Debate

El fiscal de Texas propone armar a los profesores para evitar matanzas en las escuelas

La matanza de Uvalde reabre el debate sobre cómo reducir los tiroteos en los centros de enseñanza de Estados Unidos

El arzobispo de San Antonio, Gustavo Garcia-Siller, consuela a familiares de las víctimas de Uvalde
El arzobispo de San Antonio, Gustavo Garcia-Siller, consuela a familiares de las víctimas de UvaldeDario Lopez-MillsAgencia AP

Tras cada nueva matanza en centros escolares en Estados Unidos el debate sobre la venta de armas se reaviva con propuestas y mensajes de los líderes políticos. La matanza de 19 niños y dos profesoras en la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, ha conmocionado a los estadounidenses, muchos de los cuales se preguntan cuál es la mejor manera de acabar con los tiroteos masivos en escuelas y universidades. El fiscal general de Texas, Ken Paxton, sugirió que la solución es armar a los maestros. En una entrevista con el canal conservador Newsmax, Paxton se alineó con el senador republicano de Texas Ted Cruz.

El fiscal Paxton explicó que los agentes “no pueden llegar a tiempo para evitar un tiroteo” a no ser que contraten a un agente de seguridad dentro de las instalaciones, “lo que para muchas de estas escuelas es casi imposible”. Por eso sugirió la posibilidad de formar y entregar armas a profesores y otros trabajadores de las escuelas en el estado. “Tener la capacitación adecuada para algunas de estas personas en la escuela es la mejor esperanza”.

En realidad, la sugerencia de armar a los maestros no es nueva. Hay estados que ya lo hacen desde hace años. En Florida, por ejemplo, se aprobó en 2018 una ley que permite entregar munición a los profesores que tengan experiencia militar o experiencia como agentes de la ley. El propio Donald Trump, cuando era presidente, propuso esta idea, pero tuvo muchos críticos. “Los maestros tienen más que suficientes responsabilidades como para cargar con la enorme responsabilidad de tener que usar la fuerza letal para acabar con una vida”, dijo entonces Mark Barden, cuyo hijo murió en 2012 en la masacre de la escuela primaria Sandy Hook en Connecticut.

El senador demócrata Chris Murphy, con la voz rota durante un pleno poco después de saberse la noticia, clamó: “¿Qué estamos haciendo? Tenemos más tiroteos masivos que días tiene el año. Nuestros hijos tienen miedo cada vez que ponen un pie en el aula por si son los siguientes. ¿Qué estamos haciendo?”, lamentó. El representante de Connecticut, cuyo emotivo discurso tuvo un amplio eco en redes y televisiones, subrayó que tal cantidad de tiroteos en escuelas “solo ocurre” en Estados Unidos y que estas tragedias “no son inevitables”.

Y es que el Congreso de Estados Unidos lleva más de dos décadas sin limitar significativamente la posesión de armas, protegida en la segunda enmienda de la Constitución. En ese sentido, la excandidata presidencial demócrata y exsecretaria de Estado Hillary Clinton reclamó que haya más “legisladores dispuestos a detener el flagelo de la violencia armada en Estados Unidos”. “Los pensamientos y las oraciones no son suficientes. Después de años de no hacer nada, nos estamos convirtiendo en una nación llena de gritos de angustia”, declaró en redes sociales.

“Carnicería”

Por su parte, el congresista demócrata Dean Phillips dijo en redes sociales que posee un arma, pero afirmó que los padres fundadores del país “no concibieron esta carnicería cuando escribieron la Constitución”. Desde las filas republicanas también hubo condenas por la matanza, pero sus principales líderes evitaron referirse al debate por el control de las armas.

“Horrorizado y desconsolado por la repugnante violencia contra alumnos en Uvalde, Texas. Todo el país está orando por los niños, las familias, los maestros y el personal”, apuntó en redes el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell. El propio gobernador de Texas, el conservador Greg Abbott, quien informó de la matanza, calificó esta tragedia de “crimen sin sentido”.

El Papa reacciona

El papa Francisco pidió que termine “la circulación indiscriminada de armas”. Durante un llamamiento al final de la audiencia general que celebró en la plaza de San Pedro ante millas de fieles, el sumo pontífice clamó: “Tengo el corazón roto por la masacre en el colegio de primaria en Texas. Rezo por los niños y adultos asesinados y por sus familias”. Francisco añadió ”se necesita el compromiso de todos para que tragedias como esta no vuelvan a suceder nunca”.