Sucesos
El “asesino pelirrojo”: de víctima de acoso escolar a sádico asesino de un niño de 4 años
Eric M. Smith tenía 13 años cuando arrastró a Derrick Robie hacia el bosque y le golpeó la cabeza con una piedra hasta matarlo
Eric M. Smith tenía 13 años cuando en 1993 salió de casa con su sudadera de Bugs Bunny y durante su paseo se encontró a Derrick Robie, un niño de cuatro años que iba solo caminando hacia un campamento de verano en el municipio de Savona, en el condado de Steuben (Nueva York). Eric comenzó a hablar con Derrick y le convenció para ir hacia un bosque cercano. Al llegar Eric desató toda su furia contra Derrick y comenzó a golpearle la cabeza con una piedra hasta que acabó con su vida. Como declararía en el juicio, el joven asesino llevaba años reprimiendo la ira por el acoso que sufría en el colegio.
“Empecé a creer que yo no era nada ni nadie. Sentí que cuando iba a la escuela iba al infierno, porque eso es lo que era para mí...”. Sin embargo, no fue tan claro cuando habló sobre el asesinato y de por qué lo hizo: “En lugar de herirme a mí, el daño se lo estaban haciendo a otra persona por una vez”. Lo preocupante para las autoridades era las descripción que hizo durante el juicio de cómo se sintió al cometer un crimen tan brutal. Cuando fue preguntado si disfrutó durante el asesinato, fue muy claro: “En ese momento, sí”.
El tribunal le juzgó como a un adulto -tal y como establecen las leyes de Nueva York- y le condenó en 1994 a nueve años de cárcel -ligada a una especia de cadena perpetua revisable-, por homicidio en segundo grado a pesar de que su abogado trató de demostrar que era un adolescente mentalmente enfermo. Además, debería someterse a un examen al final de la pena para determinar si estaba rehabilitado y si debía permanecer entre rejas o no.
Durante el juicio, el abogado defensor argumentó sin éxito que su cliente no era responsable de sus actos porque sufría un trastorno mental, que le llevó a matar en un arranque de rabia patológica y sin provocación. Concretamente, alegó que tenía “síndrome explosivo intermitente” debido a años de acoso escolar e ira reprimida.
Para confirmar este problema mental, la defensa llamó al estrado a un psiquiatra que explicó que el menor podría tener esos desórdenes mentales debido a una medicación contra la epilepsia que tomó la madre durante el embarazo. Pero nada de lo dicho sirvió para que cayera sobre él todo el peso de la ley.
Durante todos estos años, los padres han pedido en todas las revisiones de la pena realizadas que no le dejaran en libertad. Y de hecho reclamaron una reforma de la legislación para que las revisiones se realizaran cada cinco años en lugar de dos como hasta ahora.
Así Eric ha pasado más de 27 años entre rejas, sin apoyo de su entorno más cercano el pasado 5 de octubre llegó el momento de una nueva revisión de la condena. A sus 41 años, compareció por undécima vez ante la Junta de Libertad Condicional y el Departamento Penitenciario y de Supervisión Comunitaria dispuso que estaba listo para recuperar la libertad, por lo que decretó su puesta en libertad para el próximo 17 de noviembre.
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