Ahmed Maiteeg: «Las urnas son una oportunidad para traer estabilidad a Libia»

Libia celebró ayer sus segundas elecciones legislativas tras la caída de Muamar Gadafi en 2011 sumergida en una profunda crisis económica, de liderazgo y de seguridad. Tres gobiernos diferentes en dos años han sido incapaces de alcanzar los acuerdos necesarios entre las diferentes facciones religiosas y tribales con la consecuente preocupación internacional de que la primavera árabe libia derive en un estado fallido. Ahmed Maiteeg, primer ministro desde el pasado 25 de mayo hasta el 9 de junio -cuando el Tribunal Supremo declaró ilegal su elección por fallos en el procedimiento de elección-, augura que estos comicios serán el principio de la estabilidad y rehúsa relacionar la violencia de su país con los movimientos yihadistas que ahora siembran el caos en Siria o Irak.

¿Por que los tres gobiernos libios han sido incapaces gestionar con éxito la transición del país?

Está claro que los gobiernos no han conseguido solucionar los problemas internos, sobre todo aquellos relacionados con la seguridad. Para conseguir un país seguro lo primero es formar un gobierno estable y unido. Su inestabilidad y debilidad han sido el gran fallo. En este sentido, creo que la nueva Constitución que se está redactado ayudará a que el Gobierno tenga una mayor legitimidad y sea más fuerte ante las fuerzas opositoras. También es nuestra labor hacer comprender a los libios que la democracia funciona de manera diferente al régimen de Gadafi y eso lleva tiempo.

¿Cuáles son las líneas maestras que se están trazando en la nueva Constitución? ¿Están utilizando la tunecina como referencia?

Deberá ser una constitución que incluya amplias libertades y evidentemente a la mayoría suní. La tunecina es una buena referencia aunque existen diferencias importantes entre la transición en Libia y Túnez, donde había un partido liberal fuerte y una comisión más sólida. Túnez entendió que todos debían estar sentados en las negociaciones para integrar a todas las fuerzas y de eso debemos tomar nota.

¿Una participación baja en los comicios favorecerá la legitimidad del nuevo Parlamento?

El tema de la participación es igual en todos los países y no creo en Libia sea diferente. Los libios no dejarán de ir a votar por problemas de seguridad. Si lo hacen es porque están cansados de que los gobiernos no tomen decisiones. Quieren una solución ya. Además, insisto que todavía no están acostumbrados a la democracia. Hasta hace tres años se guiaban por los dictámenes de un dictador y ahora deben respetar la ley. Hay que ser paciente. Para conseguir una democracia sólida hay que sacrificar muchas cosas. Tenemos que conseguir que los libios sepan frenar en los semáforos en rojo.

¿Qué solución plantea ante la amenaza constante de las milicias que siembran el caos en el país?

Esta situación no es nueva. Muchos países la han vivido y debemos aprender de ellos. En libia, los grupos rebeldes han tomados las armas para decir que los gobiernos elegidos no les representan, aunque más allá de esto no tienen un programa claro para ofrecer una alternativa. Nosotros debemos conseguir que dejen las armas y se unan a organizaciones democráticas. Lo primero es que se pacte con ellos un abandono de las armas y luego se sumen a nuestro proyecto democrático. Debemos de ganarnos su confianza. Pero deben sentir que confían en sus interlocutores. Dicho esto debo subrayar que ciertos actos que están cometiendo son inaceptables.

Como el secuestro de su antecesor al frente del Gobierno...

Eso fue un gran fallo de seguridad. Yo tenía mi equipo de seguridad. Pero no puedes vivir con ese miedo, porque si lo tienes, no das el paso de presentarte. Cuando crees en ciertas cosas como hacer de tu país un lugar mejor donde vivir, puedes vivir con ese miedo.

¿Temen que la presencia de yihadistas en su país derive en una situación similar a lo que ahora ocurre en Irak?

Existen grupos extremistas, pero no son la mayoría. La mayor parte de las milicias no son extremistas, sino grupos que lucharon en su momento contra Gadafi para hacer de libia un país mejor. Sin embargo, los extremistas tienen una ideología radical. No existe una conexión entre ambos y quien así lo diga está equivocado. No se puede meter a todos en el mismo saco. Las milicias son grupos que consideran que la revolución no ha terminado todavía y que el gobierno no les representa, mientras que los yihadistas quieren crear un estado islámico. Dicho esto, hay que reconocer que sí están actuando sobre el terreno ciertos grupos extremistas, pero su conexión está en el extranjero con organizaciones mayores, dentro de los cuales hay muy pocos libios. Para hacer frente a esta amenaza, debemos buscar el apoyo internacional que tiene más experiencia en este sentido, así como reforzar nuestros sistemas de seguridad.

¿Está el Ejército libo preparado para esta tarea?

Estamos construyendo nuestras Fuerzas de Defensa . Antes, el ejército seguía las ordenes de un dictador, ahora deben seguir los mandatos de la ley. Hacer que la gente que trabaja por la seguridad entienda esto lleva su tiempo. Tenemos 103,000 policías y más de 230,000 soldados, pero ellos no disponen la infraestructura para desarrollar su trabajo.

¿Presentará su candidatura como primer ministro?

De momento hay que esperar al resultado de las legislativas. El nuevo Parlamento decidirá si quiere una democracia parlamentaria y, por lo tanto, votar por un primer ministro o bien convocar elecciones presidenciales. En el caso de elegir una democracia presidencialista, será el pueblo quien deba elegir a su presidente, no el Parlamento. Si se opta por formar un gobierno, yo me presentare como candidato. Todavía no se ha abierto plazo para presentarse, pero lo haré. Considero que en Libia sería difícil y peligroso una elección presidencial en este momento porque todavía sigue en mente Gadafi. Necesitamos a alguien que tome decisiones y tenga una visión de futuro del país. Un presidente da más consistencia y solidez a un estado, ya que un gobierno parlamentario es siempre más débil y cambiante. Podría considerar esta posición en caso de unas elecciones presidenciales.

¿Siente que la comunidad internacional ha dejado de lado a Libia tras la caída de Gadafi?

Lo difícil no es tener un hijo, sino lo que viene después. La responsabilidad de la revolución libia es de los libios aunque la comunidad internacional no debe olvidar que el trabajo más duro viene ahora. Deben hacer un esfuerzo mayor en este momento.

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, ha afirmado esta semana que EE UU no es responsable de lo que ocurre en Irak y en Libia. ¿Es una manera de desentenderse de los problemas derivados de sendas transiciones?

Ellos siempre intentan comparar Libia e Irak y es un gran error. Los problemas libios se solucionarán rápido. Kerry tiene razón al decir que no es su responsabilidad porque es la de toda la comunidad internacional, también de Europa. Es más ésta última pueden entender mejor la mentalidad de los libios que los estadounidenses. Además, en temas económicos Libia es más importante para los europeos. A España se exporta el 35% de nuestra energía y , más del 60% del gas petroleo libio se vende en Europa. ¿Quien debe estar más preocupado y tiene más responsabilidad en ayudar a los libios?.

Mientras que en la era Gadafi se producían 1,500,000 barriles de petróleo al día, ahora rondan los 200,000. ¿Cómo afecta esto a la economía libia? ¿Está en riesgo?

Está claro que nuestra economía depende única y exclusivamente de las exportaciones debido a la política económica que marcó Gadafi. No hemos tenido otros ingresos durante 40 años. Además, lo que ocurre ahora es que las diferentes regiones quieren más ingresos por la producción de su petroleo y no están equivocados, y aquí viene el problema de la descentralización del Estado. En Libia el problema no es la exportación sino el reparto de los ingresos. Es cierto que la exportación ha disminuido a causa de la crisis de nuestro país y si esto se prolonga será un problema para nuestro gobierno, pero confío en que pronto se solucione.