Diez años desaparecido

Los agujeros negros del MH370, el mayor misterio de la aviación moderna

Malasia considera retomar la búsqueda del Boeing 777-200ER con 239 personas a bordo tras una década de su misteriosa desaparición

Beijing (China), 08/03/2024.- A relative of passengers of the MH370 Malaysia Airlines flight that dissapeared on 08 March 2014, dries her eyes at a gathering near the Malaysia Embassy in Beijing, China, 08 March 2024. Malaysia Airlines flight 370 disappeared over the Indian Ocean when it deviated en route from Kuala Lumpur to Beijing, on 08 March 2014. (Malasia) EFE/EPA/ANDRES MARTINEZ CASARES
Familiares de los desaparecidos del vuelo MH370 de Malaysia Airlines ANDRES MARTINEZ CASARESAgencia EFE

Han pasado diez años desde que el vuelo de pasajeros MH370 de Malaysia Airlines desapareció y a día de hoy sigue siendo uno de los mayores misterios de la aviación mundial. Es impensable que un moderno avión de pasajeros Boeing 777-200ER con 239 personas a bordo pueda simplemente desvanecerse sin ninguna explicación. Sin embargo, a pesar de las múltiples e intensas búsquedas realizadas en la última década, aún no se han encontrado los restos del aparato ni los cuerpos de las víctimas.

Durante un solemne acto conmemorativo llevado a cabo esta semana, el ministro de Transporte de Malasia reveló un nuevo impulso en la controvertida búsqueda del MH370. Con la aprobación del Gobierno malasio, se plantea la posibilidad de que la empresa estadounidense especializada en exploración submarina, Ocean Infinity, asuma la responsabilidad de esta nueva fase de prospección. Cabe recordar que, en el año 2018, los esfuerzos de esta compañía no lograron resultados positivos.

El vuelo MH370despegó a las 12.42 horas del 8 de marzo de 2014, y lo pilotaba el capitán Zaharie Ahmad Shah de Kuala Lumpur a Pekín. La travesía se desarrollaba según lo previsto y, a la 1.19 horas, cuando apenas habían transcurrido 37 minutos de vuelo, el capitán acusó recibo de una instrucción de los controladores aéreos malasios para pasar al espacio aéreo vietnamita, comunicando: "Buenas noches, Malasia tres-siete-cero".

Minutos después, el transpondedor del avión -un sistema de comunicación que transmite la ubicación del avión al control del tráfico aéreo- se desconectó. El radar militar vio cómo el avión daba la vuelta para sobrevolar el mar de Andamán antes de desvanecerse, y los datos de satélite mostraron que siguió volando durante horas, posiblemente hasta que se quedó sin combustible.

La mayoría de pasajeros, chinos

A bordo del aparato se encontraban 227 pasajeros, incluyendo cinco niños pequeños, junto con 12 miembros de la tripulación. La mayoría de ellos eran de nacionalidad china, pero también había personas de diversas procedencias, como Estados Unidos, Indonesia, Francia o Rusia.

Esa misma mañana, aproximadamente una hora después de que tuviera previsto aterrizar en Pekín, Malaysian Airlines emitió su primer comunicado al respecto, confirmando que el control de tráfico aéreo había perdido contacto con la aeronave y que estaban trabajando con un equipo de búsqueda y rescate. El área oficial de prospección para localizarlo se situaba en un radio de 190 km desde su última posición conocida, al sur de la isla tailandesa de Thổ Chu, al norte de Malasia y al sureste de Vietnam, en el mar de China Meridional.

Búsqueda de 120.000km2

Más tarde, Australia, junto con Malasia y China, comenzaron a dirigir la mayor y más costosa búsqueda submarina jamás emprendida, que abarcó unos 120.000 kilómetros cuadrados de lecho marino frente al oeste de Australia, utilizando aviones, buques equipados para captar señales de sonar y submarinos robotizados.

Aunque las embarcaciones detectaron señales ultrasónicas que podrían proceder de la caja negra del avión y restos de naufragios que se creía que eran buques mercantes del siglo XIX, nunca hallaron el aparato. En julio de 2015, se encontró en la isla francesa de la Reunión, en el océano Índico occidental, un fragmento que más tarde se confirmó que era un flaperon, la primera prueba fehaciente de que finalizó su vuelo en el océano Índico. Posteriormente se encontraron más restos en la costa oriental de África.

Pero después de más de 1.000 días, a principios de 2017, la búsqueda se suspendió con pocas respuestas. Una segunda oportunidad llegó al año siguiente, cuando la empresa privada Ocean Infinity, con sede en Texas, lanzó su propia exploración de tres meses, de acuerdo con el Gobierno malasio, pero tampoco pudieron localizar nada.

"Las razones de la pérdida del MH370 no pueden establecerse con certeza hasta que se encuentre la aeronave", rezaba el informe final de la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte, hecho público en octubre de 2017. "Es casi inconcebible y socialmente inaceptable en la era moderna de la aviación, con 10 millones de pasajeros embarcando en aviones comerciales cada día, está desaparecido y que el mundo no sepa con certeza qué fue de él y de los que iban a bordo."

Teorías de la conspiración

La enorme brecha entre lo que sabemos con certeza y lo que no, ha sido terreno abonado para que germinen las teorías conspirativas. Algunos sostienen que la aeronave fue secuestrada, mientras que otros apuntan a un posible fallo técnico o una pérdida de oxígeno en la cabina. Incluso hay quienes especulan con la posibilidad de que esté oculto en una remota isla o que haya sido derribado, ya sea intencionalmente o no. Sin embargo, no se registraron llamadas de socorro, solicitudes de rescate ni condiciones meteorológicas adversas.

Una de las hipótesis más difundidas se centra en un supuesto complot suicida por parte del capitán. Existen informes que indican que el piloto había simulado una ruta similar a la del fatídico vuelo en su propio simulador de vuelo, y se han convertido en una de las pruebas clave presentadas en esta dirección.

Durante casi 70 años, el Titanic permaneció oculto en las profundidades del océano, hasta que la tecnología de mapeo submarino avanzó lo suficiente como para hacer posible su redescubrimiento en la década de 1980. Ahora, con el misterio del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, nos encontramos ante un escenario similar. Si el avión acabó en el agua y se mantiene mayormente intacto, como sugiere la escasez de restos encontrados en comparación con su tamaño imponente, el entorno anóxico del lecho marino podría preservarlo durante siglos.

Desafortunadamente, el océano es un lugar caótico. Aunque gran parte de esos fondos aún permanecen sin explorar, nos aferramos a la esperanza de que avances tecnológicos futuros nos permitan cartografiar con precisión todas sus partes, desvelando más naufragios en el proceso y, tal vez, los restos del MH370.