Corea del Norte

Así es el Pukguksong, el último misil lanzado por Corea del Norte

Se trata de un proyectil diseñado para ser lanzado desde submarinos

Un soldado surcoreano pasa frente a la noticia del misil norcoreano, en Seúl, Corea del Sur /REuters
Un soldado surcoreano pasa frente a la noticia del misil norcoreano, en Seúl, Corea del Sur /REuterslarazon

Corea del Norte probó hoy lo que parece ser un nuevo misil diseñado para ser lanzado desde submarinos apenas un día después de anunciar que retomará esta semana el diálogo con Estados Unidos, un gesto que subraya su afán por empezar a lograr avances reales en las negociaciones.

La acción viene a demostrar nuevamente el interés del régimen por impulsar el desarrollo de su programa de sumergibles y misiles balísticos adaptados (SLBM), que puede tornar más peligroso su arsenal al aumentar su movilidad y hacer los lanzamientos más difíciles de detectar.

El Estado Mayor Conjunto surcoreano explicó en un comunicado recogido por la agencia Efe que el lanzamiento fue a las 7:11 hora local (22:11 GMT del martes) “desde el mar, al noreste de Wonsan (costa oriental norcoreana)”.

Cerca de esa zona está el astillero de Sinpo, epicentro del programa de submarinos y donde el régimen desveló en julio la existencia de un nuevo modelo, el Sinpo-C, que tendría capacidad para cargar más de un misil, a diferencia de anteriores sumergibles.

Seúl estimó que el proyectil lanzado este miércoles es de la serie Pukguksong (Estrella Polar) y que habría alcanzado una altitud máxima de vuelo de 910 kilómetros y volado 450 kilómetros hacia el este antes de precipitarse en aguas de la zona económica exclusiva (EEZ) de Japón, cuyo Gobierno, al igual que hizo el surcoreano, condenó duramente la acción.

Tokio también indicó que el proyectil pudo partirse en dos antes de caer al agua, de ahí que inicialmente se hablara de un doble lanzamiento.

Se trataría del primer ensayo de un misil SLBM de Corea del Norte desde que disparó con éxito por primera vez desde un sumergible un proyectil Pukguksong-1 en agosto de 2016.

Ante la posibilidad de que el misil se partiera y de que posiblemente haya sido lanzado desde una plataforma de ensayo flotante y no un submarino, el de hoy parece haber sido solo un ensayo parcialmente exitoso.

En todo caso, no deja lugar a dudas sobre los continuos avances armamentísticos norcoreanos (el programa Pukguksong es de los más sofisticados porque usa combustible sólido y un sistema de lanzamiento “en frío” que hace difícil detectar el disparo por anticipado) y sobre el endurecimiento del mensaje de Pyongyang hacia Washington.

Todo apunta a que se trata de un nuevo proyectil Pukguksong por sus características de vuelo, ya que según los primeros cálculos de los expertos el misil podría haber recorrido casi 2.000 kilómetros si se hubiera lanzado con una trayectoria menos parabólica.

Esto no solo supone una mejora de este programa -el Pukguksong-1 y el Pukguksong-2, que es una variación tierra-tierra del primero, tienen un alcance estimado de 1.300 kilómetros- si no que se trata del primer misil balístico de alcance medio, un proyectil con categoría de arma estratégica, que dispara Pyongyang desde que se autoimpuso una moratoria en 2018.

¿Qué piensa Donald Trump?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se había mostrado muy satisfecho y consideraba un logro propio esa moratoria que afectaba a misiles de rango amplio.

El propio Trump restó importancia a la decena de lanzamientos de misiles de corto alcance que el régimen realizó este año, argumentando que muchos países prueban regularmente este tipo de armas, y dijo que mientras no hubiera test atómicos ni se probaran proyectiles de largo alcance no tenía prisa en las negociaciones.

Por eso, con el lanzamiento de hoy Corea del Norte parece estar dando un golpe en la mesa e indicando que Pyongyang sí está apresurado y quiere avances sustanciales en el inminente diálogo sobre desnuclearización.

El siempre opaco régimen de Kim Jong Un estaría enviando el mensaje de que no quiere una nueva cumbre de líderes que deje solo otro apretón de manos simbólico del que Trump pueda vanagloriarse: quiere acordar un levantamiento de sanciones y el tipo de activos nucleares que Washington quiere que Pyongyang desmantele a cambio.

También garantías de que Washington no potenciará su despliegue en la región.

En ese sentido, cabe tener en cuenta que la acción de hoy se produce también un día después de que Seúl presentara sus primeros cazas F-35, arma estadounidense cuyas peligrosas capacidades estratégicas Pyongyang ha denunciado incansablemente.

Para refrendar esta advertencia, el principal diario del régimen, el “Rodong”, lleva este miércoles en portada un editorial destacando la importancia de su músculo militar.

Esto, según los analistas, es un guiño a la posibilidad de retomar la línea de pensamiento “Byungjin”, que buscaba desarrollar paralelamente defensa y economía y que Kim Jong Un había dado por descartada en 2018 coincidiendo con su giro diplomático.

Se llega así a la antesala de una nueva ronda de conversaciones técnicas entre Corea del Norte y Estados Unidos, que ni siquiera ha confirmado aún ni la reunión ni las fechas (4 y 5 de octubre) anunciadas el martes por Pyongyang.

También sigue sin conocerse el lugar donde tendrían lugar estos contactos ni la composición de los equipos negociadores que pretenden desbloquear un proceso atascado desde el desacuerdo de Hanói en febrero y al que hoy Pyongyang ha añadido un grado más de tirantez.