Conflicto
Londres se muestra “calmado” ante las amenazas de París de cortar el suministro de electricidad por la disputa de pesca
El Ejecutivo galo considera “intolerable” que el Reino Unido no concediera todas las licencias de pesca en sus aguas jurisdiccionales pedidas por barcos franceses
El Gobierno británico se mantendrá “calmado pero resuelto”, después de que Francia haya amenazado con cortar el suministro eléctrico que llega al Reino Unido través de los cables del Canal de la Mancha por la polémica que ambos países mantienen respecto a los acuerdos de pesca en la era post Brexit.
Dominic Raab, vice primer ministro británico, aseguró ayer que la situación no escalará y juzgó que quizás lo mejor es responder con un “encogimiento de hombros a la francesa”. “Por supuesto, lo que los franceses deben hacer es ajustarse a la nueva realidad. Tras haber salido el Reino Unido de la Unión Europea, tenemos un tratado de libre comercio, incluye la pesca pero no pueden esperar el tipo de cuotas que tenían previamente, con un acceso ilimitado”, argumentó.
El Ejecutivo galo considera “intolerable” que tanto el Reino Unido como la isla anglonormanda de Jersey, independiente pero con administración británica, no concedieran todas las licencias de pesca en sus aguas jurisdiccionales pedidas por barcos franceses. El secretario de Estado francés de Asuntos Europeos, Clément Beaune, prometió aplicar próximamente “medidas de presión” que podrían afectar al flujo eléctrico hacia Jersey y el territorio británico, mientras que los pescadores franceses han amenazado con bloquear las exportaciones al Reino Unido por el puerto galo de Calais.
El Reino Unido y Jersey han concedido solo 100 de las 175 licencias solicitadas por los pescadores franceses para faenar en sus aguas, al considerar que no cumplen los nuevos requisitos.
El pasado mes de mayo, la tensión por esta cuestión llevó incluso a que tanto Londres como París mandaran a buques de guerra a la isla de Jersey, la más grande del Canal de la Mancha.
La pesca es un sector que representa tan solo el 0,12% del Producto Interior Bruto del Reino Unido. Pero su importancia política es totémica, ya que recuperar el control de las aguas siempre ha sido clave en el discurso euroescéptico.
La cuestión para regular las nuevas licencias se atragantó cual espina en las arduas negociaciones de divorcio llegando a poner incluso en peligro el acuerdo comercial entre el Reino Unido y el bloque.
Ante las nuevas tensiones entre británicos y franceses, la Comisión Europea recalcó ayer que está examinando la nueva metodología adoptada por Downing Street para conceder los permisos, si bien confía en que los contactos en curso permitan solucionar esas “diferencias” de reparto cuanto antes. “Estamos plenamente implicados en solucionar (la disputa) tan pronto como sea posible y que se respeten los derechos de nuestros pescadores”, señaló en una rueda de prensa en Bruselas la portavoz comunitaria responsable de Pesca, Vivian Loonela, al respecto.
El Ejecutivo comunitario mantiene contactos “diarios” con las autoridades de Reino Unido, Francia y la isla de Jersey, añadió la portavoz, con el compromiso de avanzar hacia una solución que garantice que se cumple plenamente el acuerdo negociado entre Bruselas y Londres para asegurar la actividad de la flota europea en aguas británicas tras el Brexit.
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