Fiscal Especial acusa a Hillary Clinton de espiar a Trump para involucrarle en la interferencia rusa de 2016

La sombra de la trama rusa por una posible injerencia en las elecciones presidenciales de 2016 acompañó al ex presidente Donald Trump desde su primer día de mandato. Seis años después, la investigación que determinó la interferencia de Rusia para perjudicar a la entonces candidata a la presidencia, la demócrata Hillary Clinton, a favor del republicano podría dar un giro radical y salpicar de alguna manera a la Administración Biden.

La Fiscalía de Estados Unidos apunta a que la campaña electoral de Clinton en su carrera hacia la casa Blanca habría intentadohackear los sistemas informáticos de su rival político para relacionarlo con Rusia y los esfuerzos del Kremlin por interferir en los comicios.

John Durham, el Fiscal Especial del Departamento de Justicia que investiga la interferencia rusa en las elecciones que dieron la victoria a Donald Trump en 2016, apuntó a los demócratas el pasado viernes ante el Congreso de EEUU acusando a Hillary Clinton de espiar al magnate neoyorkino, incluso después de que Trump hubiera ganado la elecciones.

El ex presidente republicano, que siempre se defendió de las acusaciones contra él, negando cualquier tipo de injerencia rusa a su favor, reaccionaba a la noticia tachándola de “escándalo mayor en magnitud y alcance que el Watergate”, que forzó el fin de la presidencia de Richard Nixon, y sugiriendo que los culpables deberían ser castigados con “la pena de muerte”.

“Quienes estén implicados en él y conocían los actos de espionaje, deberían someterse a un proceso penal. En un período de tiempo más firme en nuestro país, este delito se hubiera castigado con la pena de muerte”, dijo Trump. “Además, habría que pagar reparaciones por aquellos que hayan sido perjudicados por estas acciones”, añadió el ex presidente.

Pero las afirmaciones del Fiscal Especial suponen un desafío para la cobertura informativa al no desvelar detalles concretos de las acusaciones ni presentar pruebas contundentes, de la misma manera que sucedió cuando la investigación se puso en marcha en 2016 tras conocerse los resultados de las elecciones presidenciales.

Durham fue elegido para el cargo en 2019 por el Fiscal General de Trump, William Barr. y ha encabezado la investigación de la trama rusa desde las últimas semanas de su presidencia para proteger la investigación bajo la nueva Administración Biden y la llegada de los demócratas a la Casa Blanca.

En septiembre de 2021, Durham acusó a Michael Sussmann, abogado de seguridad cibernética, de tener vínculos con el Partido Demócrata y haber mentido supuestamente en una reunión mantenida en 2016, por cuenta propia, con un agente del FBI sobre los posibles vínculos del entonces presidente electo Trump con Rusia. La Fiscalía impuso cargos contra Sussmann por considerar que el abogado no representaba a nadie pero, sin embargo, trabajaba como ejecutivo de una compañía tecnológica contratada por la campaña de Clinton.

Según la acusación de la Fiscalía, Sussmann le habría entregado al FBI datos detallados sobre un supuesto canal de comunicación secreto entre Trump y Alfa Bank, entidad que tendría vínculos con Rusia. Durham también le acusa de “facturar de forma repetida en la campaña de Clinton” por sus colaboraciones en las alegaciones presentadas sobre el Banco ruso.

Los documentos del Fiscal Especial no presentan nuevas imputaciones en el caso, que tanta atención mediática internacional mantuvo durante los primeros meses de presidencia de Trump, y por el que, por ahora, sólo se han presentado cargos contra Michael Sussman, que se ha declarado no culpable y está a la espera de juicio, así como contra Igor Danchenko, analista ruso al que también se le acusa de mentir al FBI.