¿Moción de censura?

Los escándalos acorralan a Pedro Castillo en Perú

Las sospechas de corrupción en torno al presidente peruano alientan los intentos de destituirlo en el Congreso

El presidente de Perú, Pedro Castillo
El presidente de Perú, Pedro CastilloSebastian CastanedaREUTERS

Pedro Castillovive sus horas más bajas desde que hace 4 meses llegó a la presidencia de Perú. Una sucesión de escándalos ha dejado contra las cuerdas al presidente, ahora a merced de un Congreso que debate una moción para activar la vacancia, el mecanismo que prevé la Constitución peruana para poner fin al mandato por “incapacidad moral del presidente”.

Primero fue el hallazgo de 20.000 dólares en efectivo en el baño del despacho de Bruno Pacheco, secretario personal de Castillo en el palacio presidencial. Funcionarios de la Fiscalía descubrieron el dinero en el marco de una investigación sobre el supuesto tráfico de influencias de Pacheco para empresas de amigos suyos pagaran menos impuestos. Pacheco presentó su dimisión, según dijo para que Castillo no se viera salpicado, y alegó que el efectivo es parte de sus ahorros, pero no se descartan nuevos bombazos a medida que avancen las pesquisas.

Luego llegó el golpe más duro. El programa Cuarto Poder reveló que Castillo había mantenido reuniones secretas con representantes de empresas beneficiadas con contratos. La emisión mostró imágenes de Castillo entrando y saliendo en mitad de la noche de un edificio en el distrito limeño de Breña. En lugar del sombrero campesino que luce en todos sus actos públicos, llevaba una gorra y abandonó el lugar en un Audi de alta gama asignado a los servicios de Presidencia.

Las imágenes han hecho volar por los aires la imagen de presidente de los pobres que Castillo ha intentado afanosamente construir. Para un dirigente que se había presentado como adalid de la honradez frente a la corrupción de la clase política tradicional, el golpe no puede ser más nocivo. “La credibilidad del presidente está en este momento bajo mínimos”, comentó el ex ministro de Defensa Jorge Nieto.

Incluso desde la órbita de la izquierda le llovieron las críticas a Castillo, que no ha encontrado aún la manera de contener la hemorragia política. La diputada Indira Huilca le espetó en un tuit: “La gente que lo eligió votó contra la corrupción” y “contra la impunidad del abuso de poder para beneficio propio”. “¿Usted le va a pagar al pueblo con más de lo mismo?”, le preguntó.

Con la indignación pública en auge y en medio de crecientes contactos en el siempre fluctuante e imprevisible Congreso peruano para sumar apoyos a la moción de vacancia presentada días antes por el Fujimorismoy otras fuerzas de derecha, Castillo decidió el lunes dirigir un mensaje televisado al país.

Se trata de un gesto inusual para un presidente que no ha dado una rueda de prensa ni ha contestado preguntas de los periodistas en los cuatro meses que lleva en el cargo. Castillo dijo que las reuniones que mantiene fuera del palacio presidencial y la agenda oficial son de carácter “personal” y atribuyó todo a un supuesto plan de la élite para derribarlo.

Pero Castillo obvió que entre las personas con las que se vio en Breña está Karelim López Arredondo, asesora de una empresa concesionaria de contratos de infraestructuras que ya lo había visitado varias veces en el palacio presidencial.

El tiro le salió por la culata. La falta de respuestas del presidente hizo arder las redes y le dejó todavía con menos apoyos entre los congresistas. Carlos Anderson, de Podemos Perú, inicialmente contrario a la vacancia, anunció que apoyará la moción para que el presidente tenga que acudir a explicarse a la Cámara: “El mensaje del presidente, por su vaguedad, victimización y renuencia a esclarecer los hechos que indican posible corrupción en su gobierno, me lleva a anunciar mi voto a favor de la vacancia”.

Según los cálculos publicados en los medios, el número de congresistas partidarios de iniciar el juicio político al presidente no ha dejado de aumentar desde la publicación de las imágenes y solo faltarían dos de los 52 necesarios.

Derecha desunida

Sin embargo, hay algo que todavía puede salvar a Castillo: la falta de alternativa. Los partidos de derechas que impulsan la moción compiten por el apoyo de un electorado cada vez más radicalizado y de las encuestas se desprende que, junto al rechazo general a la caótica gestión de Castillo, la fragmentación y la imposibilidad de alcanzar grandes mayorías sigue siendo la tónica dominante.

Los pronósticos apuntan a que el Congreso se inclinará finalmente por iniciar la vacancia, pero la iniciativa no prosperará porque no cuenta aún con los apoyos suficientes. Pero el mero inicio del proceso permitirá a los congresistas solicitar explicaciones al esquivo Castillo, que debería elegir entre comparecer o defenderse a través de su abogado o por un escrito.

La presión para que dé la cara no deja de crecer. A estas alturas, con un gobierno paralizado por las decisiones erráticas de un presidente bajo sospecha, cada vez son más los peruanos que piensan que la pregunta no es si el Congreso tumbará a Castillo, sino cuándo lo hará.