América Latina

Lula recibe a Maduro en antesala de reunión con presidentes en Brasilia para promover una integración iberoamericana

Los dos mandatarios oficializaran "el proceso de normalización de relaciones bilaterales" con la "reapertura de las respectivas embajadas"

AME2682. BRASILIA (BRASIL), 29/05/2023.- El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, estrecha la mano de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, hoy, en el Palacio do Planalto, en Brasilia (Brasil). Maduro se encuentra en una visita oficial para participar en una cumbre convocada por Lula da Silva en la cual se reunirán 10 presidentes de países sudamericanos y un representante del gobierno peruano. EFE/ André Coelho
Lula da Silva recibe en Brasilia a su homólogo venezolano, Nicolás MaduroAndré CoelhoAgencia EFE

Nicolás Maduro abraza una agresiva agenda internacional, quiere deslastrarse el ostracismo en el que cayó desde 2019 cuando comenzó a ser visto como un usurpador del poder Ejecutivo en Venezuela, y casi toda la región reconoció a Juan Guaidó como presidente. Para ello, ahora cuenta con un aliado importante, el presidente de Brasil Luis Inacio Lula Da Silva que este lunes lo ha recibido con brazos abiertos en la capital de su país.

En Brasilia se prepara la Cumbre de los países de América del Sur para este martes, pero Maduro se adelantó y llegó la noche del domingo, el primero en hacerlo. El lunes amaneció con foto oficial: el estrechón de manos con Lula y las afirmaciones de ambos de que se trata de un “hecho histórico”.

Han pasado ocho años desde que Maduro pisó Brasil. La última vez fue para la toma de posesión del segundo mandato de Dilma Rousseff. Cuando Jair Bolsonaro asumió el poder en Brasil, se enfriaron las relaciones, se retiraron embajadores, y se prohibió al chavista su entrada al territorio. Lula, en cambio, lo invitó a su asunción –a la que no asistió- y nombró embajador en Caracas.

El mandatario brasileño busca impulsar una agenda de integración, y convocó a 11 mandatarios de la región. Su agenda con Maduro este lunes incluyó dos reuniones, una privada y otra ampliada, y un almuerzo.

“El prejuicio contra Venezuela es muy grande. En la campaña, hubo muchos discursos contra Venezuela. Decían que Brasil se convertiría en Venezuela, cuando en realidad sólo queremos que Brasil sea Brasil. Nuestra relación comercial llegó a tener un flujo de 6.000 millones de dólares, hoy es de 2.000 millones. Esto es malo para Venezuela y para Brasil. Pero la relación entre nuestros países también puede ser cultural, económica, en el intercambio de ciencia y tecnología, en la lucha contra el narcotráfico en nuestras fronteras”, dijo Lula.

Según el mandatario brasileño, la cumbre de presidentes es una oportunidad para que Venezuela construya una nueva narrativa más positiva y muestre al mundo lo positivo del país.

Maduro, por su parte, calificó como “victoria de la dignidad” su encuentro con el presidente brasileño, como parte de “el rescate y reimpulso de la unión entre Brasil y Venezuela, el camino correcto que nos conducirá hacia el desarrollo y la integración de la Patria Grande”.

Según la Cancillería de Brasil, además de la “normalización de relaciones bilaterales”, las conversaciones entre ambos políticos también serán “una oportunidad para que los presidentes conversen sobre los procesos de diálogo interno en Venezuela, con vistas a la realización de las elecciones de 2024”.

“Se prestará especial atención a las cuestiones fronterizas, con énfasis en la protección de las poblaciones que residen en esta franja, entre ellas los pueblos yanomami”, agregó Itamaraty. Ninguno de los involucrados mencionó a los migrantes venezolanos, que suman más de 230.000 en los últimos cinco años.

De esta forma, Maduro reafirma su estrategia de reinsertarse en el mundo. Sus últimos viajes habían sido a países como Turquía o Argelia en 2022, y en 2021 estuvo en una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericans y del Caribe (Celac) en México, donde varios presidentes como el de Paraguay, Mario Abdo, rechazaron su presencia. “Mi presencia en esta cumbre no representa un reconocimiento a Nicolás Maduro, lo digo de frente”, dijo el paraguayo en aquella oportunidad.

Pero poco más. No asistió a la cumbre Celac de enero pasado en Argentina argumentando supuestas preocupaciones de seguridad, ni a la toma de posesión de Lula, y no fue invitado a la de otros presidentes de izquierda de la región, como Gustavo Petro, Gabriel Boric, Alberto Fernández.

No obstante, Maduro ha ido avanzando en su objetivo. El cese del gobierno interino que encabezaba Juan Guaidó confirmó quién manda realmente en el país, e incluso Estados Unidos ha enviado delegados a reunirse con Maduro y ha permitido que la empresa Chevron opere en Venezuela. Por su parte, varios países de Europa han cambiado sus posturas con respecto al régimen chavista y han asignado embajadores, incluyendo España.

Tras visitar China, Europa y Estados Unidos, el presidente de Brasil ahora se propone impulsarse como líder regional. Para ello es la cumbre que reunirá a 11 jefes de Estado en Brasilia, además del primer ministro de Perú pues Dina Boluarte no puede salir de su país pues no tiene vicepresidente en quien delegar funciones.

Alberto Fernández (Argentina), Luis Arce (Bolivia), Gabriel Boric (Chile), Gustavo Petro (Colombia), Guillermo Lasso (Ecuador), Irfaan Ali (Guyana), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Cha Santokhi (Surinam) y Luis Lacalle Pou (Uruguay) fueron llegando durante el lunes a la capital del país carioca, que Lula ha reinsertado tanto en la Celac como en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un foro ahora reducido a gobiernos de izquierda.

Los presidentes se reunirán en dos sesiones el martes, además de una cena en la residencia oficial del presidente. Todas las discusiones serán a puerta cerrada y no está garantizada una declaración común al final.