
Drones
El US Army quiere que sus drones entiendan al comandante: ¿está preparado el campo de batalla para algo así?
El Pentágono impulsa una nueva generación de drones capaces de actuar por sí solos, interpretando la «intención del comandante» en el campo de batalla sin necesidad de un piloto que los dirija constantemente,

El Ejército de Estados Unidos ha emprendido una profunda reorganización de su estrategia para el uso de drones, un cambio de paradigma que busca transformar radicalmente su función en el campo de batalla. El objetivo es que estos aparatos no tripulados dejen de ser meras herramientas teledirigidas para convertirse en extensiones inteligentes de las unidades, capaces de interpretar y ejecutar de forma autónoma la «intención del comandante». Se trata de pasar de un control manual y constante a un sistema donde los drones operan bajo órdenes de alto nivel, liberando a los soldados de la microgestión.
Esta nueva doctrina responde a una necesidad acuciante de optimizar los recursos humanos durante las operaciones de combate. En la actualidad, la coordinación de una simple emboscada con drones puede requerir la intervención de hasta cuatro soldados, una cifra que los altos mandos del Pentágono consideran a todas luces insostenible. La meta es, por tanto, reducir drásticamente esta dependencia y permitir que el personal militar se concentre en tareas de mayor valor estratégico. Esta tendencia de optimización del personal militar se observa en otras ramas de las fuerzas armadas, donde los pilotos estadounidenses también están recibiendo nueva tecnología para mejorar su eficiencia y capacidades.
De hecho, para alcanzar esta autonomía operativa, se está explorando el desarrollo de un software de vanguardia que podría emplear modelos de lenguaje avanzados. Según informa Defenseone, la idea es que las máquinas puedan recibir órdenes complejas, como «vigilar este flanco y neutralizar cualquier amenaza», y las ejecuten con un alto grado de independencia. Esto supondría un salto cualitativo en la capacidad de respuesta y en la eficiencia de las fuerzas armadas norteamericanas.
Una transformación material y humana
Asimismo, esta innovación no se limita únicamente al plano digital, sino que abarca también el desarrollo de nuevo material militar. Un ejemplo claro de esta nueva filosofía es el dron ABE 101, un prototipo de bajo coste impulsado por la 101ª División Aerotransportada. Con un precio de fabricación de apenas 740 dólares por unidad, contrasta enormemente con los 2.500 dólares de los modelos comerciales equivalentes, lo que demuestra un esfuerzo por abaratar costes. Este enfoque se complementa con la creación de un software de control con una interfaz común, diseñado para operar distintos tipos de drones y garantizar la interoperabilidad entre sistemas. Precisamente, la proliferación de estos aparatos de bajo coste ha obligado a desarrollar contramedidas eficaces, llevando al ejército a repartir kits antidrones en sus bases militares para protegerse de amenazas similares.
Por otro lado, la reorganización afecta de lleno a la estructura del personal. Para adaptar la fuerza a estas nuevas exigencias tecnológicas, el Ejército estadounidense creará una nueva especialidad ocupacional militar, la 15X. Esta categoría profesional fusionará los roles de operador y mantenedor de drones, que hasta ahora estaban separados, con el fin de formar soldados más versátiles y autosuficientes. Para unificar la doctrina en toda la fuerza, se ha diseñado también un nuevo «Curso Avanzado de Letalidad con UAS» que estandarizará la formación de los soldados en estas capacidades emergentes.
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