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Franja de Gaza

Un ataque israelí a un centro de refugiados deja al menos nueve muertos en Jan Yunis

Sin avances en las negociaciones entre Hamás e Israel para un intercambio de rehenes a cambio de una tregua

Operación militar israelí en el campo de refugiados de Al Bureije MOHAMMED SABEREFE

Los bombardeos dentro de la franja de Gaza se oyen con fuerza también en las despobladas comunidades fronterizas israelíes. En Jan Yunis, al sur de la Franja, y según el Ejército israelí, la brigada Givati mató a «numerosos agentes de Hamás» en las últimas veinticuatro horas con fuego de tanques y asistidos por el Ejército del aire, que primero bombardea el área. «Los ataques precisos preparan las condiciones en el campo para las fuerzas terrestres», decía el comunicado militar.

La UNRWA, la agencia de la ONU encargada de los refugiados palestinos, anunció que sus instalaciones en Jan Yunes, donde miles de personas desplazadas han encontrado refugio, resultaron dañadas como resultado de los combates en la ciudad. Según Thomas White, director de la sucursal de la agencia de la ONU en Gaza, se registraron al menos nueve muertos y varios edificios resultaron incendiados.

Hamás, por su parte, anunció que en el último día ha habido 210 muertos y 386 heridos en Gaza por fuego israelí. El recuento total de fallecidos anunciado por el grurpo palestino en la Franja desde que comenzó la guerra es de 25.700 y los heridos ascienden a al menos 63.740. Sin embargo, las autoridades de Gaza no distinguen entre civiles y combatientes. El Ejército israelí dice que ha matado a al menos 9.000 miembros de Hamás y otras organizaciones islamistas de la franja.

Ayer miércoles, diplomáticos israelíes negaron, de forma anónima, las informaciones del día anterior que decían que se avanzaba en las negociaciones con Hamás sobre un posible acuerdo de liberación de rehenes judíos y presos palestinos a cambio de varias semanas de alto el fuego, acusando al grupo terrorista de atrincherarse en sus posiciones y bloquear cualquier posible compromiso.

«Las informaciones sobre un acuerdo de alto el fuego no son correctas. Hay brechas muy grandes y no hay avances en las conversaciones», declaró bajo anonimato un funcionario israelí al sitio de noticias Ynet. «Es muy complicado. Hamás endurece constantemente su posición».

Comentarios similares fueron difundidos por todos los principales medios de comunicación israelíes, indicando que probablemente contaban con el visto bueno del Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, tuiteó el miércoles por la mañana que estaba «a favor de traer a casa a los rehenes, [pero] en contra de un mal acuerdo».

Y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, como Ben Gvir también en la extrema derecha de la coalición de Gobierno, emitió un comunicado pidiendo que se convocara el gabinete de seguridad y escribió: «Detener la guerra en esta etapa tan delicada podría poner en peligro toda la operación... hay grandes y peligrosos signos de interrogación sobre un acuerdo como este».

Mientras que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, tuiteó un vídeo de su reunión con soldados un día antes, y escribió: «La única opción es la victoria completa».

Los diferentes portavoces israelíes prometen continuar luchando hasta que Hamás sea completamente desmantelado y los rehenes liberados, después del ataque del 7 de octubre en el que miles de terroristas liderados por Hamás irrumpieron en comunidades del sur de Israel, masacraron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 253.

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