharían el material para usarlo.

El director de ese departamento, Walter Dorn, consideró en una entrevista con Efe que esto supone “un gran desastre y una amenaza para la paz y la seguridad internacionales”. Además del armamento pesado, Dorn dijo que gran parte del equipo de inteligencia, vigilancia y reconocimiento proporcionado por EE.UU. a las fuerzas de Afganistán “ahora puede ser utilizado por los talibanes para espiar al pueblo afgano”.

Otro riesgo de gran magnitud, apuntó Dorn, es que los insurgentes exporten las armas y equipos “a naciones y grupos hostiles a los países y valores occidentales”. “Sabemos por experiencia que el armamento estadounidense perdido cae en manos privadas, el mercado negro, y termina siendo utilizado en atrocidades masivas”, señaló el experto.