Premio Nobel de la Paz

Malala, la activista que criticaba el matrimonio, se casa por sorpresa

La joven compartió varias fotografías del gran día inmortalizado por la fotógrafa Malin Fezehai, colaboradora habitual de su fundación

La boda ha causado gran sorpresa, ya que el pasado mes de junio, la activista manifestó que aún no entendía por qué la gente se tiene que casar.
La boda ha causado gran sorpresa, ya que el pasado mes de junio, la activista manifestó que aún no entendía por qué la gente se tiene que casar.Malin FezehaiAP

La activista Malala Yousafzai, quien en 2014 se convirtió en la persona más joven en recibir el Premio Nobel de la Paz, se ha casado por sorpresa. “Hoy marca un día precioso en mi vida. Asser y yo nos casamos para ser compañeros de por vida”, anunció la defensora de los derechos de las mujeres, de 24 años, en su cuenta de Instagram. “Celebramos una pequeña ceremonia de nikkah [matrimonio islámico] en casa en Birmingham (Reino Unido) con nuestras familias. Envíenos sus oraciones. Estamos emocionados de caminar juntos en el viaje que tenemos por delante”, agregó.

La joven compartió varias fotografías del gran día inmortalizado por la fotógrafa Malin Fezehai, colaboradora habitual de su fundación. A pesar de su activismo y su visibilidad pública, siempre había mantenido su vida personal alejada de los focos, por lo que se saben pocos detalles de su pareja, Asser Malik, más allá de que es Gerente General de Alto Rendimiento para la Junta de Cricket de Pakistán. Se desconoce cuánto había durado el noviazgo, aunque ambos se conocen desde al menos junio de 2019 cuando Malik compartió una instantánea en el estadio de cricket de Birmingham en la que aparecía Malala.

La boda ha causado gran sorpresa, ya que el pasado mes de junio, la activista manifestó que aún no entendía por qué la gente se tiene que casar. “Si quieres tener una persona en tu vida, ¿por qué tienes que firmar unos papeles matrimoniales? ¿Por qué no puede ser solo una pareja?”, afirmó en una entrevista en con la revista Vogue, que causó gran revuelo en Pakistán, su país de origen.

En este conservador país donde el matrimonio concertado por las familias es aún la norma y el 21% de las mujeres son casadas antes de los 18 años, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la afirmación de la activista fue recibida como un ataque contra la cultura pakistaní y el islam y avivó aún más las críticas de sus haters.

Malala, como se la conoce en todo el mundo, recibió el Premio Nobel de la Paz en 2014, cuando tenía 17 años, convirtiéndose en la persona más joven en acceder a ese galardón. Adquirió notoriedad al escribir con tan solo 11 años un blog para la BBC bajo el seudónimo de Gul Makai. En él denunciaba las atrocidades sufridas bajo el régimen del Tehrik-i-Taliban (TTP), que ocupó militarmente el valle del río Swat, en Pakistán, imponiendo la “ley Sharia”, matando a muchos de sus habitantes, destruyendo escuelas y prohibiendo la educación de las niñas.

El 9 de octubre de 2012 fue víctima de un atentado en la ciudad paquistaní de Mingora, cuando dos miembros del TTP subieron al autobús escolar en el que se encontraba Malala, disparándole con un fusil e hiriéndola en el cráneo y en el cuello.

La joven fue ingresada en un hospital de Rawalpindi, cerca de Islamabad, la capital del país, donde le extrajeron una bala que tenía alojada en el cuello, cerca de la médula espinal.

La joven sobrevivió al atentado, se trasladó a Europa y comenzó una campaña mundial en defensa de los derechos de las niñas y mujeres que la ha llevado a las instituciones más importantes del mundo. En julio 2020 se graduó en Oxford en Filosofía, Política y Economía y ahora vive en Birmingham con su marido.