
Defensa
Alarma en el Pacífico: EEUU despliega la superarma que China y Rusia consideran una "provocación directa"
El despliegue de misiles estadounidenses en Japón eleva la tensión en la región a un nuevo nivel, con China y Rusia advirtiendo de las consecuencias mientras Washington mueve ficha en el tablero del Pacífico

El tablero geopolítico del Indopacífico vuelve a agitarse con la llegada a Japón del sistema de misiles estadounidense Typhon, desplegado en el marco de los ejercicios militares conjuntos Resolute Dragon. Este movimiento estratégico de Washington no ha tardado en encender las alarmas en Pekín, que ve en esta maniobra una provocación directa y una grave amenaza para la estabilidad de toda la región asiática. Se trata de un sistema de lanzamiento terrestre capaz de disparar misiles de crucero Tomahawk y proyectiles antiaéreos SM-6.
De hecho, la respuesta china ha sido contundente y no se ha hecho esperar. El gigante asiático se opone firmemente a la presencia de este armamento en suelo nipón, argumentando que eleva innecesariamente el riesgo de una confrontación militar y socava la seguridad regional. En consecuencia, Pekín ha exigido la retirada inmediata e incondicional del sistema de misiles. Esta enérgica protesta, sin embargo, contrasta con la reciente exhibición de su propio músculo militar, cuando el régimen chino no dudó en mostrar su arsenal nuclear e hipersónico durante un desfile. Esta muestra de poderío se suma a otros avances tecnológicos significativos, como el reciente hito por el que China hace despegar su avión de combate más moderno utilizando una catapulta de última generación.
Asimismo, no es la primera vez que Washington posiciona el sistema Typhon en la región, lo que sugiere una estrategia consolidada y persistente en el tiempo. El armamento ya fue desplegado con anterioridad en Filipinas, y fuentes de defensa norteamericanas confirman la existencia de una segunda batería en Hawái, lista para ser movilizada por la zona según las necesidades estratégicas del Pentágono, tal y como informa Defense News. La capacidad de reubicar estas lanzaderas con rapidez es un elemento clave en la doctrina militar de Estados Unidos para el Pacífico. Este enfoque en la movilidad de activos se produce en un momento de debate sobre otros programas clave, pues incluso el emblemático avión de combate F-35 vuelve a estar en peligro debido a posibles recortes presupuestarios.
Rusia se suma a las protestas y afianza su alianza con China
Además, la reacción de China no ha sido la única. Rusia también ha levantado la voz para calificar el despliegue como una amenaza de primer orden para sus intereses estratégicos en el Extremo Oriente. El Kremlin ha ido más allá, advirtiendo de que no se quedará de brazos cruzados y que podría tomar futuras «medidas técnico-militares» en respuesta a la presencia de los misiles estadounidenses tan cerca de sus fronteras orientales, una declaración que añade una nueva capa de complejidad a la situación. Esta advertencia se enmarca en el desarrollo de nuevo armamento por parte de Moscú, ya que se ha conocido que Rusia utiliza herramientas de Nvidia para equipar un nuevo dron con inteligencia artificial para seleccionar objetivos.
Todo ello se enmarca en un contexto de creciente cooperación militar entre China y Rusia, una alianza que precisamente causa una honda preocupación en Tokio. El acercamiento entre Pekín y Moscú, materializado en maniobras conjuntas y acuerdos de defensa, es uno de los factores que más alarman al gobierno japonés y que, en buena medida, explica la intensificación de sus lazos estratégicos y defensivos con Estados Unidos para contrarrestar la influencia de sus dos grandes vecinos.
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