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La carretera recta más larga del mundo: 240 kilómetros sin una sola curva en mitad del desierto

En el corazón de Arabia Saudí, una línea de asfalto de 240 kilómetros atraviesa el desierto sin desviarse un solo metro, un tramo tan inusual como cotidiano para quienes lo recorren a diario

La carretera recta más larga del mundo: 240 kilómetros sin una sola curva en mitad del desierto C. C.

En la mayoría de las carreteras del mundo, el trazado serpentea entre montañas, pueblos o ríos. En la naturaleza no existen las líneas rectas. Pero en pleno desierto de Arabia Saudí existe una excepción: una vía que ignora cualquier obstáculo natural y se extiende como una regla dibujada sobre la arena. No hay curvas, apenas desniveles y la sensación de movimiento parece suspendida en una línea interminable.

La línea recta infinita del desierto de Rub al-Khali

Se trata de la autopista 10, reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la carretera recta más larga del mundo. Tiene más de 240 kilómetros de longitud sin una sola curva, dentro de un tramo total de unos 265 kilómetros. Conecta las localidades de Haradh y Al Batha, cerca de la frontera con Catar y los Emiratos Árabes Unidos, atravesando el Rub al-Khali, el desierto de arena más grande del planeta.

La autopista fue construida originalmente para uso privado del rey Fahd y posteriormente abierta al tráfico civil. Su diseño responde a la topografía del entorno: una extensión de dunas bajas y terreno uniforme que permite un trazado completamente recto. En condiciones normales, recorrerla lleva algo más de dos horas, aunque el tráfico de camiones y vehículos de transporte puede prolongar el viaje hasta casi tres.

A pesar de su aislamiento geográfico, la autopista 10 no es una carretera vacía. El tránsito de mercancías entre las zonas industriales del este de Arabia Saudí y los pasos fronterizos hacia Catar mantiene un flujo constante de vehículos. Lo que muchos conductores describen como una experiencia monótona, el paisaje apenas cambia durante horas, también exige una concentración sostenida: las autoridades locales advierten que la fatiga y la somnolencia son los principales riesgos en un trayecto de estas características.

La combinación de asfalto perfectamente plano, horizonte sin puntos de referencia y altas temperaturas hace que el viaje pueda resultar psicológicamente más exigente de lo que parece. Por eso, las estaciones de servicio y áreas de descanso espaciadas a lo largo del recorrido cumplen un papel esencial para quienes lo transitan con frecuencia.

Aunque ningún otro tramo alcanza los 240 kilómetros sin curva de Arabia Saudí, hay competidoras notables. En Australia, la autopista de Eyre cuenta con una sección recta de 145 kilómetros, conocida por los camioneros que cruzan el país de oeste a este. En Paraguay, un tramo de 207 kilómetros recorre el país de norte a sur, y en Estados Unidos, la carretera ND-46 de Dakota del Norte mantiene una línea continua de más de 200 kilómetros, aunque con ligeras variaciones en el terreno.

En México, la Carretera Transpeninsular, que cruza Baja California, alberga una recta de 169 kilómetros entre El Médano y Las Barrancas, considerada la más larga de América Latina. Ninguna, sin embargo, iguala la precisión geométrica del trazado saudí.

Más allá de la curiosidad técnica, la autopista 10 refleja cómo la ingeniería moderna se adapta a los entornos más hostiles. La ausencia de obstáculos topográficos permite un diseño lineal casi perfecto, pero también convierte la experiencia en un recordatorio de la escala del desierto: kilómetros de arena y calor donde el paisaje apenas varía.