Reino Unido
Johnson, más cerca de una moción de confianza a su liderazgo en el partido
El malestar «tory» con el «premier» británico amenaza la lucha del Gobierno contra la pandemia
Boris Johnson pidió este miércoles más encarecidamente que nunca a los ciudadanos mayores de 18 años que se pongan la vacuna de refuerzo después de que Reino Unido registrara 78.610 nuevos contagios por coronavirus, la cifra más alta desde que comenzó la pandemia.
Pese a los datos oficiales, el propio Ejecutivo asegura que las cifras reales de contagios por Ómicron podrían ser de 200.000 diarias. La tasa de duplicación ante la nueva cepa se ha reducido a menos de dos días en algunas zonas del país. La amenaza es importante, pero pilla al primer ministro en su peor momento porque, pese a tener amplia mayoría absoluta en la Cámara de los Comunes, se está viendo obligado a depender de la oposición laborista para poder sacar adelante las nuevas restricciones.
El pasaporte covid para poder entrar a partir de ahora en sitios de ocio y grandes eventos le ha costado a Johnson la mayor rebelión de su mandato: hasta 99 tories votaron en contra de la medida el martes por la noche. Si la situación empeora, el inquilino del Número 10 es consciente de que tendrá que imponer un Plan C ante la pandemia.
Pero la autoridad entre los suyos cada vez está más cuestionada. Es más, no se descarta para el próximo año una moción de no confianza a su liderazgo, tal y como señaló Sir Geoffrey Clifton-Brown, tesorero del poderoso `Comité de 1922´, que agrupa a los tories sin cartera.
En medio de las batallas internas, su popularidad ha caído también en picado en la calle tras conocerse la celebración de diferentes fiestas navideñas el año pasado en Downing Street en plenas restricciones. En este sentido, en la sesión semanal de control al Gobierno, el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, señaló que Johnson “es el peor primer ministro en el peor momento”, le acusó de haber “perdido autoridad” y de “socavar la confianza de los ciudadanos durante la pandemia”.
El dirigente laborista incidió en que su rival “no tiene autoridad moral” para pedir a la gente que cumpla las normas después de que la prensa destapara el “partygate” y le pidió que, durante estas Navidades, “se mire al espejo” y sopese “si tiene la confianza y la autoridad moral para seguir liderando” el país o si en cambio es “demasiado débil” para hacerlo.
En respuesta, el primer ministro le acusó de caer en “el politiqueo” mientras él se ocupa de tomar “decisiones importantes”, como el exitoso programa de vacunación estándar y de refuerzo, que, esgrimió, “no hubiera sido posible” si, como abogaba Starmer, “el Reino Unido hubiera permanecido en la Agencia Europea del Medicamento” de la Unión Europea.
La aparente hipocresía y los recientes casos de corrupción dentro del partido gobernante han perjudicado a Johnson en los sondeos, donde se sitúa trece puntos por debajo de Starmer en popularidad. En la última encuesta publicada hoy por Ipsos Moris para el diario “Evening Standard”, el líder de la oposición recibía un 44 % del apoyo frente al 31 % del primer ministro, la primera vez que un dirigente laborista va en cabeza desde 2008.
Castigado en las encuestas, con pugnas internas y una investigación en curso sobre las fiestas navideñas en Downing Street, Johnson afronta este jueves otra prueba de fuego: una elección parcial en el centro de Inglaterra donde podría perder un escaño tory a manos de los Liberal Demócratas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar