Guerra

Roman Abramovich, cómo perder 2.300 millones por Putin

El magnate ha sido convocado para mediar en la guerra: sus empresas se han desplomado en bolsa un 50% por el conflicto

Roman Abramovich
Roman AbramovichMartin MeissnerAgencia AP

Si ha sido capaz de comprar un pedazo de la luna, nada es imposible para él. Es lo que algunos piensan de Roman Abramovich, el millonario ruso dueño del Chelsea FC, que se ha convertido esta semana en improvisado mediador en las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania. En noviembre de 2018, coincidiendo con el cumpleaños de su novia, la exmodelo Dasha Zhukova, Roman le regaló una parcela de 40 hectáreas en la Luna. Excentricidades aparte, da una idea del perfil del magnate. Pese a que su presencia en la mesa negociadora despierta recelos, habría sido, el propio gobierno de Volodímir Zelenski quien lo habría reclamado. La conocida amistad de Abramovich con Vladimir Putin, lejos de ser visto como un escollo en su tarea, pretendería usarse por los ucranianos como un modo de implicar de una manera directa a al presidente ruso en las negociaciones.

Coincidiendo con el inicio de las mediaciones, el pasado sábado, Abramovich dio un paso al lado y anunció su abandono del club londinense, que, pese a seguir presidiendo, anunció dejar en manos de la Fundación del Chelsea. Una decisión drástica, que parece tener que ver con su nuevo papel de interlocutor en el conflicto y el deseo de que su nuevo rol no afecte en nada al Chelsea. Su decisión de apartarse del club, sin embargo, no solo obedece a su participación en las negociaciones de paz.

Abramovich
AbramovichJohn SibleyAction Images via Reuters

Investigado desde 2019

En lo personal, Abramovich, como el resto de oligarcas rusos con cuentas en el extranjero, está siendo investigado en Reino Unido y podría enfrentarse al embargo de sus bienes. La petición formal la inició esta pasada semana en el Parlamento el diputado laborista Chris Bryant, que reclamó al presidente Boris Johnson, que Abramovich fuera investigado y se le requisaran sus bienes en el país, además de impedirle seguir siendo dueño del Chelsea FC. Su continuidad en el club podría pender de un hilo si hacemos caso a las últimas informaciones. Según el periódico suizo «Blick», Hansjörg Wyss, un multimillonario suizo, habría recibido una oferta para comprar el club. «El martes, tres personas y yo, recibimos un oferta de compra. Ahora tengo que esperar cuatro o cinco días. Abramovich pide demasiado», aseguraba Wyss al rotativo suizo.

Su fortuna, en números rojos

La semana pasada se reveló en Reino Unido la existencia de un documento del ministerio del Interior fechado en 2019, según el cual, Abramovich estaría siendo investigado por sus vínculos «con Rusia y por su asociación con actividades corruptas». Su participación en la cumbre de paz, según esto, no sería casual. Con una fortuna que supera los 9.000 millones de euros, Abramovich está viviendo en sus propias carnes las consecuencias del conflicto armado. El propietario del Chelsea ha visto cómo su patrimonio se ha desplomado un 15 % en dos meses, perdiendo 2.275 millones de euros. La razón principal ha sido el hundimiento de la bolsa rusa, que cae desde la invasión un 20 %.

Roman Abramovich
Roman AbramovichSuzanne PlunkettREUTERS

No son sus únicos números rojos. Su mayor empresa, la siderúrgica Evraz, la segunda mayor del país, que cotiza en la bolsa británica y capitaliza alrededor de 3.870 millones de libras (4.640 millones de euros), sufrió un desplome del 50 % durante los últimos 12 meses. Además, sus participaciones en otra de sus empresas, Norilsk Nickel, el mayor productor de níquel, han caído en la última semana más de un 30 %. Ahora, Abramovich teme que se extienda el ejemplo del gobierno británico, que la semana pasada ya sancionó a cinco bancos rusos y tres millonarios que guardaban relación con el Kremlin, a los que se le han congelado cuentas y prohibido la entrada al país hasta nuevo aviso

Negocios cuestionables

El tráfico de influencias y las corruptelas siempre han sobrevolado en la biografía de Abramovich. Su gran oportunidad llegó en los años 90, cuando se hizo amigo del empresario Borís Berezovski, quien le presentó al círculo íntimo del entonces presidente Boris Yeltsin. Juntos adquirieron la participación mayoritaria en la quinta compañía petrolera más grande de Rusia, Sibneft, y este logro fue posible, como contaría tiempo después el propio empresario, gracias a la compra de no pocas voluntades.