Oligarcas rusos
Reino Unido sanciona a Abramovich por sus vínculos con el Kremlin
Hasta ahora, el superrico ruso, dueño del Chelsea, se había librado de los castigos que Londres ha impuesto a oligarcas rusos
Roman Abramovich, dueño del Chelsea y uno de los oligarcas rusos más conocidos en Europa, ha sido finalmente sancionado por el Gobierno británico por sus vínculos con el Kremlin. No podrá viajar al Reino Unido ni tampoco realizar transacciones comerciales o financieras con individuos o entidades británicas. Todos sus activos quedan congelados, lo que supone paralizar la venta del club de fútbol que adquirió en 2003 por una cantidad cercana a los 100 millones de euros y que puso en el mercado la semana pasada cuando Downing Street publicó su primera lista de oligarcas sancionados.
El Chelsea FC no puede vender ahora más entradas para los partidos, su tienda de merchandising estará cerrada y no podrá comprar ni vender jugadores en el mercado de fichajes. Aunque obtendrá una licencia para continuar con sus “actividades relacionadas con la competición deportiva”, incluido el partido de la Premier League que debía jugar este mismo jueves contra el Norwich.
Aunque en un principio Abramovich quedó exento en la primera lista de sanciones publicada por el Gobierno, lo que levantó las críticas de la oposición, el primer ministro británico Boris Johnson tomó ayer medidas contra él y otros seis oligarcas rusos, entre los que se incluyen a Oleg Deripaska (presidente de Rusal, un gigante mundial de la industria del aluminio), Igor Sechin (CEO de la petrolera Rosneft), Andrey Kostin (presidente del banco VTB), Alexey Miller (CEO de Gazprom), Nikolay Tokarev (presidente de la dueña de oleoductos Trasneft) y Dmitry Lebedev (presidente de Bank Rossiya). Entre todos ellos, se calcula que poseen activos y patrimonio por valor de casi 18.000 millones de euros.
Desde que comenzara la guerra en Ucrania, Abramovich había estado en el punto de mira. Sus negocios le obligaban a viajar constantemente a la capital británica, donde posee varias mansiones, aunque desde 2018 residía en Israel después de que las autoridades británicas no le renovaran el permiso de visado en medio de la grave crisis diplomática entre Londres y Moscú a raíz del intento de asesinato del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija en la localidad inglesa de Salisbury. Desde entonces, entraba al Reino Unido su nuevo pasaporte israelí.
Por sus vínculos con la comunidad judía de Ucrania, el Gobierno de Volodímir Zelenski le pidió que actuara al inicio del conflicto como intermediario. El empresario se desplazó hasta la zona fronteriza de Bielorrusia para actuar de modo discreto durante las negociaciones, pero nada indica que su intervención llegara a facilitar la situación.
Según el Gobierno británico, el patrimonio total del oligarca asciende a 11.200 millones de euros. “Es uno de los pocos oligarcas surgidos durante la década de los noventa que mantiene influencia sobre Putin, y ninguno de nuestros aliados había actuado aún contra él”, aseguró Downing Street en un comunicado público.
Johnson aseguró que no “puede haber refugios seguros” para aquellos que apoyan la “feroz agresión de Putin a Ucrania”. “Las nuevas sanciones anunciadas son un paso más en el apoyo inquebrantable del Reino Unido al pueblo ucraniano. Seremos implacables en la persecución de quienes permiten la matanza de civiles, la destrucción de hospitales y la ocupación ilegal de aliados soberanos”, subrayó.
Por su parte, su ministra de Exteriores, Liz Truss, indicó asimismo que estas medidas “demuestran de nuevo” que los “oligarcas y cleptócratas” no tienen “sitio en nuestra economía o sociedad”, ya que “son cómplices de esta agresión por sus estrechos vínculos con Putin”. “Sus manos están manchadas con la sangre del pueblo ucraniano. Deberían de estar avergonzados”, agregó la jefa de la diplomacia británica.
Desde que comenzó la invasión en Ucrania, el Reino Unido ya ha sancionado a un total de 18 oligarcas. Pero tanto la oposición como los activistas consideran que el Gobierno no está actuando con la rapidez que requieren las excepcionales circunstancias.
De hecho, según los medios, Abramóvich se podría haber desprendido ya de activos millonarios en los últimos días consciente de que su situación estaba cada vez más delicada. Aparte de poner en venta el propio club del Chelsea, podría haber puesto también en venta una mansión de 15 dormitorios en la exclusiva calle londinense de Kensington Palace Gardens, valorada en más de 135 millones de euros, y un ático de tres plantas en el Chelsea Waterfront de la capital, cuyo coste se estima en casi 20 millones. Aparte de las propiedades, tiene participaciones en el gigante del acero Evraz PLC, y vendió un 73% de sus acciones de la petrolera Sibneft a la gasista Gazprom por 11.700 millones en 2005.
Por otra parte, el Gobierno británico también anunció ayer que a partir del próximo martes los ucranianos con pasaporte en regla que quieran emigrar al Reino Unido para reunirse con sus familiares podrán solicitar su visado por internet, en un intento por agilizar los trámites tras las grandes críticas que están recibiendo por su respuesta a la crisis de refugiados. De momento el Gobierno conservador no ha habilitado una ruta alternativa sin visado para ucranianos que huyen de la guerra, como sí han hecho muchos otros países. Según los últimos datos oficiales, el Reino Unido ha concedido hasta ahora 957 visados a través de su programa de reunificación familiar, de las más de 23.000 solicitudes realizadas.
✕
Accede a tu cuenta para comentar