Opinión
Una prueba de fuego para Biden
Las elecciones intermedias del próximo 8 de noviembre serán una verdadera «prueba de fuego» para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Los republicanos, de manera astuta y mirando hacia las presidenciales de 2024, han convertido esta elección en una carrera plebiscitaria.
Son buenas noticias para los conservadores. Según las encuestas, y considerando el análisis del portal Inside Elections, los republicanos deben conquistar 22 de las 35 sillas que están en juego en el Senado. De ellas, 20 parecen «cantadas» a su favor y otras dos resultan una incógnita (Georgia y Pensilvania). En lo que respecta a la Cámara de Representantes, todo parece indicar que los republicanos ganarán la mayoría necesitando conquistar apenas cinco distritos más de los que ya tienen; todo apunta a que superarán la decena.
En ese contexto, la posición de la Casa Blanca parece de incomodidad ante las intermedias. Estas elecciones llegan en un momento crítico para el Gobierno de Biden que no logra controlar la inflación. El aumento de empleos se desaceleró durante los últimos dos meses, lo mismo que la economía en general. Ese es precisamente un buen registro –el económico– que Donald J. Trump puede presumir de sus cuatro años como presidente de Estados Unidos –al margen de la pandemia de coronavirus–. Por tanto, la «carta» de la economía es la gran oportunidad para infligir un daño a los demócratas.
Es probable que, a partir del 9 de noviembre, Biden tenga que redirigir el rumbo de su Gobierno si pretende que su partido continúe en la Casa Blanca en el 2024. Si para el presidente norteamericano lo que va a ocurrir en las intermedias resulta una amenaza, para Trump resulta una oportunidad para consolidar su candidatura reuniendo a todo el liderazgo republicano alrededor de él.
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