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Yihadismo

Sentencia ejemplar para un neoyorkino de Brooklyn acusado de colaborar con el Estado Islámico

De origen kosovar, se trasladó a Siria para reclutar a más terrorisyas y puede ser condenado a cadena perpetua

El juzgado fue un colabiorador indirecto de Abu Bark Bagdhadi, primer califa y líder de Daesh larazon

Un terrorista del Estado Islámico (Isis, Daesh), juzgado estos días en Nueva York, se enfrente a una condena de cadena perpetua acusado de brindar apoyo material a la banda yihadista. Una sentencia ejemplar que contrasta con las que se suelen imponer a yihadistas en otros países.

Según los documentos judiciales y las pruebas presentadas en el juicio, Mirsad Kandic, de 40 años, que vivía en el barrio de Brooklyn, en Nueva York, aunque es de origen kosovar, era un destacado cabecilla, en la que tenía múltiples responsabilidades, incluido el reclutamiento de combatientes extranjeros, su traslado desde Occidente a través de Turquía y hacia Siria, y la obtención de armas, equipo militar, mapas, dinero e identificaciones falsas para los terroristas.

En el desempeño de estas responsabilidades, el acusado trabajó directamente con los emires y comandantes del campo de batalla de ISIS, incluido Bajro Ikanovic, quien estuvo al frente de un campo de entrenamiento de ISIS en Siria a partir de 2014. Ikanovic dependía de Omar Shishani, entonces el comandante militar y asesor clave de Abu Bakr al-Baghdadi,

Según el testimonio de 36 testigos y pruebas extraídas de seis continentes, Kandic intentó salir de los Estados Unidos para luchar contra la yihad ya en el verano de 2012. Se le negó el embarque en el punto de partida de los Estados Unidos y se le notificó que estaba en el lista de exclusión aérea. En enero de 2013, Kandic intentó volar desde Toronto, Canadá, a Estambul, Turquía, en un vuelo directo. Se le volvió a negar el embarque. Luego, el acusado tomó un autobús desde la ciudad de Nueva York a Monterrey, México, en noviembre de 2013, y voló a través de Panamá, Brasil, Portugal, Alemania, Kosovo y Turquía antes de llegar a Siria a fines de 2013. En Siria, Kandic se unió a ISIS y se convirtió en un combatiente del grupo en Haritan, un bastión de ISIS en las afueras de Alepo, empuñando diverso tipo de armamento.

Viajó después a Turquía para asumir el papel de pasador combatientes y armas extranjeras a Siria y para servir como emir para los medios de ISIS. Kandic difundió mensajes de reclutamiento y propaganda especialmente virulenta, como un “documental” producido por ISIS titulado “Llamas de la guerra”. Este vídeo celebraba las conquistas de ISIS y las ejecuciones macabras de los prisioneros, algunos de los cuales eran obligados a cavar sus propias tumbas antes de ser ejecutadas sumariamente por disparos.

Un combatiente extranjero reclutado por Kandic fue Jake Bilardi, de Australia. Se puso en contacto con el acusado en junio de 2014 para que lo ayudara a viajar a Siria para unirse a ISIS. Kandic proporcionó a Bilardi, que acababa de cumplir 18 años y nunca antes había viajado internacionalmente, instrucciones y orientación para llegar a Estambul, Turquía. Kandic luego arregló que Bilardi fuera recogido en el aeropuerto de Estambul y lo introdujo de contrabando en Siria. Con el tiempo, se convirtió en un combatiente de ISIS y en un terrorista suicida de ISIS. De hecho, cometió un ataque con un camión junto con otros terroristas el 11 de marzo de 2015 en Ramadi, Irak, matándose a sí mismo, a más de 30 soldados y a un policía iraquí. Antes del ataque, el acusado le deseó lo mejor a Bilardi y le dijo: “Que Alá haga que [sus] órganos internos implosionen”.

Kandic también conspiró junto con otros yihadistas para cavar túneles debajo de la frontera entre Turquía y Siria con el fin de trasladar de 800 a 1000 combatientes a ISIS a la vez.

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