Reino Unido

Pánico ante la “pandemia de pinchazos” en Reino Unido

Las agujas se clavan en cualquier parte del cuerpo. Aunque en otras ocasiones, la droga también se pone en las bebidas.

Clientes esperan a la puerta de una discoteca en Copenhague
Clientes esperan a la puerta de una discoteca en CopenhagueOlafur Steinar GestssonEFE

Sarah, nombre ficticio, estaba bailando en un club de Nottingham cuando, de repente, sintió “un pellizco” en la parte posterior de su brazo. Se dio cuenta que alguien le había pinchado con una aguja. “Afortunadamente sus amigos estaban con ella porque después de eso no recuerda nada más. Una ambulancia la llevó a Urgencias donde le pusieron un goteo y le hicieron numerosas pruebas. Ahora está bien”, relataba en redes sociales su hermana. Como ella, decenas de jóvenes, en su mayoría mujeres, han denunciado en las últimas semanas ataques similares. Las agujas se clavan en cualquier parte del cuerpo. Aunque en otras ocasiones, la droga también se pone en las bebidas.

Un hombre de 20 años fue arrestado la semana pasada en Nottingham y posteriormente puesto en libertad bajo fianza en relación con un caso que tuvo lugar el pasado 16 de octubre. Con todo, las denuncias provienen de distintas partes del país creando una ola de pánico ante lo que la prensa ya ha bautizado como “epidemia de pinchazos”.

“Esto es absolutamente terrible. Hemos pedido una actualización a la Policía sobre esto y pedimos a cualquiera denunciar este comportamiento”, asegura un portavoz del ministerio de Interior.

De momento, no se sabe cuántas personas han sido víctimas de tales ataques. Aunque la mayoría son mujeres también hay hombres que ahora están comunicando a la policía que sufrieron ataques similares hace ya tiempo. Es el caso de Richie Waynes, de 27 años quien asegura que le clavaron una aguja mientras estaba en club nocturno en Greenwich (este de Londres) el año pasado. “Noté un pinchazo y cuando reaccioné vi la aguja en el suelo. En ese momento no sentí ningún efecto. Lo traumático vino después. Inmediatamente fui al hospital a hacerme pruebas. Mi mayor miedo era si me habían contagiado alguna enfermedad como sida. Hasta que conoces el resultado de las pruebas lo pasas realmente mal”, explicaba a la prensa local.

La mayoría de los ataques han sido en club nocturnos. Aunque también se han dado casos de citas con gente que se ha conocido por redes sociales. Al cierre de esta edición, no había información oficial sobre si alguna de las víctimas fue agredida sexualmente después de desmayarse, aunque Sarah Crowe, quien dirige la División de Violaciones y Delitos Sexuales del Consejo de Jefes de Policía Nacional (NPCC), señala que se debe suponer que los perpetradores son guiados con motivos sexuales.

Por otra parte, tampoco está claro qué tipo de droga es la que se inyecta y si es la misma en todos los casos denunciados. Su funcionamiento sería similar al de la llamada píldora de violación, una sustancia que provoca somnolencia y pérdida del conocimiento cuando se coloca en la bebida de la víctima. Los expertos señalan que el más famoso de este tipo, el GHB, requiere una cantidad relativamente grande de líquido para disolver y las agujas que se están utilizando en las discotecas para poder pasar desapercibido son pequeñas, por lo que no pueden almacenar grandes cantidades.

Muchos jóvenes han comenzado a llevar ahora cazadoras de manga larga vaqueras u otros materiales resistentes en el interior de los locales para intentar protegerse. No se sienten seguros. En este sentido, se ha convocado para la próxima semana un boicot de clubs nocturnos en más de 30 pueblos y ciudades del Reino Unido para crear conciencia sobre un problema que, según las activistas del movimiento, Girls Night In, ha alcanzado ya niveles de epidemia. Asimismo, una petición para que los registros en las entradas de los clubs sean obligatorios había alcanzado anoche más de 159.000 firmas.