Consejo Europeo

La UE aprieta a Orban para enviar la ayuda a Ucrania

El primer ministro húngaro mantiene el pulso a los Veintisiete y tacha de «chantaje» la presión para desbloquear los 50.000 millones de euros

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se mantiene firme en sus posiciones y aleja un acuerdo de la UE en la cumbre
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, se mantiene firme en sus posiciones y aleja un acuerdo de la UE en la cumbreOlivier MatthysAgencia AP

Todas las miradas vuelven a estar puestas en la Hungría de Viktor Orban. Los Veintisiete están barajando todas las opciones posibles para que el primer ministro húngaro levante su veto al paquete de ayuda a Ucrania por valor de 50.000 millones de euros durante cuatro años. Fuentes diplomáticas reconocen que los ánimos están caldeados y que se espera una cita «difícil». En la pasada cumbre de diciembre, Orban dejó de bloquear la apertura de negociaciones de adhesión con Ucrania con una estratagema diplomática coordinada con el resto de los socios. A instancias del canciller alemán, Olaf Sholz, se ausentó de la sala mientras el resto daba luz verde. Pero este tipo de triquiñuelas no funcionan con el paquete de ayuda al Gobierno de Kyiv.

Por eso, hay que barajar otras opciones que oscilan entre el palo y la zanahoria. Amenazas y apelaciones a la concordia. El lunes, el diario «Financial Times» informó de un documento interno en el que los países europeos estarían estudiando dejar a Hungría sin todos los fondos europeos si persiste en su veto, lo que abocaría al país a fuertes consecuencias económicas. A pesar de que la publicación de este documento interno puede ser interpretado como una estratagema para amedrentar a Hungría, fuentes diplomáticas salieron inmediatamente después al paso e intentaron no echar leña al fuego. Aseguraron que se trataba de una «nota de contexto escrita por la Secretaría del Consejo bajo su propia responsabilidad y que describe el estado actual de la economía húngara».

En la misma línea, explicaron que este documento «no refleja ningún plan específico» ni sobre los presupuestos generales ni sobre el paquete económico de Ucrania y que estas conversaciones siempre se han basado en «encontrar un compromiso aceptable para todos los Veintisiete».

En todo caso, en las últimas semanas el tono en contra de Hungría se está volviendo más áspero. El digital «Politico» también aseguró la semana pasada, citando fuentes diplomáticas anónimas, que los líderes europeos estarían barajando dar un nuevo impulso al artículo 7 , el denominado botón nuclear, que en su último estadio puede dejar a un país sin derecho de voto en el Consejo, si se detecta un incumplimiento sistemático del Estado de derecho.

La alianza entre Hungría y el Gobierno anterior polaco había hecho que este procedimiento quedara en punto muerto, ya que para avanzar en los trámites se necesita la unanimidad de las capitales. Al ser preguntado al respecto por esta cuestión, el comisario de Justicia, Didier Reynders, se puso de perfil y se limitó a asegurar que «no hay nada peor» que una votación que no consiga los suficientes apoyos.

La Eurocámara amenazó el 18 de enero a la Comisión Europea con emprender acciones legales si el Ejecutivo comunitario desbloquea más fondos para Hungría. Bruselas decidió desembolsar el 13 de diciembre 10.200 millones de euros al considerar que Budapest había llegado a cabo ciertos avances en el respeto a la independencia judicial. Tras esta decisión, tomada un día antes de la celebración de la cumbre europea de diciembre, Orban decidió levantar su veto a la apertura de negociaciones de adhesión con Hungría, si bien siguió negándose a apoyar el plan de inversión.

Aunque la Comisión ha retenido 20.000 millones de euros hasta que Budapest no complete las reformas requeridas sobre libertad académica y corrupción, los eurodiputados temen que la relaciones entre los Veintisiete y Orban se conviertan en un constante «chantaje».

Ante la presión por parte de la Eurocámara, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió de que no habrá más desembolsos a Budapest hasta que no haya progresos en el resto de ámbitos. La política alemana también defendió la decisión tomada en diciembre, ya que Hungría puso en marcha en mayo una nueva normativa que «refuerza la independencia judicial y limita la posibilidad de interferencias políticas en la judicatura».Nadie sabe muy bien qué va a pasar en la cumbre de hoy.

En las reuniones preparatorias, Hungría está aflojando su postura y quiere poder aprobar este paquete de ayuda cada año para reservarse capacidad de veto cada doce meses. Un enfoque contrario al defendido por la Comisión, que aboga por la financiación predecible. Si Hungría sigue bloqueando la iniciativa, el resto de los socios podrían poner en marcha un mecanismo por su cuenta fuera del presupuesto comunitario, lo que dejaría a Hungría completamente aislada en el club comunitario.

El problema reside en que una solución de estas características podría implicar que algunos países europeos tengan que proceder a la ratificación parlamentaria de esta ayuda, lo que retrasaría todo el proceso. Fuentes diplomáticas aseguran que la prioridad sigue siendo una decisión a Veintisiete, pero no descartan el "plan B". Será el presidente del Consejo, Charles Michel, el encargado de llevar la batuta. Anoche se celebra una cena informal de los líderes europeos lejos de los focos de los periodistas. Quizás este encuentro previo, al que por otra parte no asistirán todos los líderes, pueda allanar el camino.