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La ambición cumplida de Christian Lindner, el nuevo guardián de las finanzas alemanas

En 2017, se levantó de la mesa en las negociaciones de coalición con Merkel y Los Verdes, pero ahora ha hecho gala de pragmatismo para entrar en el Gobierno

El líder liberal alemán, Christian Lindner, es designado ministro de Finanzas por el presidente federal, Frank Walter Steinmeir
El líder liberal alemán, Christian Lindner, es designado ministro de Finanzas por el presidente federal, Frank Walter SteinmeirMARTIN DIVISEKEFE

El nuevo ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, ha sido visto durante mucho tiempo como un halcón de la política económica y como representante de un ideal de vida de la clase alta alemana que se refleja en su gusto por los coches de lujo y la velocidad. Compró su primer Porsche con tan solo 19 años tras montar su primera empresa

Nacido en 1979 en Wuppertal (oeste de Alemania) llegó a la jefatura del Partido Liberla (FDP) en 2013, cuando la agrupación se había quedado fuera del Bundestag (cámara baja del Parlamento) tras una legislatura en coalición con los democristianos de Angela Merkel, con lo que uno de sus principales retos era darle visibilidad al FDP. Creció en Wermelskirchen, donde fue a la escuela. Años después, Ulrich Schäfer –uno de sus profesores– se refirió a él como «un estudiante normal». Con solo 14 años tomó dos decisiones. La primera, ponerse a régimen, ya que, tal y como reconoció a la revista alemana «Bunte», pesaba casi cien kilos. Tras año y medio de jogging y dieta estricta alcanzó una de sus primeras metas: perder 30 y ser delgado.

Lindner no fue siempre el carismático hombre que se dejó retratar con barba de tres días por el afamado fotógrafo Olaf Heine para los carteles electorales. «Ahora mido 1,86 y peso 80 kilos», añade. Pero por aquel entonces, a los 16, también decidió meterse en la política y se afilió al FDP. Años después, durante el instituto, fundó su primera empresa: una agencia de relaciones públicas. Una primera inmersión en el mundo empresarial que le permitió dar rienda suelta a su mayor afición, los automóviles, y conocer las dos caras del «business». Con su segunda empresa tuvo que firmar la insolvencia.

Su agenda en política económica -rechazo al alza de impuestos, reclamo de rebajas fiscales, disciplina presupuestaria y reducción de la deuda- que corresponde a cierta ortodoxia económica, en el momento actual, cuando se reclaman inversiones y acciones del Estado, genera dudas y resistencias.

En 2017, Lindner, tras varias semanas, rompió por sorpresa las conversaciones previas para formar un tripartido con la CDU de Merkel y con Los Verdes, la conocida como “coalición Jamaica” por los colores de los tres partidos. Entonces enterró las negociaciones con una lapidaria frase: “Mejor no gobernar que gobernar mal”.

El hombre que ha hecho toda su carrera política en contra de socialdemócratas y verdes y lo que él ha llamado “la socialdemocratización de la CDU” estará ahora sentado entre socialdemócratas y verdes. Y como líder del partido más pequeño de la coalición.