Relaciones Estados Unidos-China

China y EE UU llegan a un acuerdo parcial para una tregua en la guerra comercial

Sentaría las bases para un acuerdo más amplio que Trump y el presidente chino, Xi Jinping, podrían firmar a finales de este año

Liu He, Robert Lighthizer y Steve Mnuchin durante las fotos con la prensa tras la reunión
Liu He, Robert Lighthizer y Steve Mnuchin durante las fotos con la prensa tras la reuniónlarazon

Estados Unidos y China han alcanzado un acuerdo comercial parcial. La noticia, adelantada por Bloomberg, trajo la euforia a Wall Street. Todos han recordado el tuit premonitorio del presidente Donald Trump, que horas antes había escrito que «están sucediendo cosas buenas en China en las negociaciones para el acuerdo comercial. Hay un clima más cálido que en el pasado reciente, más parecido al de los viejos tiempos. maás como en los viejos tiempos. Me reuniré con el viceprimer ministro hoy. ¡A todos nos gustaría ver que ocurriera algo significativo!».

Aunque no está muy claro cuáles pueden ser los días del dorado esplendor en la hierba a los que pudo referirse, habida cuenta de que siempre hizo emblema de denunciar las tropelías económicas del gigante asiático a costa de EE UU, la noticia llega en el mejor momento para la Casa Blanca. Los rumores prendieron cuando el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, concedió ante la Prensa que su Gobierno había mantenido «dos días productivos de discusiones» con Pekín. Una tregua, tal y como la califica Bloomberg, que llega al borde mismo del precipicio, cuando estaba previsto que entrase en vigor la nueva y más contundente oleada de aranceles de EE UU a las importaciones chinas.

La cita se produjo menos de una semana antes de que entre en vigor una nueva subida de aranceles a las importaciones chinas: el 15 de octubre está previsto un aumento del 25% al 30% en los gravámenes a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares.

Según informes de prensa, ambas partes negocian un acuerdo parcial por el que China se comprometería a comprar más productos agrícolas de EE UU y accedería a algunas nuevas medidas en el ámbito de la propiedad intelectual y la devaluación de su divisa.

Por su parte, Washington suspendería el aumento previsto en sus aranceles y relajaría los vetos a la exportación que afectan al gigante chino de la telefonía Huawei.